La complicidad del régimen jordano con Israel

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El reciente contraataque de drones realizado por Irán contra Israel ha aumentado al extremo las tensiones en Medio Oriente, la extensa región en la que se incluyen los países árabes y musulmanes [1]. Esta situación se expresa agudamente en Jordania que fue el único país árabe que ayudó militarmente a Israel a neutralizar este ataque [2].

La dinámica de la situación jordana es muy importante para el conjunto de la región. En especial, para la lucha del pueblo palestino por recuperar su territorio histórico, usurpado por Israel. Actualmente, en su heroica resistencia contra la agresión genocida que sufre en la Franja de Gaza por parte del sionismo.

Jordania limita con el territorio palestino de Cisjordania (los separa el río Jordán). Por siglos, este país fue dominado por el imperio turco. Luego de la derrota de este Imperio en la I Guerra Mundial (1918), pasó a estar bajo dominio de Gran Bretaña. Obtuvo su independencia en 1946 e instaló un régimen monárquico que continúa hasta hoy.

A partir de 1947, cuando se creó el Estado de Israel, Cisjordania quedó bajo administración jordana. Al mismo tiempo, cuando el sionismo inició la nakba, cientos de miles de palestinos fueron obligados a emigrar, en especial a países árabes limítrofes, como Jordania, donde quedaron como refugiados, en condiciones muy duras[3]. En 1967, Israel se apropió directamente de Cisjordania y la ocupó militarmente. El régimen jordano se mantenía en “situación de guerra” con el Estado de Israel y así participó de varios conflictos bélicos contra este Estado, junto con otros países árabes.

Finalmente, en 1994, en el marco de la política de los “acuerdos de Oslo” impulsada por el imperialismo, el régimen monárquico jordano reconoció el Estado de Israel y firmó “la paz” con él. Fue una gran traición del régimen jordano y de numerosos países árabes al pueblo palestino y a su lucha por recuperar su territorio histórico[4].

Como resultado, la monarquía jordana entregó “legalmente” Cisjordania a Israel y pasó a ser cómplice del Estado sionista. Como parte de ello, se transformó en un “custodio externo” de las fronteras israelíes y en un “dique de contención y opresión” de los refugiados palestinos que viven en su territorio, a los que reprime cada vez que luchan contra esa situación. Actualmente, viven en Jordania cerca de 2.500.000 palestinos (sobre una población total de menos de 12 millones de habitantes).

¿Cuál es la situación actual?

Por todo lo expuesto, las relaciones entre el pueblo jordano y el palestino son muy profundas. La gran mayoría del pueblo jordano apoya a fondo la lucha y la resistencia palestina contra Israel y repudia la complicidad del régimen monárquico con el sionismo.

Recientemente, esto se ha expresado en una intensa ola de movilizaciones, al igual que en otros países árabes[5]. En Jordania fueron movilizaciones muy grandes y se extendieron varios días, con decenas de miles de personas en las calles al grito de “¡Gaza está con hambre, gobiernos árabes cobardes!”. En una de esas movilizaciones, una numerosa vanguardia logró romper el cerco policial y avanzó a intentar cercar la embajada de Israel. En esos momentos, la policía jordana reprimió duramente a esa vanguardia de la movilización (en su mayoría jóvenes), detuvo a muchos de ellos y comenzó a perseguir a quienes habían impulsado la acción. Esta es la situación inmediata de la que viene este país.

El contraataque iraní con drones ha vuelto a mostrar la profunda complicidad del régimen jordano con el Estado sionista: Las fuerzas aéreas jordanas se lanzaron a interceptar los proyectiles, en una actuación decisiva para neutralizar el golpe de Teherán contra Israel”[6]. En otras palabras, actuaron como brazo auxiliar de las fuerzas armadas israelíes derribando drones que pasaban sobre el territorio jordano.

No hemos conseguido información de que haya habido movilizaciones en Jordania contra esta nueva muestra de complicidad del régimen monárquico. Es posible que la represión a las recientes movilizaciones, que incluyó la persecución y la detención de algunos de sus impulsores, haya amortiguado una respuesta inmediata.

Pero esta posibilidad de una nueva oleada de movilizaciones está latente, porque el apoyo al pueblo palestino y el repudio a la política del régimen monárquico permanecen intactos. Un importante medio alemán nos informa: «‘Estoy muy molesto por cómo Jordania ha defendido a Israel’, afirmó Hussein, un activista que no reveló su nombre completo, por temor a represalias del gobierno. ‘Mucha gente aquí no lo acepta. No apoyamos a Irán […] Pero respaldamos cualquier acción que disuada a Israel de continuar actuando como hasta ahora en Gaza’«. En tanto, Maryam, una estudiante universitaria de Ammán, expresó: «Irán no es popular en Jordania en general. Pero rechazo la interceptación de misiles iraníes por parte de Jordania…[7].

Esta aguda contradicción que existe en Jordania entre los sentimientos de su pueblo y lo que hace el régimen y el gobierno jordano también se manifiesta con claridad en muchos países árabes y musulmanes. La agresión genocida de Israel en la Franja de Gaza la agudizó todavía más, como vimos en la reciente oleada de movilizaciones, ya referida.

Muchos medios imperialistas (que apoyan a Israel, al igual que sus gobiernos) están muy preocupados de que esta contradicción genere una nueva “primavera árabe”, como se llamó a los procesos revolucionarios que lucharon contra numerosos regímenes de la región, a partir de finales de 2010[8]. En aquellos años, el eje de las movilizaciones eran los reclamos democráticos contra los regímenes dictatoriales y el deterioro de las condiciones de vida de la población. Actualmente, el centro de los posibles procesos de lucha contra estos regímenes es la “cuestión palestina”.

En numerosos artículos hemos dicho que la heroica resistencia palestina en los territorios ocupados por Israel lucha contra su enemigo con una gran inferioridad militar. Para recuperar su territorio histórico, el pueblo palestino necesita derrotar militarmente y destruir el Estado de Israel.

Para que ese objetivo sea posible, es necesario que la lucha palestina sea la chispa que “incendie” la región con un proceso revolucionario de los pueblos árabes contra sus gobiernos y regímenes traidores, para retomar el camino de la lucha militar contra Israel. Esto es esencial en los países limítrofes con regímenes traidores, como Egipto y Jordania[9].

Como hemos visto, también está abierta la posibilidad de que estas movilizaciones en varios países sean un síntoma del inicio de una nueva ola de gigantescas movilizaciones en el mundo árabe. Por así decirlo, una “nueva primavera árabe”. La LIT-CI y sus simpatizantes en el mundo árabe ponen todos sus esfuerzos para impulsar esas movilizaciones.

Alejandro Iturbe


[1] https://litci.org/es/el-contraataque-irani-crea-mas-incertidumbre-en-medio-oriente/

[2] https://www.bbc.com/mundo/articles/cq5nvgg5rjeo

[3] https://litci.org/es/nakba-los-jovenes-no-olvidaron/

[4] https://litci.org/es/oslo-la-paz-de-los-cementerios-para-la-continua-nakba/

[5] https://litci.org/es/fuerte-apoyo-a-palestina-en-los-pueblos-arabes/

[6] Ver referencia 2.

[7] https://www.dw.com/es/jordania-ayud%C3%B3-a-israel-a-defenderse-de-ir%C3%A1n-y-ahora-sus-habitantes-est%C3%A1n-indignados/a-68841394

[8] ¿Sigue viva la Primavera Árabe? – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[9] https://litci.org/es/la-cuestion-palestina-punto-central-de-la-revolucion-arabe/

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