Fuente: https://insurgente.org/rasd-denuncia-de-nuevos-abusos-sexuales-y-agresiones-por-parte-de-las-fuerzas-ocupantes-a-activista-sultana/ 06.12.21
RASD. Denuncia de nuevos abusos sexuales y agresiones por parte de las fuerzas ocupantes a activista Sultana
No parece que semejante atropello importe a la llamada comunidad internacional en general ni al Gobierno español «más progresista de la historia de la humanidad». Todos ellos son defensores de los derechos humanos y de la democracia, pero, eso sí, la de la burguesía, la del gran capital.
Sultana y El Ouara Jaya son dos hermanas saharauis que cada día suben a la terraza a ondear la bandera de la RASD. Viven en Bojador, en los territorios ocupados del Sahara Occidental.
El 19 de noviembre de 2021 cumplieron un año de confinamiento y aislamiento del mundo exterior impuesto por las fuerzas de ocupación marroquíes como represalia. En varias ocasiones los paramilitares han irrumpido en la casa familiar, donde también viven la madre y otra hermana, siempre de noche, sobre las 4 de la madrugada. Entran en tropel, destrozan todo, muebles, enseres, comida. Y agreden a las personas, unas veces violando, otras desnudándolas, abusando sexualmente por todo su cuerpo, pegándolas también. La penúltima vez inocularon a Sultana una sustancia desconocida mediante una inyección.
En una ocasión, les apretaron contra la cara un trapo impregnado de algo que les hizo contraer el Covid. Ya se lo avisaron: en 10 días, muertas. Sultana estuvo muy enferma, pero lo superó. Su hermana Um-Almumnin también contrajo el Covid después del ataque.
Les rocían la casa con agua de mofeta, un producto con un olor insoportable que no se va y que hace la vida irrespirable en la casa. Les cortan la luz y el agua.
Esta noche, informa Equipe Media, ha vuelto a pasar: han asaltado la casa a las 4 de la madrugada. En un vídeo, Sultana denuncia abusos sexuales, agresiones, de nuevo una inyección de contenido desconocido.
Los paramilitares han precintado la puerta de la azotea para que las hermanas Jaya no puedan subir a ondean las banderas. Cada vez van añadiendo una ocurrencia nueva en los ataques. Ahora han echado un producto desconocido al pozo de agua de la casa.
De palabra y de hechos, Sultana está amenaza de muerte por las fuerzas de ocupación marroquíes. Está exhausta tras tanta agresión. Aún así, no falla a su cita en la terraza, día tras día, ondeando la bandera de la RASD, sabiendo las consecuencias que ese desafío le acarreará. Pide ayuda a la comunidad internacional, a las instituciones. No hay respuesta.
(Con información de medios diversos)