Fuente: https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/03/29/sahara-occidental-el-enviado-de-onu-trata-de-desencallar-el-proceso-en-nueva-york/
El Enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, comenzó en Nueva York una ronda de contactos con las que trata de desencallar el proceso político, congelado desde hace cuatro años, según dijeron a Efe fuentes envueltas en este proceso.
De Mistura comenzó ayer su agenda de contactos y los continuará durante toda la semana, después de que en el año y medio que lleva en su cargo no haya logrado sentar en la misma mesa a Marruecos y el Frente Polisario ni tampoco visitar el territorio del Sáhara Occidental por falta de permiso del Gobierno marroquí, que administra el territorio.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo por su parte, en la rueda de prensa diaria, que los contactos que De Mistura promueve son «consultas informales bilaterales» a las que invitó, además de a Marruecos y al Polisario, a representantes de Argelia y Mauritania más los países miembros del llamado Grupo de amigos del Sáhara Occidental (España, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos).
Pese a la parálisis del proceso, De Mistura sigue «confiado en que una solución justa, duradera y mutuamente aceptable provea la autodeterminación para el pueblo del Sáhara Occidental», y para ello hay que «extraer lecciones» y seguir buscando fórmulas mutuamente acordadas para hacer avanzar el proceso», precisó Dujarric.
El próximo mes de abril, De Mistura tiene previsto presentar su informe semestral ante el Consejo de Seguridad, por lo que el propósito inmediato de estas consultas bilaterales es acudir ante los miembros del Consejo con información actualizada y «llenar el vacío» en que se convirtió su misión, según lo calificó una de las partes involucradas.
Mientras que el Polisario exige un referéndum de autodeterminación con opción de independencia, Marruecos solo ofrece un estatuto de autonomía para el territorio, excluyendo el referéndum.
El giro dado por el gobierno español hace ahora un año al pasar a defender la propuesta marroquí de autonomía para el territorio como «la base más seria, realista y creíble» para una solución, parecía que iba a arrastrar a otros países en la misma dirección, pero no logró desbloquear un conflicto que pronto cumplirá cincuenta años.