Masacre con drones marroquies en el Sáhara Occidental

Fuente: https://www.ecsaharaui.com/2023/02/masacre-con-drones-marroquies-en-el.html

ECSAHARAUI

SMACO | ECS

Chahid El Hafed (ECS).- El Sáhara occidental fue colonizada por España siendo su potencia administradora. En el Capítulo XI de la Carta de las Naciones Unidas, se definen los Territorios No Autónomos como “territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, dentro de los cuales figura el Sahara occidental”. Pero también se inició en el propio Sáhara Occidental un movimiento independentista, con la creación, en 1973, del Frente Polisario, que a partir de ese momento libró una guerra de guerrillas contra España. Y en noviembre de 1975, España ‘cedió’ el territorio a Marruecos y a Mauritania, en un extraño acuerdo. Posteriormente Mauritania se retiró, ampliando Marruecos la zona bajo su control.

Después de una guerra que duro 16 años, En 1988 se acordó entre las autoridades marroquíes y el Frente Polisario el llamado Plan de Arreglo, aprobado por la ONU en 1991. En él se acordaba la celebración de un referéndum en el cual se pediría a la población saharaui elegir entre la independencia o la integración en Marruecos. Y para poder llevar a cabo dicho acuerdo se establecía la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental), que debía supervisar el alto el fuego e implementar un referéndum, cuya celebración se ha ido posponiendo desde entonces por la negativa del Gobierno de Marruecos a llevarlo a cabo [1].

El territorio está partido por varios tramos de muros militares, constituyendo entre si el más largo del mundo y el que más ha separado a un pueblo, de hecho, La parte este del muro está controlada por el ejército saharaui, mientras que la parte oeste está controlada por Marruecos.

Durante más de treinta años, el pueblo saharaui tuvo que esperar para que las Naciones Unidas tomara en serio la magnitud de problema y las posibles consecuencias. Treinta años de espera y de incertidumbre.

Estas tres décadas donde no ha reinado ni la paz, ni se ha desencadenado la guerra se rompió cuando Marruecos llevó a cabo el viernes 13 de noviembre 2020 un ataque militar en la región de El Guerguerat [2], en el suroeste del Sáhara Occidental, donde civiles saharauis se manifestaban pacíficamente [3]. El ataque según los saharauis, es una violación del acuerdo de alto el fuego alcanzado en 1991.

A raíz de este ataque, El Frente Polisario considera roto el alto el fuego con Marruecos y declara el estado de guerra y el secretario general del Frente Polisario Brahim Ghali emitió un decreto para poner fin al compromiso del alto el fuego firmado en 1991, lo que podría allanar el camino hacia un enfrentamiento militar entre ambos bandos en el Sáhara Occidental.

NUEVA ESCALADA, NUEVO PERFIL DE VÍCTIMAS

Las tensiones entre ambas partes se han renovado: Los drones (el arma de moda), los nuevos protagonistas y armas de última tecnología. En este estudio vamos a analizar los efectos de la utilización de drones por parte del ejército marroquí sobre las víctimas civiles.

El dron se define como aquel vehículo terrestre, naval o aeronáutico, que está controlado a distancia o de forma automática. De hecho, en su abanico de posibilidades podemos encontrar drones aéreos, pero también terrestres o marinos. Y es que cualquier vehículo puede ser dronizado a partir del momento en que no haya ningún ser humano a bordo [4].

Ciertamente el fenómeno de los drones no es un elemento completamente novedoso en el marco de los conflictos armados. Existen antecedentes de drones con fines de vigilancia tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, que a partir de la Guerra de Vietnam se adaptaron para tareas de combate. Fue con la campaña de la OTAN en Kósovo (1999) cuando “empezaron a pensar en la utilidad de acoplar un misil al UAV, lo que llevó a la creación del dron Predator, armado con misiles Hellfire”. Más tarde, con los atentados del 11 septiembre de 2001 y la consiguiente lucha contra el terrorismo fue cuando los primeros drones armados sobrevolaron Afganistán (2001) e Iraq (2003) [5].

