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Ayer el presidente chino, Xi Jinping, propuso convocar una conferencia de paz ampliada para acabar con las matanzas en Gaza. La oferta la ha realizado en un foro que reunió a dirigentes y diplomáticos árabes en Pekín.
Egipto, Qatar y Estados Unidos mantienen desde hace meses conversaciones destinadas a lograr una tregua duradera en Gaza, acompañada de la liberación de los rehenes capturados por Hamas. Pero las negociaciones han llegado a un punto muerto.
“La guerra no debe continuar indefinidamente. La justicia no debe estar ausente para siempre”, afirmó Xi Jinping en un discurso en el que elogió la afinidad entre China y los países árabes y pidió reforzar la cooperación en materia energética. Pekín es un importante cliente de los países exportadores de petróleo de la región.
Al recordar la necesidad de una “solución de dos Estados”, Xi Jinping subrayó que China “apoya firmemente la creación de un Estado palestino independiente” y “la plena incorporación de Palestina a la ONU”.
Por su parte, el presidente egipcio, Abdel Fattah Al-Sissi, llamó a impedir “cualquier intento de obligar a los palestinos a abandonar su tierra por la fuerza”. La guerra ha desplazado a la mayoría de los aproximadamente 2,4 millones de residentes de Gaza y ha provocado una catástrofe humanitaria.
“No hay camino hacia la paz y la estabilidad en la región” sin un “enfoque integral de la causa palestina”, afirmó Al Sissi. El Presidente egipcio está interesado en el apoyo político de China en un momento en el que su país está cada vez más acorralado y quiere obtener el mayor apoyo posible por parte de los países con peso internacional.
Pekín ha fortalecido sus relaciones comerciales y diplomáticas con Oriente Medio en los últimos años. “La amistad entre China, el pueblo chino y los países árabes se remonta a los intercambios amistosos a lo largo de la antigua Ruta de la Seda”, recordó el presidente chino. 21 países árabes se han sumado a la iniciativa económica china.
El año pasado China tuvo un enorme éxito diplomático al facilitar el acercamiento de dos grandes potencias regionales, como son Irán y Arabia Saudita, tradicionales enemigos.
A finales de abril representantes de Hamas y Fatah, dos organizaciones palestinas enfrentadas, se reunieron en Pekín para acabar con la división política entre la población.
El compromiso de China con Palestina fortalece aún más su posición en la región, destacando sus esfuerzos por encima del fracaso de Estados Unidos. La Guerra de Gaza es una oportunidad para criticar los dobles raseros de Occidente en el escenario internacional y exigir un orden mundial alternativo.
China interviene para acabar con las matanzas israelíes en Gaza