Fuente: https://mpr21.info/el-monstruo-de-las-galletas-arroja-la-toalla/
Las ratas abandonan el barco. La dimisión de Victoria Nuland es un reconocimiento de la derrota de Estados Unidos en la guerra que inició contra Rusia en 2014 con un Golpe de Estado en Ucrania, repartiendo galletas en la Plaza Maidan, algo absolutamente insólito en los anales de la diplomacia.
Con sólo 62 años, Nuland es demasiado joven para jubilarse, pero le pusieron al frente del Departamento de Estado con un plan en el que gastó miles de millones de dólares inútilmente.
El periódico británico The Guardian ha escrito el obituario político de Nuland: es el momento de asumir la derrota y sentarse en la mesa de negociaciones; cuanto antes mejor.
Además de la guerra, dice el Guardian, las sanciones también han fracasado “estrepitosamente”, perturbando el comercio mundial. “Puede que incluso perjudiquen a alguien –en particular a los consumidores de energía británicos–, pero no han devastado la economía rusa ni les han hecho cambiar de opinión. Este año se espera que la tasa de crecimiento de Rusia supere la de Gran Bretaña”, concluye el periódico (*).
Funcionaria de carrera del servicio diplomático, Nuland fue asesora de seguridad nacional del vicepresidente Dick Cheney durante los dos primeros años de la Guerra de Irak.
Luego la nombraron embajadora de Estados Unidos ante la OTAN. Fue una de las primeras en impulsar la expansión de la Alianza militar. En la Cumbre de Bucarest de 2008 presionó para incorporar a Ucrania y Georgia. Los gobiernos alemán y francés se opusieron al plan estadounidense. Pero sus presiones contribuyeron a la guerra de agosto del mismo año entre Rusia y Georgia y sentó las bases del choque posterior entre Rusia y Ucrania.
Como subsecretaria de Estado para Europa en los tiempos de Obama, Nuland organizó el Golpe de Estado de 2014 en Ucrania que derrocó al gobierno electo de Yanukovich. Su llamada al entonces embajador de Estados Unidos en Kiev, que se filtró a los medios, también pasará a la historia de la diplomacia. Cuando el embajador puso reparos a sus planes, Nuland exclamó: “Al diablo con la Unión Europea”.
La prolongada presencia de Nuland como alto cargo de la Secretaría de Estado durante tres presidencias diferentes es otra muestra de que en la política exterior estadounidense no predomina la diplomacia sino la fuerza bruta.
(*) https://www.theguardian.com/commentisfree/2024/mar/05/nato-ukraine-russia-germany-military-leak