Por su parte Marruecos después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Israel, este último país se ha convertido en uno de los proveedores de material y tecnología militar más importantes para Marruecos, que incluye drones de ataque, de vigilancia y reconocimiento, incluso suicidas. Para la adquisición de estos novedosos aparatos, Marruecos cuenta con el tradicional apoyo financiero de monarquías árabes, que estarían a su cargo sufragar los gastos de estas compras.

Esta tecnología pionera y puntera no ha hecho más que avivar el conflicto con el Frente Polisario y lo más peligroso es transferir y clonar el problema del medio oriente a los países del norte de África y a las puertas de Europa. No en vano Argelia advirtió de los «graves riesgos de derivas regionales potencialmente peligrosas». [6]

Tras la introducción de drones por parte de Marruecos en una nueva escalada, la Oficina Saharaui de Coordinación de las Actividades Relativas a las Minas (SMACO en sus siglas en inglés), reconoce que no puede contar con datos totalmente íntegros, dada la dificultad del acceso a la información, por la diversidad de las fuentes, así como por cuestiones de seguridad a los lugares de los sucesos. Aun así, ha hecho una investigación básica para identificar los efectos de estas armas en la población civil.

Al realizar una exploración de las circunstancias en el tiempo y el lugar de estas agresiones se observa claramente que Marruecos ha extendido el espacio geográfico operacional de sus drones militares con objetivos más allá de los militares. A juzgar por los hechos, no ha tenido en cuenta restricciones ni espaciales ni temporales. No cabe la menor duda, de que estos ataques constituyen una abierta violación de derechos humanos básicos y de la Carta de las Naciones Unidas.

Y según los expertos en derecho internacional, el objetivo de un conflicto no es acabar sistemáticamente con el adversario, sino «la sumisión del enemigo de la manera más rápida posible y con el mínimo gasto de vidas humanas y de recursos». Por su parte, el principio de humanidad establece la prohibición de «armas, proyectiles, materia y métodos de hacer la guerra de tal índole que causen males superfluos o sufrimientos innecesarios [7].

DONDE Y CUANDO SE REALIZARON LOS ATAQUES

Como habíamos adelantado, la población saharaui se encuentra separada de norte a sur y de oeste a este en dos zonas. A un lado del muro, aquellos que resisten en territorio ocupado por Marruecos perviven en una situación de exclusión social y violencia institucional. Las protestas y símbolos en favor de la autodeterminación son fuertemente reprimidos, sus ciudadanos son a menudo torturados y la justicia brilla por su ausencia. El otro grupo de la población saharaui vive en campamentos de refugiados en territorio argelino, en unos de los desiertos más inhóspitos del mundo, privados inclusive de volver a su territorio. Estos campamentos están gestionados por el gobierno saharaui, y viven gracias a las ayudas humanitarias.

Sobra decir que los drones tienen un gran potencial para sobrevolar en áreas muy distintas y distantes ya que puede moverse rápidamente sobre un terreno desértico, accidentado o irregular con emisión en tiempo real de imágenes de alta calidad gracias a los dispositivos que dispone como las cámaras, sensores, infrarrojos y satélites puesto que pueden discriminar con un alto grado de precisión entre objetivos militares y población civil.

Uno de los límites se concreta en la prohibición de aquellas armas y métodos de hacer la guerra «que causen males superfluos o sufrimientos innecesarios». El otro límite se refiere a la prohibición de las armas cuyo uso tiene un carácter indiscriminado, es decir, no tienen capacidad para «dirigirse contra un objetivo militar concreto [8]».

