La inflación récord y los precios de la energía que se disparan están sumiendo a cientos de miles de familias trabajadoras en Alemania en una lucha desesperada por sobrevivir. Pero la respuesta del gobierno alemán es obsequiar a los superricos más regalos en efectivo.

Ese es el mensaje central de la llamada ‘Ley de Compensación por Inflación’, que presentó esta semana el ministro federal de Finanzas, Christian Lindner (Partido Democrático Libre-FDP), para ser aprobada por el gabinete en septiembre.

Incluso economistas cercanos al gobierno admiten que la propuesta de Lindner acelera la redistribución de la riqueza de abajo hacia arriba. ‘Una reforma en la que los que ganan más ganan nominalmente más simplemente llega en el momento equivocado’, dijo Veronika Grimm, miembro del Consejo Alemán de Expertos Económicos, al Rheinische Post .

Jens Südekum, profesor de economía en Düsseldorf y asesor del gobierno alemán, dijo a Der Spiegel: “Este paquete proporcionará alivio para todos los niveles de ingresos, y simplemente no hay tiempo para eso en este momento. Las personas con altos ingresos en realidad son las que más se benefician de las medidas en términos absolutos. Las medidas fiscales no ayudan a los que ganan muy poco dinero. En vista del aumento de la inflación, necesitaríamos una redistribución de arriba hacia abajo, no al revés”.

También hubo voces críticas aisladas de las filas de los otros miembros de la coalición de gobierno ‘semáforo’, el Partido Socialdemócrata (SPD) y los Verdes. Pero esto no significa nada. Más bien, muestra de una manera “casi ideal-típica” “cómo funciona el sistema de semáforos”, como comentó con cinismo el conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung. ‘Todo el mundo levanta a gritos su reclamo… pero se mantiene a la vista el objetivo de llegar a un acuerdo’.

Cuando los asesores gubernamentales individuales y los políticos critican públicamente a Lindner, es por temor a un ‘otoño caluroso’. El profesor Südekum lo afirma abiertamente en su entrevista con Der Spiegel. Teme que haya protestas no solo contra los altos precios y la pobreza, sino también contra la guerra de Ucrania.

En respuesta a la pregunta de Der Spiegel, ‘¿Espera radicalización política y un otoño caluroso?’ él responde: “Por supuesto, los partidos radicales canibalizarán la situación. Pero si el precio del gas se dispara en invierno y el Estado deja a las personas más pobres a su suerte, la solidaridad con Ucrania también se derrumbará… Así que tenemos que encontrar una solución social para no hacerle el juego al Kremlin”.

El gobierno no se dejará desviar de su curso por tales objeciones. El presidente del SPD, Lars Klingbeil, dijo al programa matutino de la emisora ZDF que, aunque tenía ‘ diferentes ideas en detalles’, Lindner había enviado la ‘señal correcta’ con sus planes.

El canciller Olaf Scholz (SPD), quien fue ministro de finanzas de la canciller Angela Merkel, respaldó de inmediato a Lindner y expresó su ‘buena voluntad fundamental’. En declaraciones a la emisora ARD, Scholz dijo que la propuesta de Lindner fue ‘muy útil’. Dado que él mismo había compensado el aumento de la escala impositiva cuando era ministro de Finanzas, esta ‘no podría ser una idea obviamente equivocada’, dijo.

El aumento gradual de los tramos impositivos significa que los grupos de ingresos medios suben automáticamente a una tasa impositiva más alta cuando aumentan sus salarios, sin dejar nada del aumento. Lindner usa esto como una excusa para atender a su rica clientela.

Quiere proporcionar un total de €10 mil millones en alivio para 48 millones de contribuyentes aumentando las tasas impositivas de entrada y máximas. Esto corresponde a una media de €192 al año, pero se distribuye de forma muy desigual. Las personas con mayores ingresos con ingresos anuales superiores a €62.000 ahorrarán algo menos de €500, mientras que las parejas casadas con altos ingresos ahorrarán hasta €2.000. Una familia con dos hijos y una renta de €30.000, en cambio, ahorrará como máximo €300. Los que ganan menos de €10.350, el umbral para pagar el impuesto sobre la renta, se van completamente con las manos vacías.

La reforma fiscal de Lindner es solo la punta del iceberg. La tasa de inflación actual, oficialmente 7,5 por ciento, está derritiendo los ingresos como los glaciares frente al calentamiento global. Los sindicatos, que están confabulados con el gobierno, están haciendo todo lo posible para mantener los acuerdos salariales muy por debajo de la tasa de inflación.

Especialmente con el aumento de los precios de la gasolina, un resultado directo de las sanciones y la guerra contra Rusia, los hogares de la clase trabajadora enfrentan cargas devastadoras mientras que las grandes compañías de energía obtienen miles de millones en ganancias.

Una familia típica tendrá que pagar varios miles de euros extra por la factura del gas de su hogar. Los proveedores de energía ya han comenzado a enviar facturas más altas. El proveedor de energía de Colonia, Rheinenergie, comenzará a aumentar los precios en un 116 por ciento a partir del 1 de octubre. Una factura promedio de €2800 al año por gas aumentará a más de €6000, lo que corresponde a un aumento mensual de €270.

El gobierno había prometido remediar la situación. Pero hasta el momento solo se ha decidido por una subvención única a tanto alzado de 300€, que se abonará en septiembre y está sujeta a tributación. Está pensado como compensación por los altos precios de la gasolina y ni siquiera cubre el valor de un mes de precios más altos de la energía.

Al mismo tiempo, el propio gobierno ha elevado aún más el precio del gas para la calefacción y la cocina al aprobar un impuesto al gas que se cobrará a todos los consumidores de gas. El gravamen se está utilizando para compensar las pérdidas sufridas por las empresas de servicios públicos municipales e intermediarios como Uniper, que no pueden trasladar inmediatamente el aumento de los precios de compra a sus clientes. Así, el dinero fluye hacia las arcas de las grandes empresas energéticas, que están obteniendo superbeneficios gracias a los altos precios del mercado mundial.

La ley de compensación de la inflación de Lindner demuestra el carácter de clase de la coalición del ‘semáforo’, que representa sin reservas los intereses de los capitalistas frente a la clase trabajadora.

Con el fin de defender las ganancias de las corporaciones y los bancos alemanes, hacer de Alemania la principal potencia militar en Europa e intensificar la guerra de poder contra Rusia en Ucrania, está preparado para caminar sobre los cadáveres y aplastar todos los logros sociales y democráticos de la clase obrera.

(Publicado originalmente en inglés el 15 de agosto de 2022)