Las madres y las hijas de Ama Ata Aidoo

Fuente: Umoya num. 106 – 1er trimestre 2022                                Raquel Pons

A short story by Ghana's Ama Ata Aidoo offers a view of humanity's place in  the world

Ama Ata Aidoo ha escrito menos de lo que desearía. Lo confiesa en el documental que Yaba Badoe dedica en 2014 a una de las voces literarias africanas más poderosas del siglo XX. Al contrario que Buchi Emecheta, con quien comparte estrado en numerosos estudios sobre literatura africana, Aidoo encuentra muy difícil escribir mientras su hija Kina la mira fijamente. Para Aidoo, Emecheta, con su ramillete de hijos, es un prodigio capaz de hacer hueco en una mesa llena de platos y tazas para dedicarse a su escritura    

Claro que Aidoo, además de madre y escritora, se ha dedicado a la enseñanza, llegando a ser ministra de Educación en Ghana en 1982. Su padre marca un antes y un después en su vida cuando le oye decir que educar a una mujer es educar a una nación. Sin embargo, dieciocho meses después, renuncia al cargo paladeando una amarga impotencia; una sola fuerza no basta para el cambio, y lleva demasiado tiempo sin escribir.                    Su carrera literaria empieza cuando el club Ibadan’s Mbari, un centro de actividad cultural de Nigeria, la nombra ganadora de su certamen de relatos. Después Aidoo publica las obras de teatro Dilemma of a Ghost (1965) y Anowa (1969); la colección de relatos No Sweetness Here (1970); y dos novelas, Our Sister Killjoy (1977) y Changes. A Love Story (1991). Dejamos por el camino colecciones de poemas y más relatos que también ha escrito, a pesar de su hija Kina mirándola fijamente. Entre los temas que le conciernen, la escritora ghanesa pasa revista al neocolonialismo, la educación, la identidad de la mujer, el matrimonio, la modernidad, la tradición y, por supuesto, la maternidad. Pero también su opuesto, la no madre. Sobre este binomio es donde detendremos, bajo la reposada mirada de Kina, nuestra atención. Aunque la maternidad (o su ausencia), se verá salpicada por todo lo anterior.

¿Qué significa ser madre en la sociedad ghanesa? Al igual que en el resto del continente, en el pueblo Akan, de donde Aidoo procede, no tener hijos es un anatema. Ser madre equivale a ser mujer. Así lo remarca la tradición, que Aidoo hace visible en sus obras mediante personajes que la abanderan, como Badua, madre de Anowa, cuando clama «A woman like her / should bear children / many children» («Una mujer como ella/ debería tener niños/ muchos niños»).

Changes: A Love Story - Livre de Ama Ata Aidoo

Con todo, como sociedad matrilineal, la mujer africana tiene un papel que no puede mirarse con las gafas del feminismo occidental. Tal es su importancia, que una mujer que trae al mundo cuatro varones se considera infértil por no haber traído ninguna hija. Incluso llega a ocasionar grandes conflictos entre suegras y nueras, ya que es la madre quien debe escoger a la futura esposa de sus hijos. Por eso estalla el conflicto cuando, en Dilemma of a Ghost, Ato le anuncia a su familia que se ha casado con Eulalie. Pero como el conflicto con la suegra da para otra tesis, volvamos a lo que nos ocupa.

Entre las múltiples miradas que Aidoo posa sobre su sociedad, se fija en ese imperativo de ser madre. Si no biológica, adoptiva, como acabará haciendo Anowa con los esclavos que compra su marido; idea que explora también No Sweetness in Here. Por otro lado, vemos a Eulalie en Dilemma of a Ghost instigada por la familia de Ato para combatir su supuesta infertilidad -achacada a lo mucho que bebe y fuma Eulalie-, cuando en realidad Ato y ella han decidido posponer tener hijos. Mientras que en Changes, Oko, el primer marido de Esi, quiere ampliar la descendencia; desearía tener otro hijo, aunque sea una hija. Las novelas de Aidoo suponen una búsqueda de la identidad de la mujer ghanesa. Y esa identidad viene indefectiblemente marcada por los hijos (o su ausencia).

