El presidente de Argentina, Alberto Fernández, alertó este domingo sobre que en Brasil “pretende reiniciarse la persecución” contra Luiz Inácio Lula da Silva, y solicitó a la justicia del gigante suramericano mantener la disposición del Tribunal Supremo Federal (TSF) de anular los juicios contra el exjefe de Estado.
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Fernández destacó, mediante unos mensajes de su cuenta en Twitter, que la decisión del Supremo de “anular los juicios que habían determinado la condena de Lula apartando al juez y a los fiscales que intervinieron en el caso” fue de relevancia singular.
“Dejó en evidencia el accionar de distintos factores de poder (políticos y mediáticos) que condicionaron la administración de Justicia para restarle a un ciudadano la posibilidad competir electoralmente», expuso al referirse a la decisión.
Igualmente, la nulidad dictada por el Supremo “dejó en todos nosotros, defensores del Estado de Derecho, la convicción de que el sistema judicial de nuestro querido Brasil, había preservador la institucionalidad democrática”.
Sin embargo, de acuerdo con el presidente argentino “en estos días, vemos con preocupación que pretende reiniciarse la persecución a Lula utilizando las mismas malas prácticas que ya antes fueron usadas”, para enfatizar en que “dar marcha atrás en la decisión tomada por el Supremo por presiones mediáticas y políticas significaría un retroceso institucional para Brasil y un daño incalculable para quienes reivindicamos el Estado de Derecho como base de sustento de la democracia”.
Fernández considera que Lula es un líder democrático no solo para Brasil, sino también para todo el continente latinoamericano.
“La persecución que lo encarceló y condenó indebidamente representa una mácula que Brasil no merece y que el Supremo ha comenzado a limpiar”, demostrando cuán capaz es el sistema de justicia brasileño ante la «auto revisión preservando la correcta administración de la Justicia», indicó.
El pasado 9 de marzo, el Tribunal Supremo Federal de Brasil anuló las condenas que pesaban contra el exmandatario, relacionadas con la trama de corrupción “Lava Jato” y se le restituyeron sus derechos políticos, por lo que abría la posibilidad de que se presentara de nuevo a las elecciones de cualquier cargo público, sobre lo que alegó la semana pasada que podría presentarse a las presidenciales del próximo año “si fuera necesaria”.
Lula recibió la condena de 12 años y un mes de cárcel por los delitos de corrupción pasiva y blanqueo de capitales por aceptar el triplex de lujo en Sao Paulo como pago de la constructora OAS a sus favores políticos y fue preso el 7 de abril de 2018.
Su condena lo inhabilitó como candidato presidencial siendo el favorito en las encuestas de las presidenciales del 7 de octubre de 2018, lo que llevó a la Presidencia al ultraderechista Jair Bolsonaro.