 

Aun así, y a pesar de esta puntera tecnología es pertinente recordar en este contexto que según el rastreo de los ataques perpetrados por los drones marroquíes contra civiles se puede testificar lo siguiente:

 

  • Todos estos ataques tuvieron lugar en terreno desértico, abierto, árido y sin vegetación donde es muy fácil comprobar inclusive los colores de los coches e incluso las pertenencias y medios de las víctimas para distinguir entre objetivos militares y civiles.
  • Estos ataques se produjeron en zonas situadas a varios, e inclusive a veintenas de kilómetros del muro marroquí.
  • También es obvio que estos civiles no constituyen ninguna amenaza al ejército marroquí, ni están cerca del lugar de los enfrentamientos militares. No en vano el 65% de los ataques se produjo justo en las líneas fronterizas internacionales.
  • Y como habíamos dicho en el reporte anterior [9], que estas agresiones se produjeron en zonas donde el ejército saharaui no operaba lo que supuso que muchas víctimas se quedaron varias horas y días sin que nadie le prestara los servicios de auxilio y evacuación necesarios. El caso de Embarek Sbai con su amigo asesinados en Imrikli, pasaron más de 17 días sin que se benefician de un entierro digno. Los amigos y familiares de víctimas temen aventurarse por el miedo a estar alcanzados por los drones marroquíes como es el caso del joven Deidih Mahmud Hueibita donde fue atacado en solitario cuando trataba de auxiliar a unas víctimas recién asesinados el 24 de noviembre 2022 en la región fronteriza mauritano-saharaui de Ahfir.
Estas agresiones y ataques provocaron una fuga masiva de los autóctonos hacia zonas más seguras, y según el gobierno saharaui alrededor de 30 a 40 mil personas vivían de manera continua o discontinua en los territorios liberados14. Estos grupos de personas formados en unas pequeñas comunidades en las localidades de Tifariti, Mheriz, Agueinit, Miyec y Bir lehlu han tenido que abandonar forzosamente sus hogares, por estos ataques indiscriminados o establecerse en territorio argelino, mientras que otros han huido a territorio mauritano. Este éxodo fue resultado de la violencia ejercida en su contra a través de los ataques por drones de marroquíes, que han generado, como en otros pueblos, sensación de terror entre hombres, mujeres y niños, dando lugar a fenómenos de ansiedad y estrés postraumático entre la población.

 