No tener hijos es una lacra. Lo vemos en Anowa y en la Esi de Changes. También en Maami Ama que, en su lucha por divorciarse, está dispuesta a dejar que su hijo Kwesi se quede con su padre (idea que repite Esi). Finalmente, una serpiente muerde y mata a Kwesi. El dolor que siente su madre no es solo por haber perdido un hijo, sino su único hijo: «What does one do, when one’s only waterpot breaks?» («¿Qué puede hacer una cuando su único cántaro de agua se rompe?»)

Sin embargo, Aidoo también deja claro que tener un ramillete de hijos como Emecheta no necesariamente es sinónimo de felicidad. Lo vemos en la mejor amiga de Esi, Opokuya, para quien la maternidad pesa tanto como sus propias caderas. La escritora es consciente del peso que supone la maternidad en África, aunque para ella no deje de ser una experiencia enriquecedora.

Con todo, las madres (e hijas) de la ficción de Aidoo, a pesar del contexto opresor en el que viven, son personajes fuertes, heroínas que hablan y piensan por sí mismas. Esta mirada opresiva toma a menudo la forma de personajes como las vecinas de Dilemma of a Ghost, pero también tienen este rol las familias de Ali, Ato, Anowa y aparece en múltiples relatos de No Sweetness in Here. Todos ellos hacen las veces de voz del pueblo. Pero las protagonistas no ceden ante la presión social. Al contrario, la miran para confrontarla. Esa confrontación nos lleva a hablar de Our Sister Killjoy, donde Sissie critica el no retorno de sus hermanos y hermanas, que son enviados fuera para estudiar, pero jamás regresan a su Madre África. Esa nostalgia por la madre que dejamos atrás la sufre también uno de los protagonistas de No Sweetness in Here, que al encontrarse en el autobús con una mujer que le recuerda a su madre, quiere darle dinero. Por otro lado, en Our Sister Killjoy, Aidoo nos pone de frente una mujer cuya identidad se defiende sin el sustantivo madre, una cuestión que será reivindicada por la literatura anglófona escrita por autoras negras.

¿Cómo es entonces la no madre para Aidoo? Estaremos de acuerdo en que las representa como seres asertivos capaces de tomar decisiones, que vacilan entre la dependencia y la independencia. Es cierto que el momento vital de Sissie no acompaña a la maternidad. En cualquier caso, de volver a África y formar una familia, no parece que Sissie vaya a ser madre, o al menos no en el sentido tradicional. Al contrario de lo que veíamos en Dilemma of a Ghost, donde sí se produce un reencuentro entre modernidad y tradición, entre madre (suegra) e hija. Con todo, Sissie es capaz de apropiarse de su identidad como mujer, en lugar de su identidad como madre.

En suma, el trabajo de Aidoo supone un ejercicio para comprender la complejidad de la opresión de la mujer africana; opresión que viene delimitada, en parte, por la dificultad para las mujeres de recuperar el poder asociado a la maternidad y reapropiarse del concepto de Madre África explotado por los hombres como arma política.

Ser madre y ser madre en África es el culmen de la tradición, pero es solo una parte de la mujer que habla, que se defiende, que lucha, que resiste, que se levanta. Ser un ser humano, una mujer, es ser una Anowa que defiende la libertad frente a la opresión de un marido que compra esclavos; una Eulalie que reclama su derecho a elegir cómo, con quién y cuándo ser madre; una Esi que busca constantemente su identidad como mujer, antes que madre y esposa; una Sissie que mira de frente y se pregunta: ¿Cómo se consuela entonces a quien llora por una perdida colectiva?

