Fuente: La Jornada José M. Murià 24.04.21
Si fuéramos mal pensados podríamos decir que en mayo de 2015, cuando este sujeto sustituyó al chileno José Miguel Insulza, ya corrían por aquellos pasillos aires trumpistas, pues Almagro, a pesar de una militancia política digna en su natal República Oriental del Uruguay, ya había dado muestras de su apostasía y de haberse convertido en uno de esos políticos que tanto daño le han hecho al mundo latinoamericano. Siendo canciller, del gobierno que tanto podemos presumir de José Mujica, adoptó casi sin previo aviso una postura totalmente contraria a la dignísima trayectoria de su jefe y éste se vio obligado a cesarlo: Lamento el rumbo por el que enfilaste y lo sé irreversible, por eso, ahora formalmente te digo adiós y me despido
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