Fuente: https://www.lamarea.com/2021/11/12/la-guerra-silenciada-del-sahara-occidental/
Se cumple un año desde que las tropas marroquíes rompieran el alto al fuego y colocaran el conflicto en un callejón sin salida.
TEXTO Y FOTOS: DAVID BOLLERO//
Hace un año (13 noviembre 2020), con la entrada de las Fuerzas Armadas marroquíes en el paso fronterizo del Guerguerat, Marruecos rompía los términos del Acuerdo Militar número 1 y, con ello, el alto el fuego suscrito en 1991 con el Frente Polisario al amparo de las Naciones Unidas. Públicamente, Marruecos niega que exista una guerra y, sin embargo, el último informe elaborado por el secretario general de la ONU, António Guterres, para el Consejo de Seguridad sobre el Sáhara Occidental detalla cómo el Real Ejército de Marruecos informó a la MINURSO de 1.099 incidentes de disparos a distancia contra sus unidades en la berma o cerca de ella, entre el 13 de noviembre de 2020 y el 31 de agosto de 2021.
Según este informe, el 83% de la actividad bélica se concentra en la región de Mahbes, al frente de la cual se encuentra Bali Hamudi Nayem, jefe de la región militar VI del Frente Polisario, que da por buena esta cifra. En el momento de la entrevista con él, ninguna de las nueve bajas oficiales en las filas saharauis se había producido en Mahbes, pese a ser la región más activa. Tres días después, se registraron dos bajas allí.
Soldado en guerra desde los 18 años, Nayem es una leyenda en el ejército polisario. Luchó en la primera contienda contra Marruecos (1975-1991) y ha sido herido hasta en siete ocasiones. Para el comandante saharaui, “se trata de una guerra de desgaste en la que tan solo estamos calentando, a la espera de que nos ordenen operaciones de mayor envergadura”.
Sin embargo, surgen dudas acerca de la capacidad militar del Polisario respecto a Marruecos. Frente a los destartalados vehículos desprovistos de cristales e impregnados con una mezcla de agua, azúcar y tierra para evitar el reflejo del sol, los viejos Kaláshnikov repletos de cicatrices o las baterías antiaéreas de 23 mm que presumiblemente combatieron en las filas saharauis en la guerra de los años 80 –extremo que Nayem ni confirma ni desmiente–, Marruecos disparó en 2020 su presupuesto militar un 30% rondando los 5.000 millones de dólares.
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