Biografía

Aidoo nació el 23 de marzo de 1942 en Saltpond en la Región Central de Ghana . Se crió en una casa real de Fante , hija de Nana Yaw Fama, jefe de Abeadzi Kyiakor, y Maame Abasema. Creció en una época de resurgimiento del neocolonialismo británico que estaba teniendo lugar en su tierra natal. Su abuelo fue asesinado por neocolonialistas, lo que llamó la atención de su padre sobre la importancia de educar a los niños y las familias del pueblo sobre la historia y los acontecimientos de la época. Esto lo llevó a abrir la primera escuela en su aldea e influyó en Aidoo para que asistiera a la Wesley Girls Highschool, donde decidió por primera vez que quería ser escritora.

Aidoo asistió a Wesley Girls Senior High School en Cape Coast de 1961 a 1964. Después de la secundaria, se matriculó en la Universidad de Ghana, Legon, donde obtuvo el título de Licenciada en Artes en Inglés y también escribió su primera obra de teatro. , El dilema de un fantasma , en 1964. La obra fue publicada al año siguiente, convirtiendo a Aidoo en la primera dramaturga africana publicada.

Ama fue nombrada Ministra de Educación en 1982. Renunció después de 18 meses, consciente de que no podría lograr su objetivo de hacer que la educación en Ghana fuera accesible para todos. Ha retratado el papel de la mujer africana en la sociedad contemporánea. Ella ha opinado que la idea del nacionalismo ha sido desplegada por líderes recientes como un medio para mantener a la gente oprimida. Ha criticado a los africanos alfabetizados que profesan amar a su país pero se dejan seducir por los beneficios del mundo desarrollado. Ella cree en una identidad africana distinta, que ve desde una perspectiva femenina.

Trabajó en los Estados Unidos, donde obtuvo una beca en escritura creativa en la Universidad de Stanford, California. También se desempeñó como investigadora en el Instituto de Estudios Africanos de la Universidad de Ghana y como profesora de inglés en la Universidad de Cape Coast, y finalmente ascendió allí al puesto de profesora.

Ama Ata Aidoo es una de las escritoras más reconocidas de África y después de muchas décadas retratando en sus libros la vida de las mujeres africanas, ahora son su historia y su trayectoria literaria las que se plasman en un documental que «explora su contribución artística y su condición de pionera» en lo que a la literatura africana hecha por mujeres se refiere.

«Puede escribir una historia corta, de tan sólo tres páginas, y mostrarte el mundo con eso», dicen de ella en la película, una cinta en la que se recogen también algunos de los fragmentos más polémicos de sus obras y sus reflexiones sobre temas tan diversos como la diáspora, la escritura o la mujer.                                                                                                Claro que Aidoo, además de madre y escritora, se ha dedicado a la enseñanza, llegando a ser ministra de Educación en Ghana en 1982. Su padre marca un antes y un después en su vida cuando le oye decir que educar a una mujer es educar a una nación. Sin embargo, dieciocho meses después, renuncia al cargo paladeando una amarga impotencia; una sola fuerza no basta para el cambio, y lleva demasiado tiempo sin escribir.                                                             Su carrera literaria empieza cuando el club Ibadan’s Mbari, un centro de actividad cultural de Nigeria, la nombra ganadora de su certamen de relatos. Después Aidoo publica las obras de teatro Dilemma of a Ghost (1965) y Anowa (1969); la colección de relatos No Sweetness Here (1970); y dos novelas, Our Sister Killjoy (1977) y Changes. A Love Story (1991). Dejamos por el camino colecciones de poemas y más relatos que también ha escrito, a pesar de su hija Kina mirándola fijamente. Entre los temas que le conciernen, la escritora ghanesa pasa revista al neocolonialismo, la educación, la identidad de la mujer, el matrimonio, la modernidad, la tradición y, por supuesto, la maternidad. Pero también su opuesto, la no madre. Sobre este binomio es donde detendremos, bajo la reposada mirada de Kina, nuestra atención. Aunque la maternidad (o su ausencia), se verá salpicada por todo lo anterior.

