Chile: En esta Revolución que estamos viviendo la horizontalidad es espectacular

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Chile. «En esta Revolución que estamos viviendo la horizontalidad es espectacular»

En Valparaíso, la revuelta popular ha cobrado tanta fuerza como en la capital de Chile. Miles de jóvenes y no tan jóvenes se movilizan continuamente y sobre todo los viernes, para protestar contra el mal gobierno de Sebastián Piñera. De allí nuestro interés de indagar sobre el fenómeno de la continuidad de este proceso y para ello hablamos con un veterano militante de la lucha en esa ciudad. Nos referimos a Nelson Cabrera, con un pasado de combate en los 70, en las filas del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y desde hace décadas forjador del Festival de los Derechos Humanos de Valparaíso, una referencia ineludible en esa temática.

Chile. «En esta Revolución que estamos viviendo la horizontalidad es espectacular»

-Cómo ha sido en Valparaíso el estallido de la revuelta social popular que recorre todo Chile. Parto del hecho que este es un lugar muy particular porque la Marina tiene un peso importante, además está la sede del Parlamento y otras instituciones. -Creo que este levantamiento popular se ha dado de una manera espectacular, en los cuales fue impresionante el protagonismo de los jóvenes marginados del sistema, con esas ganas, guardadas en su interior, de rebelarse ante tanta discriminación en este modelo neoliberal. Los jóvenes estudiantes, universitarios y secundarios, y jóvenes y jovencitas pobladores de Valparaíso, fueron capaces de responder a lo que acontece en Santiago inmediatamente. En ese plano, también se repite la misma situación con respecto al Estado de excepción que decreta el gobernante de turno Piñera y la Armada sale a la calle, y la verdad es que se la encara públicamente que no tiene que venir a matar gente porque sino les va a pasar lo mismo que a los oficiales que hoy día están siendo juzgados por delitos de lesa humanidad. Eso diría que despertó algo temerario que estaba dormido. Por lo tanto creo que Valparaíso, que es una cuidad derrotada en la cual no hay de qué vivir, monopolizada solamente por la actividad marítima-portuaria, y que cuenta con jóvenes que vienen a estudiar a las universidades, fue capaz de tomar un rol preponderante y sin parar en estos más de dos meses. Han dado presencia a, lo que yo creo que se puede denominar sin cuestionamiento, la revolución chilena que no ha parado.

Nelson Cabrera: del MIR a la Revolución cultural y política de la actualidad.

-Vos venís de una experiencia de los años 70s en el MIR y supongo que ver este resurgir de situaciones, actitudes, sirve para cargar mucha adrenalina como la que se vivió en aquellos años. Hoy, si tuvieras que comparar ¿cuáles serían los cambios que notas entre la generación de los 70 con esta nueva camada de luchadores y luchadoras que cuenta con una combativa Primera Línea, con chicos y chicas muy jóvenes que están poniendo el cuerpo, sus ojos y su vida?

-Creo que hay una gran diferencia de lo que nosotros vivimos con lo que también subyace diría un clamor a ser escuchado y ser protagonista. Y creo que la izquierda chilena, esta izquierda stalinista que decidía a partir de las cúpulas lo que era el ser vanguardia y hablar y hacer cosas en representación de pueblo, significó el inicio de un cierre de un capítulo.

El otro asunto, con el respeto que me merecen los teóricos clásicos de Marx en adelante con respecto a las clases sociales y la clase obrera, creo que investir de una responsabilidad que la clase obrera nunca la ha sentido profundamente que ellos van a ser la transformación, también es un tema a discutir, porque quienes hacen la revolución son todos, son los marginales, los que sobran, son los primeros que están dispuestos a dar la vida si es preciso, a diferencia del trabajador que defiende su ingreso, su familia, su hijos, pero todos tenemos familias e hijos. Pero, creo que hay una horizontalidad nueva en la teoría de la revolución que es que todos hacemos la revolución. Entonces, son esas dos líneas sumamente potentes que debemos teorizar, independiente de lo que pueda acontecer más adelante, pero por cierto tenemos esa cosa potente que es el imaginario. La revolución la podrán traicionar momentáneamente, pero en el imaginario el hecho de haber tenido este momento, en 60 días, a la burguesía en el suelo, eso es incomparable.