El impacto en la población civil de la utilización de los drones no se limita tan sólo a las personas que se ven directamente afectadas por las consecuencias físicas y socioeconómicas de un ataque, sino que la vida y el día a día de poblaciones enteras se van a ver muy condicionadas por el sobrevuelo constante de estos aparatos y el temor ante un ataque en cualquier momento [10]. Esto lo explica sobre el terreno en la mudanza de muchas familias para situarse en territorio mauritano y a solo un par de kilómetros de la frontera saharaui, inclusive según testigos a menudo observan los sobrevuelos de los drones marroquíes.
Durante 2020, 2021 y 2022, el promedio de ataques es, un 4%, 45%, y 51% respectivamente. Los meses de mayor grueso de ataques, son en este orden, noviembre como cumbre con un 51%, mientras que el índice más bajo se registró en los meses de verano.
¿QUE GRUPOS HUMANOS SON MÁS VULNERABLES?
El requisito más importante para que se pueda considerar que una persona participa directamente en las hostilidades es que haya un vínculo (nexo beligerante) entre las actividades que lleva a cabo una determinada persona o un grupo de personas y el desarrollo de las hostilidades [11].
Al analizar la naturaleza de estos grupos y sus respectivos perfiles se observa que los ataques no han seguido ni “patrones de comportamiento sospechoso”, ni se ha podido establecer una relación o vinculación alguna entre estos grupos con los militares saharauis. Los datos serían mucho más alarmantes si llegásemos a comparar e imaginar la densidad de la población en kilómetros cuadrados.
Según los análisis de las estadísticas del perfil y actividades de las víctimas de ataques por drones, podemos confirmar que los grupos más vulnerables son: viajeros, nómadas, buscadores de oro, comerciantes y pastores o ganaderos.
Pero a través de estos selectivos ataques, se escudriñaban otros objetivos más allá de los militares, como tratar de influir negativamente en el flujo de transporte e intercambio comercial entre los países colindantes, intimidando, sembrando terror y el pánico entre inocentes civiles.
DISTRIBUCION DE VÍCTIMAS POR FRANAJA ETARIA Y POR NACIONALIDADES
Sabiendo que los drones están dotados de la alta tecnología en la detección de objetivos, conexión con satelital, sensores, tecnología infrarroja, cámaras, etc. esto le permite detectar cualquier tipo de objetivo, independientemente de su naturaleza, a cualquier hora del día o de la noche en su área de acción.
SMACO ha hecho un estudio sobre un total de 61 ataques por drones a civiles, los cuales han dejado un saldo entre muertos y víctimas de al menos 80 personas de diferentes nacionalidades.
La franja etaria de las victimas según el género, demuestra que el 98.7% de las víctimas son hombres, en comparación con un 1.2% de mujeres. El 96.1% son adultos, mientras que un 3.8% de adolescentes. Del total global de las víctimas, más del 94% tienen menos de 40 años
A lo largo de estos dos años y dos meses de guerra han ido variando el porcentaje en cifras de los afectados por países, según las regiones atacadas y estaciones de año. Por ejemplo, hasta el 9 de abril de 2021, cuando el grueso de los ataques estaba centrado en el norte, el 60% de las víctimas mortales eran saharauis, mientras que el 14.5% eran mauritanos, un 8.3% argelinos y un 17.1% son personas sin identificar su nacionalidad (algunos de ellos en estado de descomposición, otros calcinados o sin documentación).
Por citar un ejemplo, y después de una decena de ataques de drones marroquíes en el sur del Sáhara Occidental con un 64% del total de ataques, el saldo de las víctimas mortales mauritanas paso a ser un 46%, con un aumento en 32% en los últimos seis meses del año 2022 en comparación con el último informe (abril 2022).