¿Qué significa ser madre en la sociedad ghanesa? Al igual que en el resto del continente, en el pueblo Akan, de donde Aidoo procede, no tener hijos es un anatema. Ser madre equivale a ser mujer. Así lo remarca la tradición, que Aidoo hace visible en sus obras mediante personajes que la abanderan, como Badua, madre de Anowa, cuando clama «A woman like her / should bear children / many children» («Una mujer como ella/ debería tener niños/ muchos niños»).

Con todo, como sociedad matrilineal, la mujer africana tiene un papel que no puede mirarse con las gafas del feminismo occidental. Tal es su importancia, que una mujer que trae al mundo cuatro varones se considera infértil por no haber traído ninguna hija. Incluso llega a ocasionar grandes conflictos entre suegras y nueras, ya que es la madre quien debe escoger a la futura esposa de sus hijos. Por eso estalla el conflicto cuando, en Dilemma of a Ghost, Ato le anuncia a su familia que se ha casado con Eulalie. Pero como el conflicto con la suegra da para otra tesis, volvamos a lo que nos ocupa.

Entre las múltiples miradas que Aidoo posa sobre su sociedad, se fija en ese imperativo de ser madre. Si no biológica, adoptiva, como acabará haciendo Anowa con los esclavos que compra su marido; idea que explora también No Sweetness in Here. Por otro lado, vemos a Eulalie en Dilemma of a Ghost instigada por la familia de Ato para combatir su supuesta infertilidad -achacada a lo mucho que bebe y fuma Eulalie-, cuando en realidad Ato y ella han decidido posponer tener hijos. Mientras que en Changes, Oko, el primer marido de Esi, quiere ampliar la descendencia; desearía tener otro hijo, aunque sea una hija. Las novelas de Aidoo suponen una búsqueda de la identidad de la mujer ghanesa. Y esa identidad viene indefectiblemente marcada por los hijos (o su ausencia).

No tener hijos es una lacra. Lo vemos en Anowa y en la Esi de Changes. También en Maami Ama que, en su lucha por divorciarse, está dispuesta a dejar que su hijo Kwesi se quede con su padre (idea que repite Esi). Finalmente, una serpiente muerde y mata a Kwesi. El dolor que siente su madre no es solo por haber perdido un hijo, sino su único hijo: «What does one do, when one’s only waterpot breaks?» («¿Qué puede hacer una cuando su único cántaro de agua se rompe?»)

Sin embargo, Aidoo también deja claro que tener un ramillete de hijos como Emecheta no necesariamente es sinónimo de felicidad. Lo vemos en la mejor amiga de Esi, Opokuya, para quien la maternidad pesa tanto como sus propias caderas. La escritora es consciente del peso que supone la maternidad en África, aunque para ella no deje de ser una experiencia enriquecedora.

Con todo, las madres (e hijas) de la ficción de Aidoo, a pesar del contexto opresor en el que viven, son personajes fuertes, heroínas que hablan y piensan por sí mismas. Esta mirada opresiva toma a menudo la forma de personajes como las vecinas de Dilemma of a Ghost, pero también tienen este rol las familias de Ali, Ato, Anowa y aparece en múltiples relatos de No Sweetness in Here. Todos ellos hacen las veces de voz del pueblo. Pero las protagonistas no ceden ante la presión social. Al contrario, la miran para confrontarla. Esa confrontación nos lleva a hablar de Our Sister Killjoy, donde Sissie critica el no retorno de sus hermanos y hermanas, que son enviados fuera para estudiar, pero jamás regresan a su Madre África. Esa nostalgia por la madre que dejamos atrás la sufre también uno de los protagonistas de No Sweetness in Here, que al encontrarse en el autobús con una mujer que le recuerda a su madre, quiere darle dinero. Por otro lado, en Our Sister Killjoy, Aidoo nos pone de frente una mujer cuya identidad se defiende sin el sustantivo madre, una cuestión que será reivindicada por la literatura anglófona escrita por autoras negras.

