Fuente: La Jornada/Sputnik Jueves 16 de abril de 2020, p. 24
El plan se frustró por tareas de espionaje
Londres. El espionaje sistemático al que fue sometido Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, que incluyó escuchas y seguimiento de diplomáticos y funcionarios del país sudamericano, permitió a Estados Unidos bloquear una operación planeada de manera confidencial para sacar al fundador de Wikileaks de Reino Unido el 25 de diciembre de 2017.
El Servicio Nacional de Inteligencia de Ecuador (Senain) confió la seguridad de la legación londinense al ex militar español David Morales Guillén y a su empresa Undercover Global.
Assange estuvo en la embajada de julio de 2012 a abril de 2019, cuando el gobierno de Lenín Moreno le retiró el asilo diplomático y lo entregó a Scotland Yard.
Pero en los 18 o 20 meses previos a la ruptura del contrato en el verano de 2018, nadie escapó al cerco de cámaras con sonido camuflado y micrófonos ocultos que se instalaron en el refugio de Assange, en el barrio de Knightsbridge, según se desprende de la querella iniciada en Madrid por el periodista australiano mientras batalla contra la orden de extradición a Estados Unidos, que lo persigue por la difusión de cientos de miles de documentos clasificados del Departamento de Estado y del Pentágono.
Incluso el entonces jefe del Senain, Rommy Vallejo, quedó registrado en el servidor y la base de datos de las actividades del hotel (embajada) y las visitas del huésped (Assange) que Morales puso a disposición de un cliente estadunidense
, como consta en evidencias expuestas ante el juez.
Vallejo visitó a Assange el 21 de diciembre de 2017, cuando se estudiaba la posibilidad de sacarlo de Reino Unido con pasaporte diplomático ecuatoriano y, al amparo de la Convención de Viena, explicó el abogado Aitor Martínez, del equipo defensor del ciberactivista.
El plan fracasó debido al supuesto soplo del dueño de UC Global a sus contactos en Las Vegas Sands, el imperio de casinos propiedad de Sheldon Adelson, magnate patrocinador de la campaña presidencial de Donald Trump, cercano a Mike Pompeo y asiduo donante del Partido Republicano.
El 22 de diciembre, Estados Unidos remitió a Londres una orden internacional de detención de Assange, y el embajador estadunidense en Quito se opuso al plan urdido entre un puñado de personas, según consta en documentación judicial a la que tuvo acceso Sputnik.