Según varias fuentes los ciudadanos mauritanos fueron asesinados en el sur del Sáhara Occidental, principalmente en Gleibat Elfula, Miyec, Agzumal y Tagzumalet, Zgula, Agueinit, Grair lebiar, Gleib elbura, Imricli, Ahfir, Twezerfat, Zaazaiat, Laruait entre otras regiones.
El número global de víctimas mortales y heridos son: saharauis, un 45% de muertos y 38% de heridos; mientras que un 43% de mauritanos heridos en comparación con un 54% victimas mortales. Un 4% corresponde a argelinos y un 12% de personas sin identificar.
A causa de estos ataques varias víctimas mueren al instante, los que sobreviven después del impacto pasan horas y horas sin que nadie llegue a su lugar, por lo que muchas veces mueren por la falta de auxilio y evacuación.
Los pocos afortunados son trasladados al centro médico de la ciudad mauritana más cerca Zouerate para recibir tratamiento» [12].
Por otra parte, los ciudadanos argelinos tampoco estaban a salvo, tres fueron asesinados, y sus dos camiones calcinados a principios de noviembre de 2021 mientras realizaban la conexión “Nouakchott-Ouargla” a 14 km de la localidad saharaui de Bir lehlu.
Curiosamente después de matar a tres ciudadanos argelinos el 1 de noviembre 2021, Marruecos volvió a asesinar justo un año después, a cinco mauritanos entre las regiones de Agzumal y Tagzumalet [13].
Estos ataques han sido sufridos por ciudadanos de los países vecinos, causando decenas de víctimas entre muertos, heridos y desplazados. También han provocado odio, resentimiento y rencor entre los habitantes de las zonas hacia Marruecos. Estos ataques a ciudadanos saharauis, mauritanos y argelinos generaron fuertes críticas y preocupaciones en diversos sectores del espectro político en de estos países.
En un comunicado de prensa, la Presidencia argelina calificó este asesinato de cobarde y bárbaro “enunciando varios factores que apuntan a las fuerzas de ocupación marroquíes en Sáhara Occidental por haber cometido, con armamento sofisticado, este cobarde asesinato» [14], denunciando “prácticas beligerantes que se asemejan a actos repetitivos de terrorismo de Estado y adquieren las características de ejecuciones extrajudiciales”.
Estas agresiones fueron denunciadas también por el portavoz del gobierno de Mauritania, Nani Ould Cherouqa, quien confirmó el descontento de su gobierno sobre muerte de ciudadanos mauritanos en el bombardeo de un dron marroquí dentro de las tierras del Sáhara Occidental [15].
Si bien los drones no constituyen un arma prohibida por el Derecho Internacional Humanitario debido a su carácter indiscriminado, su utilización en el marco de un conflicto armado se debe regir en todo momento por los principios de distinción, proporcionalidad, necesidad militar y humanidad [16].
CUAL ES SON LAS ACTIVIDADES MÁS PELIGROSAS
Prácticamente cualquier persona o vehículo que cruce o esté dentro del territorio saharaui está en punto de mira de los drones del ejército marroquí.
Pero gracias a un análisis exhaustivo de las actividades más peligrosas y potencialmente mortales hemos podido saber según la base de datos que, los más castigados son los buscadores de oro por un 50%, estos incluyen ataques directos al lugar de las excavaciones, así como lo viajes desde y hacia estos puntos. Un 30% correspondió a ataques a viajeros en diferentes lugares y rutas; y un 19% incumbió a distintos actividades e infraestructuras [17].
LAS PERDIDAS MATERIALES
Hasta hoy en día no se ha hecho un balance final de los efectos de estos ataques sobre las pertenencias de los civiles y demás instalaciones e infraestructura de carácter benéfico a estos.
No obstante, más de 51 vehículos y coches de diferentes especificaciones fueron destruidos. El 84% son coches 4×4 entre Toyota, Nissan y Land Rover. Un 9.8% son camiones, mientras que un 3.9% de cisternas para la provisión de agua bebible para familias, comunidades y nómadas. El 29% de estos coches fueron abatidas en 2021, contra casi un 62% fueron destruidas en 2022.

