UNRWA es la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente. Es la agencia humanitaria de la ONU la responsable, en particular, de satisfacer las necesidades de la población de Gaza. La UNRWA emplea a 13.000 personas y proporciona asistencia diaria a más de 2 millones de habitantes de Gaza, actualmente víctimas de una operación genocida, hambre organizada y bombardeos incesantes.
El 22 de julio, la Knesset, el parlamento israelí, aprobó un proyecto de ley que convierte a la UNRWA en una organización clasificada como “terrorista” por Israel. Su objetivo es legalizar y justificar todos los bombardeos contra escuelas y otras infraestructuras humanitarias gestionadas por la Agencia, pero también los asesinatos de su personal. Desde el 7 de octubre, el ejército israelí ha arrasado casi todas las escuelas de la ONU en Gaza, que sirven de refugio a los palestinos, y ha matado a casi 200 empleados de la UNRWA.
Esta votación también privará a Gaza de una agencia internacional cuyo papel es absolutamente fundamental para la supervivencia de toda una población.
En enero pasado, Israel creó esta noticia falsa en todo el mundo, afirmando en todos los medios que la UNRWA era en realidad una cueva de “terroristas” y que miembros de su personal habían “participado directamente en los ataques del 7 de octubre”.
Dos días antes, la Corte Internacional de Justicia, el máximo tribunal internacional, reconoció que la acusación de genocidio contra el pueblo palestino por parte del Estado de Israel tenía fundamento jurídico.
La acusación de “terrorismo” contra la organización humanitaria en Gaza fue en realidad un duro contraataque a esta decisión histórica.
Sin embargo, esta afirmación israelí no verificada tuvo un efecto inmediato: 10 países occidentales recortaron su financiación a la UNRWA. Es decir, Estados Unidos, el principal donante con entre 300 y 400 millones de dólares al año, pero también Francia, Alemania y muchos otros.
Todo era una mentira. Un informe de investigación independiente publicado en abril explicaba que Israel no tenía la más mínima prueba de la presencia de “terroristas” dentro de la organización humanitaria. El informe incluso explica que la UNRWA envía periódicamente listas que contienen los nombres de sus empleados y sus funciones a las autoridades israelíes, ¡y que Israel nunca ha expresado ninguna reserva desde 2011! El informe también enfatizó que el papel de la UNRWA es “insustituible e indispensable” para los palestinos.
Pero la retirada de fondos de la organización ha hecho que la población de Gaza sea aún más vulnerable al hambre y los bombardeos. Éste era el objetivo deseado. Ahora, la votación de la Knesset que equipara la ayuda humanitaria con el terrorismo se produce tres días después de que la justicia internacional condenara la colonización de Palestina. Decisión dictada el 19 de julio. Tan pronto como se demuestra que el derecho internacional es incorrecto, el Estado israelí fabrica mentiras.
“No podemos ganar la guerra si no destruimos a la UNRWA. Y esta destrucción debe comenzar de inmediato”, explicó Noga Arbell, exjefa del Ministerio de Asuntos Exteriores, al Parlamento israelí a principios de enero. La estrategia está claramente definida.
Ni siquiera los fascistas clasificaron a la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias como “terroristas” durante la Segunda Guerra Mundial. La votación de los diputados israelíes es la etapa adicional de una política de inversión sistemática de la realidad practicada por un Estado fascista, con el objetivo de eliminar a un pueblo y cortar todos los medios de supervivencia.
Contraataque en francés:
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Le Parlement israélien vote pour que l’UNRWA soit considérée comme une “organisation terroriste”