-Hay un tema, que lo he escuchado en varias entrevistas que hemos hecho, que la generación nuestra, la de los 70s, critica que este movimiento no tiene dirección política, organización política, y los “cabros” por el contrario dicen que si la tuvieran, como nos hemos acostumbrado nosotros, ya estarían todos divididos y no habría estas barricadas que se ven todos los días en la calle. ¿Qué opinas de eso?

-Ese cliché de la revolución hoy día integra otras líneas de comprensión. La horizontalidad es espectacular y eso significa que el que habla más y no está en primera línea no se le cree, es decir que se revoca inmediatamente al profesional de la revolución que nosotros conocimos, pero que es el de las cuatro paredes.

El otro ámbito interesante es que cada día es una experiencia que para ellos es un proceso cognitivo también espectacular porque esto partió por 30 pesos (la lucha original por la subida del precio del Metro), fue aparejado con una serie de actividades, que era la marcha y el enfrentarse con la Policía, pero empezó a generar actividades culturales necesarias en lo que significa la guerra que es que el espíritu también tiene su espacio, su momento.

Entonces, creo que todo eso ha ido dejando una experiencia grupal muy potente, y de ahí van a surgir nuevas lecturas, se necesitan referentes intelectuales por supuesto, pero este viejo esquema de unirnos dividiéndonos, queda de lado. Ahora, también surge la traición como en todas las revoluciones, y pudimos ver como los que en un momento levantan una bandera ética es nada más que eso, ante todo el proceso corrupto del neoliberalismo desde el 11 de septiembre del 73 en adelante, ellos caen y se fríen en la salsa del poder.

Entonces, eso es otra visión de aprendizaje rápida, y que conecto con el pensamiento anterior. Como el hecho de la nueva Constitución, como un elemento del cual estaban preocupados los viejos izquierdistas. Por cierto, era necesario desmonumentalizar esa Constitución, pero la rapidez que alcanza la comprensión nuestra que hay un tema mágico o espectacular y que eso la masa lo aprende.

-¿Te sorprendió la posición de cierta «izquierda», incluido el Frente Amplio, de no engancharse con la protesta en la calle, sermonear desde el púlpito pero por abajo deslizar sobre los «primera línea» palabras como «lumpenes» o «vándalos», términos que usa la derecha y los medios? Algunos han hecho manifiestos intelectuales sobre el tema, pero los “cabros” cuando dicen «que se vayan todos» incluyen a esta pseudo izquierda también.

-No me sorprendió porque en conversas de posibles hipótesis es que dentro de lo que estaba sucediendo me parecía como muy coherente generar un paro legislativo y renunciar a sus cargos para forzar a una salida revolucionaria, entendiendo de que la burguesía estaba por los suelos. Era un momento increíble. Pero por cierto, esta izquierda nueva, que aparecía con este discurso que hoy día fácilmente se asimila a los de siempre, venía con un origen curioso porque parten del movimiento estudiantil que no cuestionaba el poder de fondo, sino que eran simplemente reformas que tenían que ver con tarifas escolares en la movilización. Nunca resolvieron el tema de lo que significaba el crédito para estudiar y el endeudamiento que les significaba estar ligados con la banca por obra y gracia de los gobiernos de la concentración. Entonces, maquiavélicamente surgen estos teóricos, una generación de dirigentes que se fijan un recorrido normal y que apuntan a que en 12 o 18 años, podrían llegar a tener la presidencia de Chile. Pero, creo que eso se les aguó con la revolución, ellos no están con la revolución, estuvieron legislando a dos días del 18 de octubre, leyes para Piñera con un presidente que tenía el 10% de aprobación, y sigue teniendo una desaprobación increíble, y ellos lo salvan y se salvan.

-Incluso de abstuvieron en el tema de la ley anticapucha o antibarricada.

-Todo aquello del cual uno se imaginaba que era obvio, su votación y su fundamentación, nada de eso ha ocurrido. Creo que ellos pasan a ser un partido más del espectro.

-¿Incluís en ese sentido también al alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp? Te lo pregunto porque en la Argentina hay cierta tendencia a verlo como una figura de la izquierda potente, con visión de futuro importante. ¿Cuál es tu opinión sobre su accionar?