La inmensa mayoría de los coches, con un 51% corresponden a saharauis, mientras que un 35% son de mauritanos.

Se deduce de estos datos, que la cantidad de coches destruidos es inversamente proporcional a la cantidad de víctimas, por la razón, de que el mayor número de víctimas mauritanos eran buscadores de oro y viajaban en grupos, mientras que los saharauis, muchas veces en grupos reducidos y siendo viajeros.
Además de las estas pérdidas materiales, el ejército marroquí apunta a los medios de subsistencia de los saharauis continúa con sus tácticas sucias, dirigida contra los medios de subsistencia de varias familias saharauis que residían en los territorios liberados. Varias manadas de cadáveres de camellos varados en el desierto, se han visto en varias partes resultado de un bombardeo del ejército marroquí. [18] De los camellos se extrae comida y bebida, así como unos pequeños ingresos para subsistir en mitad del desierto. Estos exterminios dejan a decenas de familia sin recursos más elementales para subsistir.
LOS PRINCIPIOS DE DISTINCIÓN, PROPORCIONALIDAD, NECESIDAD MILITAR Y HUMANIDAD
 
La proporcionalidad de un ataque depende de la importancia militar del objetivo. Tal y como establece el art. 51.5.b) del Protocolo I Adicional a los Convenios de Ginebra, se consideran ataques indiscriminados y, por tanto, quedan prohibidos.
SMACO ha tenido acceso a la información a dos casos, uno militar y otro civil, en los cuales no se han respetado estos principios.
El primero, es el caso del joven Deidih Mahmud Hueibita donde fue asesinado cuando fue alcanzado por un cohete de un dron el 24 de noviembre 2022 en la región fronteriza mauritano-saharaui de Ahfir.
El otro caso, es del único caso militar que hemos tratado en este estudio, es para testificar esta desproporcionalidad, y es el caso del joven Jatra Buchraia, que según su acompañante, otro militar, Ahmed Salem Brahim Mohamed, quien conducía el coche, dijo que “fuimos atacados  al este de Tmeimchet Agzumal,  el 25 de noviembre, sobre las 13.20 h., nos alcanzó el primero cohete, el impacto me lanzó fuera del coche, este se quedó varios metros en marcha, y cuando paro mi acompañante vino a brindarme auxilio, trato en vano de llevarme, le tiraron con otro cohete directo y solo vi una nube de humo y varios pedazos de su cuerpo me impactaron como metrallas”. Otro coche de buscadores de oro que proseguía al sobreviviente, vio la primera explosión, vino al auxilio y fue abatido falleciendo los ocupantes [19].
¿HA UTILIZADO MARRUECOS MUNICIONES TERMOBÁRICAS CONTRA CIVILES?
 
Las municiones del dron Bayraktar TB2 son los misiles aire-tierra de la familia MAM capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 8 a 14 km. Además, pueden emplear diversos tipos de munición reemplazables de fragmentación, termobárica o acumulativa en tándem [20].
La aparición de cuerpos carbonizados en los ataques producidos en algunas zonas, y sobre todo al norte de Tagzumalet con quemaduras graves que han causado la muerte al instante de al menos cinco buscadores de oro, mientras que otros tuvieron graves heridas. Esto demuestra que están siendo atacados por municiones no convencionales.

No se descarta que estas municiones son de armas termobáricas.

Estas municiones son una subclase de armas volumétricas, que consisten de un depósito de combustible y dos cargas explosivas separadas. Cuando se lanza, la primera carga detona y dispersa las partículas de combustible, mientras que la segunda carga enciende el combustible dispersado y el oxígeno en el aire, creando una onda expansiva de presión y calor extremos [21].
COMPARACIONES
 
The Bureau of Investigative Journalism [22] dijo que entre 2010 y 2020, rastreó e investigó los ataques con aviones no tripulados estadounidenses y otras acciones encubiertas en Pakistán, Afganistán, Yemen y Somalia.
Como se ve en el grafico se refleja que, dentro de estos tres países atacados por los estados Unidos de América, solamente Yemen supera en ataques a los perpetrados por Marruecos en el Sáhara Occidental. Y si llegaríamos a sumar el promedio anual de estos ataques que suman 32 años entre estos cuatro países, resultaría que el 40% de los mismos fue dirigido contra civiles en el Sáhara Occidental, en solo dos años.
CONCLUSIONES Y FACTORES A CONSIDERAR
 
Un primer aspecto que hay que analizar es la naturaleza y el alcance de los ataques por drones, es decir, si se puede considerar que dichos ataques han cruzado el umbral exigido para ser calificados como un «ataque armado», tal y como exige la Carta de las Naciones Unidas, que abra las puertas a la legítima defensa [23], puesto que no se ha podido establecer ningún vinculo o nexo entre estos civiles y los militares del ejército saharaui.
Si la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales, lo ampara Protocolo I Adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, como se pueda justificar la ausencia e intervención –in situ- de grandes instituciones como la Cruz Roja Internacional y el desinterés, dejadez y abandono de instituciones y ONGs como Human Rights Wach y Amnistía Internacional que deberían monitorear y hacer un seguimiento a estos crímenes, no hacen más que robustecer la intransigencia marroquí para seguir cometiendo estas violaciones con total impunidad.
Lo extraño y chocante es que Marruecos nunca reconoció ni a nivel oficial ni extraoficial atacar a estos civiles, ni llego a expresar sus condolencias a las familias de las víctimas, y menos aún cualquier proceso de reparación, y se niega aun a una disculpa oficial a los países de las víctimas.
Mas info: www.smacows.com  

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