POR ALBERTO NÚÑEZ ,DESDE MADRID PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

En un evento que reunió a los principales líderes de la ultraderecha europea y latinoamericana, la convención de Vox en Madrid se convirtió en un escenario de controversia. El presidente argentino Javier Milei, conocido por sus polémicas declaraciones, calificó de «corrupta» a Begoña Gómez, esposa del presidente español Pedro Sánchez, desatando una crisis diplomática sin precedentes entre España y Argentina, que ha comenzado saldándose con la retirada del embajador español en Buenos Aires.

Un mitin con  mensajes fascistas

El Palacio de Vistalegre, en Madrid, fue testigo este domingo de un mitin multitudinario organizado por Vox, que llegó a reunir a unos 10,000 asistentes y a destacados líderes de la ultraderecha europea, estadounidense y latinoamericana.

 Santiago Abascal, el caudillo de Vox, enfatizó la necesidad de colaboración entre diferentes facciones del ultraderechismo mundial para enfrentar al «enemigo común»: el socialismo.

Entre los oradores, la estrella fue el presidente argentino Javier Milei, quien no se limitó a criticar ideológicamente al socialismo, sino que dirigió ataques personales contra el presidente Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, a quien calificó de «corrupta». Esta rotunda calificación provocó una frenética ovación del público presente, elevando el tono del evento a niveles de puro paroxismo

No obstante, las palabras de Milei no solo suscitaron los aplausos de un público enfervorecido, sino que también provocaron una respuesta contundente por parte de la Coalición gubernamental.

 

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, compareció en el Palacio de La Moncloa para anunciar que la embajadora española en Buenos Aires sería llamada a consultas con «caracter indefinido». Albares exigió disculpas públicas a Milei, advirtiendo sobre la posibilidad de la aplicación de «medidas adicionales» para defender la «soberanía y dignidad» de España.

En el curso del evento también se enfatizó sobre la unidad de la ultraderecha en ciertos temas, a pesar de las supuestas diferencias ideológicas  que existen dentro de este movimiento . Santiago Abascal subrayó la necesidad de colaboración entre las diversas facciones de la ultraderecha europea y latinoamericana. Desde los ultracatólicos polacos hasta los anarcocapitalistas argentinos, pasando por los trumpistas estadounidenses, todos ellos compartieron el escenario, decididos a enfrentar lo que ellos llaman la «amenaza común».

 Discursos incendiarios

La convención ultraderechista contó con la participación internacional de la primera ministra italiana, la fascista Giorgia Meloni, que intervino a través de una videoconferencia, y también Marine Le Pen, líder de la ultraderecha francesa. Ambas «líderesas» criticaron con acritud las políticas migratorias y la estructura de la Unión Europea, pidiendo reformas drásticas  en la misma con la finalidad de proteger la «identidad europea».

Además, el evento incluyó también encendidos discursos de apoyo al Gobierno israelí y críticas  a la forma en la que se ha manejado   la guerra en Ucrania.  

Llamada a la acción y el respaldo a Netanyahu

En un momento dado la convención llegó a convertirse en mitin de apoyo al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Varios oradores, incluidos representantes del trumpismo y la ultraderecha latinoamericana, expresaron su respaldo a las políticas de Netanyahu y criticaron a aquellos que apoyan a Hamás.

 Amichai Chikli, ministro israelí para «Asuntos contra el Antisemitismo», agradeció  efusivamente a Abascal por su comprensión y apoyo a la ofensiva sobre Gaza, calificándola como una «batalla por el futuro de la civilización occidental» , expresivos términos estos últimos muy propios, por cierto, del imaginario de aquellos que hace ocho décadas acabaron con la vida de cinco millones de judíos.   

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