Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition mostró que comer dos huevos al día reducía el colesterol LDL, mientras que las dietas altas en grasas saturadas lo aumentaban.
Los investigadores descubrieron que el colesterol de los huevos no aumentaba el LDL, pero sí lo hacían las grasas saturadas de alimentos como el tocino y las salchichas, lo que demuestra que el contexto alimentario hace una gran diferencia.
Los huevos aportan colesterol sin sobrecargar el hígado, lo que le permite eliminar el LDL de manera eficiente y previene la acumulación en las arterias que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
El consumo semanal de huevos redujo las muertes por enfermedades cardíacas en un 29% y la mortalidad por todas las causas en un 17% en adultos mayores, lo que destaca la importancia de la moderación para obtener beneficios protectores.
Elegir huevos de gallinas camperas, evitar los aceites vegetales y combinar los huevos con alimentos integrales ricos en nutrientes potencia aún más los beneficios y minimiza la ingesta dañina de ácido linoleico omega-6 (LA).
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