¿Cómo es entonces la no madre para Aidoo? Estaremos de acuerdo en que las representa como seres asertivos capaces de tomar decisiones, que vacilan entre la dependencia y la independencia. Es cierto que el momento vital de Sissie no acompaña a la maternidad. En cualquier caso, de volver a África y formar una familia, no parece que Sissie vaya a ser madre, o al menos no en el sentido tradicional. Al contrario de lo que veíamos en Dilemma of a Ghost, donde sí se produce un reencuentro entre modernidad y tradición, entre madre (suegra) e hija. Con todo, Sissie es capaz de apropiarse de su identidad como mujer, en lugar de su identidad como madre.

En suma, el trabajo de Aidoo supone un ejercicio para comprender la complejidad de la opresión de la mujer africana; opresión que viene delimitada, en parte, por la dificultad para las mujeres de recuperar el poder asociado a la maternidad y reapropiarse del concepto de Madre África explotado por los hombres como arma política.

Ser madre y ser madre en África es el culmen de la tradición, pero es solo una parte de la mujer que habla, que se defiende, que lucha, que resiste, que se levanta. Ser un ser humano, una mujer, es ser una Anowa que defiende la libertad frente a la opresión de un marido que compra esclavos; una Eulalie que reclama su derecho a elegir cómo, con quién y cuándo ser madre; una Esi que busca constantemente su identidad como mujer, antes que madre y esposa; una Sissie que mira de frente y se pregunta: ¿Cómo se consuela entonces a quien llora por una perdida colectiva?

Biografía

Aidoo nació el 23 de marzo de 1942 en Saltpond en la Región Central de Ghana . Se crió en una casa real de Fante , hija de Nana Yaw Fama, jefe de Abeadzi Kyiakor, y Maame Abasema. Creció en una época de resurgimiento del neocolonialismo británico que estaba teniendo lugar en su tierra natal. Su abuelo fue asesinado por neocolonialistas, lo que llamó la atención de su padre sobre la importancia de educar a los niños y las familias del pueblo sobre la historia y los acontecimientos de la época. Esto lo llevó a abrir la primera escuela en su aldea e influyó en Aidoo para que asistiera a la Wesley Girls Highschool, donde decidió por primera vez que quería ser escritora.

Aidoo asistió a Wesley Girls Senior High School en Cape Coast de 1961 a 1964. Después de la secundaria, se matriculó en la Universidad de Ghana, Legon, donde obtuvo el título de Licenciada en Artes en Inglés y también escribió su primera obra de teatro. , El dilema de un fantasma , en 1964. La obra fue publicada al año siguiente, convirtiendo a Aidoo en la primera dramaturga africana publicada.

Ama fue nombrada Ministra de Educación en 1982. Renunció después de 18 meses, consciente de que no podría lograr su objetivo de hacer que la educación en Ghana fuera accesible para todos. Ha retratado el papel de la mujer africana en la sociedad contemporánea. Ella ha opinado que la idea del nacionalismo ha sido desplegada por líderes recientes como un medio para mantener a la gente oprimida. Ha criticado a los africanos alfabetizados que profesan amar a su país pero se dejan seducir por los beneficios del mundo desarrollado. Ella cree en una identidad africana distinta, que ve desde una perspectiva femenina.

Trabajó en los Estados Unidos, donde obtuvo una beca en escritura creativa en la Universidad de Stanford, California. También se desempeñó como investigadora en el Instituto de Estudios Africanos de la Universidad de Ghana y como profesora de inglés en la Universidad de Cape Coast, y finalmente ascendió allí al puesto de profesora.

Ama Ata Aidoo es una de las escritoras más reconocidas de África y después de muchas décadas retratando en sus libros la vida de las mujeres africanas, ahora son su historia y su trayectoria literaria las que se plasman en un documental que «explora su contribución artística y su condición de pionera» en lo que a la literatura africana hecha por mujeres se refiere.

«Puede escribir una historia corta, de tan sólo tres páginas, y mostrarte el mundo con eso», dicen de ella en la película, una cinta en la que se recogen también algunos de los fragmentos más polémicos de sus obras y sus reflexiones sobre temas tan diversos como la diáspora, la escritura o la mujer.

 

 

 

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