EEUU. La Casa Blanca y la prensa reviven la mentira del laboratorio de Wuhan

Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/03/03/pers-m03.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws                Andre Damon                                                                         03.03.23

El martes, Christopher Wray, el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) afirmó públicamente que “lo más probable es que el origen de la pandemia [de COVID-19] haya sido un incidente posible en el laboratorio en Wuhan”.

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Wray es el primer oficial del Gobierno de Biden que afirma públicamente su apoyo a la mentira del laboratorio de Wuhan, una teoría conspirativa infundada promovida por el expresidente Donald Trump y su secretario de Estado, Mike Pompeo, alegando que China fue responsable de la pandemia de COVID-19.

Antes de la declaración de Wray, un artículo de Michael R. Gordon, el desacreditado periodista que promovió famosamente las mentiras del Gobierno de Bush sobre las “armas de destrucción masiva” en Irak, dijo que el Departamento de Energía había manifestado su apoyo a la mentira del laboratorio. Las afirmaciones de Gordon fueron respaldadas por más “funcionarios estadounidenses”, posiblemente de la Casa Blanca, que hablaron con CNN, NBC News y el New York Times.

Así como ocurrió con los intentos del Gobierno de Bush de justificar la invasión ilegal de Irak, cuando las agencias de inteligencia de EE.UU. fueron encargadas con fabricar acusaciones falsas para vendérselas al público, los promotores de la teoría conspirativa sobre el laboratorio de Wuhan dentro del Gobierno estadounidense están mintiendo consciente y deliberadamente.

Los medios de comunicación están reportando estas mentiras al público como si representaran el consenso científico, ignorando que se ha establecido firmemente el origen natural del COVID-19 y que existe un consenso contundente entre virólogos en oposición a esta teoría conspirativa.

La declaración pública de Wray fue coordinada el mismo día con una audiencia bipartidista el mismo día del “Comité Selecto sobre la Competición Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista China”, donde los congresistas demócratas y republicanos hicieron cola para manifestar su apoyo a la agresiva guerra comercial y la escalada militar contra China por parte del Gobierno de Biden.

En su declaración inicial, el presidente del comité, el republicano Mike Gallagher, dijo que la “competición” estadounidense con China no será “cortés”, describiendo el conflicto de EE.UU. con Beijing como “una lucha existencial sobre cómo se verá la vida en el siglo veintiuno”.

El testigo estrella de la audiencia, Matthew Pottinger, fue el arquitecto de los planes del Gobierno de Trump para “desacoplar” económicamente al país con respecto a China, un esfuerzo que ha continuado intensificándose bajo Biden.

Pottinger, aclamado por el ideólogo fascista Steve Bannon como “una de las personas más importantes de todo el Gobierno estadounidense”, fue uno de los mayores defensores públicos en el Gobierno de Trump de la teoría conspirativa sobre el laboratorio de Wuhan.

En los próximos meses, se espera que el comité celebre una serie de reuniones para promover abiertamente las teorías conspirativas sobre el laboratorio de Wuhan. Su mayor logro es que espera arrastrar al Dr. Anthony Fauci, al Dr. Peter Daszak y otros ante una repetición del Comité de Actividades Antiestadounidenses de la Cámara de Representantes.

El nuevo impulso de la mentira del laboratorio de Wuhan forma parte de una campaña sistemática para demonizar China y contaminar la opinión pública a fin de justificar una guerra. La más reciente etapa de la campaña comenzó el mes pasado, cuando el Gobierno de Biden alegó que un globo de investigación chino que los vientos empujaron accidentalmente sobre EE.UU. estaba espiando las instalaciones nucleares estadounidenses. El Gobierno luego tomó la decisión sin precedentes de derribarlo, en medio de una histeria antichina generalizada en la prensa.

En los tres años desde que Bannon y sus socios expatriados de China dieron origen a la teoría conspirativa del laboratorio de Wuhan, no se ha encontrado ninguna evidencia sobre una fuga accidental de una versión natural del SARS-CoV-2 ni de alguna manipulación genética deliberada del virus.

Por el contrario, en los últimos tres años se ha acumulado una cantidad significativa de evidencia del origen natural del SARS-CoV-2. “La evidencia se encuentra entre las más firmes que tenemos para cualquier virus emergente”, dijo el biólogo evolutivo Michael Worobey a NPR. “La literatura científica esencialmente no contiene nada fuera de artículos de investigación originales que apoyan el origen natural de este virus pandémico”, añadió Worobey al Associated Press.

“Existe un apoyo contundente de la comunidad científica al origen natural del COVID-19”, dijo el vacunólogo Dr. Peter Hotez a ABC News.

