Fuente: La Jornada/Armando G. Tejeda Domingo 19 de julio de 2020, p. 24
Símbolo de la resistencia contra el capitalismo
Madrid. El anarquista Lucio Urtubia Jiménez, quien fue símbolo de la resistencia al capilalismo en la segunda mitad del siglo XX, falleció ayer en París, a los 89 años. También fue conocido como el Zorro Vasco o el Bandido Bueno, porque diseñó una serie de mecanismos financieros para estafar a los grandes operadores bancarios para financiar movimientos revolucionarios en Europa y América Latina, llegando incluso a estar a punto de hacer quebrar el poderoso Citibank.
Urtubia nació en Cascante, Navarra y murió en París, donde vivía desde 1954, cuando escapó de la dictadura militar de Francisco Franco después de robar un almacen militar. Se le considera refrencia histórica del anarquismo europeo, pero también de la vieja resistencia a la dictadura franquista y de la lucha contra la opresión del sistema capitalista.
Hay varias biografías sobre Urtubia y su vida fue llevada al cine. Comenzó siendo un albañil quien se empapó en el pensamiento anarquista en el París de los años 50 y que llegó a compartir debates con intelectuales como Albert Camus y André Breton.
El padre de Urtubia murió encarcelado por el régimen franquista, víctima de una enfermedad que se le detectó en prisión y en su lecho de muerte le confesó a su hijo, Lucio: Si yo naciera otra vez, sería anarquista
. A partir de entonces se unió a grupos de resistencia.
Una de sus referencias del movimiento anarquista fue el antifranquista Quico Sabaté, fundamental en la resistencia contra la dictadura tanto en el frente de los maquis como en el bloque sindicalista, y quien también tuvo que huir de España para exiliarse en Francia, donde se conocieron.
Tras el fallecimiento de Sabaté, Urtubia decidió emularlo con actos en contra del símbolo del capitalismo: los bancos o el sistema financiero. Para ello ejecutó estafas, falsificaciones y atracos a mano armada de bancos en toda Europa para financiar movimientos guerrilleros en todo el mundo.
El anarquista vasco propuso al gobierno cubano de Fidel Castro falsificar dólares a nivel masivo y atentar contra los intereses de Estados Unidos en Francia, pero también participó de los movimientos anarquistas europeos, en los tupamaros y hasta en las Panteras Negras de Estados Unidos, que fueron cruciales para la lucha contra el racismo y la segregación racial en ese país.
Una de sus maniobras más famosas fue la operación de falsificación que casi hizo quebrar al First National City Bank (hoy Citibank), que consistió en la falsificación de cheques de viajero en la segunda mitad de la década de 1970. Elaboró 8 mil hojas de 25 cheques de 100 dólares cada uno, lo que representó un total de 20 millones de dólares y que utilizó para financiar distintos movimientos guerrilleros.
Fue procesado y encontrado culpable de un delito de falsificación, por el que fue condenado a seis meses de cárcel.
En una de sus últimas visitas a España, en abril del año pasado, expuso ante un grupo de jóvenes que hoy, igual que hace varias décadas, sigue siendo vital resistir y luchar contra un sistema pernicioso para la vida: “El crimen es hacer dinero y quedártelo. Lo demás es precioso: burlarse de las autoridades, de los bancos, de las injusticias… Los que gobiernan están cagados de miedo. La gente se mueve y saben que nos los vamos a comer si no hacen nada”.