La Audiencia Nacional investiga como «terrorismo» seis cartas con pequeños explosivos remitidas en los últimos días a diferentes instancias del Estado español relacionadas con la guerra de Ucrania, entre las que se incluye la Presidencia del Gobierno.

El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, ha avanzado a mediodía que los sobres con explosivo proceden de territorio español, según las primeras investigaciones, sin aportar más concreciones aunque dando a entender que disponen de más datos.

También «con prudencia», ha indicado que el material contenido en los cinco sobres remitidos a Presidencia, la embajada de Ucrania, una empresa zaragozana de fabricación de armamento, la base aérea de Torrejón y el Ministerio de Defensa es de «fabricación casera» y que se trata de material pirotécnico que causa deflagración, es decir un artefacto flumígero que produce una llamarada, no una explosión. En cualquier caso, puede producir heridas, como ha ocurrido con un empleado de la Embajada ucraniana en Madrid.

Nuevos casos

Las noticias han proliferado este jueves tras los primeros casos aparecidos el miércoles. Así, un sobre similar a los que este miércoles fueron enviados a la Embajada de Ucrania y a la empresa de fabricación de armamento zaragozana Instalaza ha llegado en la madrugada a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).

Así lo han indicado a EFE fuentes de la investigación, que han señalado que ha sido en torno a las tres de la madrugada cuando la Unidad Militar de la base aérea ha dado el aviso a las fuerzas de seguridad de que habían recibido un sobre sospechoso.

Inmediatamente se activaron los protocolos correspondientes, mientras la Policía española se ha hecho cargo del análisis del sobre, que podría ser similar a los dos interceptados ayer.

El sobre sospechoso de contener material explosivo iba dirigido al Centro de Satélites, según han informado los Ministerios de Interior y de Defensa.

Posteriormente se ha publicado que la Policía española ha puesto en conocimiento de la Audiencia Nacional el envío de un sobre con material pirotécnico al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que fue detectado y neutralizado por los servicios de seguridad de Presidencia del Gobierno.

La interceptación tuvo lugar el pasado 24 de noviembre, después de que los servicios del Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno, en las tareas de cribado y filtrado de la correspondencia, detectasen un envío postal sospechoso. Se trataba de un sobre dirigido al presidente del Gobierno, que había sido remitido por correo postal ordinario, ha detallado el Ministerio del Interior en un comunicado.

Luego ha trascendido que también se ha recibido una misiva similar en la sede del Ministerio de Defensa en la capital española, teniendo como remitente directa a la titular, Margarita Robles.

Se ha dado la voz de alerta a todas las instalaciones oficiales para que extremen las medidas de precaución.

Además, la Embajada de EEUU en Madrid ha detectado un sexto paquete con material pirotécnico de «características similares», según ha informado el Ministerio del Interior. En concreto, ha sido interceptado sobre las 12.30 horas en el filtro de seguridad de la legación y se ha activado el protocolo policial pertinente.

Embajada y empresa de armas

El miércoles se registraron las dos primeras cartas-bomba de esta aparente campaña. La primera apareció en la embajada de Ucrania en Madrid, cuya deflagración hirió a un empleado, y otra fue recibida por la tarde por la empresa de fabricación de armamento zaragozana Instalaza.

Instalaza es una empresa de armamento que emplea a más de 150 personas en tres factorías situadas en Zaragoza y que exporta su producción a más de 35 países. La empresa fabrica en Zaragoza sistemas lanzacohetes, granadas de mano y dispositivos de visión nocturna. En el catálogo de productos de su web figuran los lanzagranadas tipo C90 y los Alcotán.

Se da la circunstancia de que en marzo de este año el Estado español mandó 1.370 lanzagranadas tipo C-90 y Alcotán, junto a un cargamento de ametralladoras ligeras y 700.000 cartuchos de distinto calibre, en uno de los primeros envíos de ayuda a la defensa de Ucrania tras la invasión rusa en febrero.