En los últimos tres años, los principales defensores de la mentira del laboratorio de Wuhan, entre ellos Matt Ridley, Alina Chan y Richard Ebright, han dejado claro, cuando se les ha presionado, que no saben qué versión de la teoría de la conspiración defienden, porque “no ha habido nuevas pruebas científicas u otras pruebas seguras” que apunten a una u otra, en palabras de Ebright.

Pero en julio de 2022, Michael Worobey y Kristian G. Anderson publicaron un artículo en Nature que demostraba que el brote inicial de COVID-19 estaba estrechamente agrupado en torno al mercado mojado de Wuhan. El artículo explicaba que los puestos en los que se encontraban los animales, así como el equipo utilizado para procesarlos, dieron positivo en las pruebas de detección del virus causante del COVID-19.

Tras la publicación del artículo, parecía casi imposible que el Gobierno estadounidense siguiera defendiendo la teoría de la conspiración.

Pero la defensa por parte del Gobierno estadounidense de la mentira del laboratorio de Wuhan no tiene nada que ver con la ciencia. Es propaganda de guerra y desinformación, del tipo en el que se especializan las agencias de inteligencia. El FBI, la organización fundada por J. Edgar Hoover para perseguir y chantajear a los opositores izquierdistas del capitalismo estadounidense, no se dedica a investigar el origen de las enfermedades.

Bajo el programa COINTELPRO, el FBI llevó a cabo robos, espionaje ilegal, chantaje y amenazas de muerte. Emprendió una campaña “sin cuartel” para “neutralizar” al Dr. Martin Luther King. Las “tácticas empleadas por el FBI” fueron “ilegales” e “indiscutiblemente degradantes para una sociedad libre”, concluyó el Comité Church en su informe final.

Ahora, el FBI está lanzando otro de sus famosos “trucos sucios”, tratando de atribuir la pandemia del COVID-19 a un país en la mira de Estados Unidos para su conquista militar.

La defensa pública por parte del FBI de la mentira del laboratorio de Wuhan ha puesto en evidencia a individuos como el periodista Glenn Greenwald, el humorista Jimmy Dore y los periodistas Max Blumenthal y Aaron Mate de Grayzone, quienes se orientan cada vez más abiertamente hacia la derecha fascista.

Junto con su abierta defensa de las infecciones masivas, han tratado de convertir en chivos expiatorios a los científicos, entre ellos el Dr. Peter Daszak de EcoHealth Alliance y Shi Zhengli del Instituto de Virología de Wuhan, por haber generado la pandemia de COVID-19.

En una aduladora entrevista el pasado octubre con el economista Jeffrey Sachs, defensor de la teoría de la conspiración del laboratorio de Wuhan, Blumenthal declaró que “EcoHealth Alliance… fue un canal de financiación de USAID y DARPA del Pentágono para el Instituto de Virología de Wuhan, que sigue siendo un culpable clave de los orígenes del Covid”.

Particularmente en el último año, Blumenthal y Mate han abrazado plenamente la política pandémica de la extrema derecha, promoviendo a Jay Bhattacharya y Martin Kulldorff, autores principales de la Declaración de Great Barrington, que sirvió como modelo para la política de COVID-19 bajo Trump y más tarde Biden, que provocó la muerte de más de 1 millón de personas.

El mes pasado, fueron organizadores de una manifestación “contra la guerra” basada en una supuesta coalición “izquierda-derecha”. El World Socialist Web Sitese opuso a la manifestación, explicando que un movimiento contra la guerra no puede construirse a partir de una alianza con la derecha fascista.

Con la aceptación abierta por parte del FBI de la teoría de la conspiración del laboratorio de Wuhan, han quedado expuestos como propagandistas de la mentira que se utilizará para justificar una guerra de EE.UU. con China.

La escalada del conflicto de EE.UU. con China plantea la necesidad urgente de construir un movimiento contra la guerra basado en la clase obrera. Este movimiento debe estar vinculado a la defensa de una respuesta científica a la pandemia y a la lucha por detener las infecciones de COVID-19 y, en última instancia, eliminar o erradicar la enfermedad. La lucha contra la pandemia es una demanda social clave para los trabajadores que están constantemente expuestos al virus en lugares de trabajo inseguros y hacinados, mientras los empresarios encubren los brotes y animan a los trabajadores a trabajar incluso cuando están infectados.

La defensa de los científicos frente a los cazadores de brujas fascistas y sus apologistas es un componente crítico de esta lucha.

(Publicado originalmente en inglés el 1 de marzo de 2023)

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