Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/El-Donbas-no-cree-en-lagrimas-20220926-0022.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=37 Alejandro Kirk, enviado especial a Donbás 27.09.22
Valientes son también las funcionarias electorales, la mayoría mujeres -los hombres están en el frente-, que recorren la ciudad con sus cajas selladas y un guardia. | Foto: Bruno de Carvalho
Orgullo es la palabra que define a los ciudadanos del Donbás cuando acuden a votar en el referéndum sobre la incorporación a la Federación Rusa.
Hurto desvergonzadamente el título de una gran película soviética (Moscú no cree en lágrimas), porque resume maravillosamente la vida en Lugansk y Donetsk desde 2014. Como la película, la del Donbás es una historia de amor, pero colectiva y heroica. De amor propio, que está culminando de manera lenta y sangrienta, hacia un final que no puede ser feliz, pero sí anhelado: la pertenencia definitiva a Rusia.
Orgullo es la palabra que define a los ciudadanos del Donbás cuando acuden a votar en el referéndum sobre la incorporación a la Federación Rusa, pese al ataque constante de la artillería ucraniana. Por seguridad, votan en los patios, en las escaleras de los edificios, en los lobbies de los hoteles, en sus propias casas.