-Creo que él sigue siendo parte de este esquema de legitimar personajes que puedan ser presidentes a 12 o 18 años. Creo que no ha tenido la claridad de lo que significa el comprometerse con los pobres de esta ciudad, una ciudad derrotada que no tiene de que vivir, todos vendemos algo para la sobrevivencia y el resto está ocioso, excluídos en el sentido sociológico, son pobres que no tiene de que vivir, no tiene oportunidades, solamente tienen el espejismo de la televisión y de la clase dominante.

Encuentro que, pese a que no tiene la potestad por el hecho de ser alcalde de una ciudad y entregarse solamente al servicio, él fue incapaz de generar líneas estratégicas que posibilitaran esfuerzo creativo. Por ejemplo, con todo lo que significó el apoyo juvenil que tuvo cuando salió electo fácilmente podría haber generado una serie de organización que permitiera abaratar los artículos fundamentales de una canasta para la población marginal y que eso obligadamente requiere organización. Nada de eso ha aparecido, sino que todo lo que son sus líneas de acción tienen que ver con la encuesta y con la futura reelección. También está el tema de los vendedores ambulantes que se instalan en cualquier parte, era tan simple generar un ordenamiento, es decir que de tal metro a tal metro estas veredas van a ser comerciales pero tienen que tener una estética que permita que fluya la gente, que puedan sobrevivir. Eso la pequeña burguesía le reclama, y ellos requieren dignidad y creo que no se la otorgan. En ámbito de aseo, en actividades de servicios, ha dado cumplimiento, no hay corrupción como era en las alcaldías anteriores, pero pienso que él dentro de la institución va a ser una más nomás.

-Toda revolución, utilizo tu término para identificar esta gran revuelta, trae siempre aparejado un crecimiento cultural o contracultural. Vos que sos un hombre que está vinculado a la lucha desde siempre y también al cine ya que organizas unos festivales súper interesantes en Valparaíso, ¿has visto un estallido en ese sentido también de creatividad cultural?

-Si. recuerdo las palabras de Allende cuando hace una actividad en el estadio nacional donde invitan a artistas famosos del mundo y dice que no hay revolución sin canciones. La canción en ese instante es como la expresión artística más potente que hoy día tenemos la performance o las acciones en los espacios públicos, la poesía, la literatura, el audiovisual. Entonces, surge una nueva creación cultural que va a contar lo que está sucediendo, y que una pequeña prueba es lo de «Las Tesis» que en menos de dos meses le brindó como un segundo himno al mundo después de “Gracias a la vida” de Violeta Parra. Cuando está el pueblo unido y esta acción que ellos hacen en la calle, demuestra que la revolución puede estar precedida o llegar, no importa en qué momento, pero va aparejada con esta integralidad.

¿Qué derrotero le ves a esta revolución? ¿por dónde crees que van a seguir las cosas aquí?

-Creo que es posible dar un discurso estético interesante que apuntaría a levantar un gobierno democrático y popular en Chile, que debe estar respaldado por lo que es una frase simple, que la recojo de los zapatistas, que es el «buen vivir», que significa identificar todas las contradicciones y colocarlas como parte de esa tarea a revertir. Entonces, no sería muy difícil construir ese programa para ese gobierno democrático y popular. Creo que ese es el norte que hay que fijarse. Un poco lo que el cine forum pretende comprometer en sus tareas: hay algo esencial y es que el Estado subsidiario es al neoliberalismo como para nosotros el Estado social es el que produzca inversiones públicas. Se hace fundamental ese recambio. Así que, es un proceso creativo amplio, pero partimos con esa pequeña frase de que queremos un gobierno democrático popular, eso implica además democratizar las Fuerzas Armadas, también nada que tenga potestad autónoma.

-O sea que desde tu punto de vista la revolución continúa.

-Por supuesto que sí. Creo, haciendo el parangón de la clásica, esto inicia en el Sóviet de Petrogrado en 1905, nos falta para ese soviet, pero sí hoy día podemos hablar de revolución chilena. Hace tres meses atrás esto estaba afuera, se quedaba en el siglo pasado, hemos conquistado ese concepto viejo, pero lo hacemos nuevo.

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