El Sudamericano
En 1523, el cacique Nicaragua preguntó a los conquistadores:
-Y al rey de ustedes, ¿quién lo eligió?”
Eduardo Galeano
Haise Gorriak
4 de noviembre de 2024
*
El editorial de“El País” de hoy, 4 de noviembre, da inicio a un proceso de criminalización brutal en contra del movimiento social de apoyo a los afectados/as y de rechazo al papel de gestión del conjunto de la instituciones del Régimen del 78, presentes todas en el paseíllo pasado por barro realizado ayer en la localidad valenciana de Paiporta, y que finalmente tuvieron que suspender ante la magnitud de las protestas. Del paseíllo se descolgó Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno, demostrando que es tan cobarde como chulo. Seguramente se creería que el cargo que ostenta sólo lleva «la responsabilidad de utilizar el Falcon». Pues no; al menos en teoría lleva consigo otras responsabilidades, como las de escuchar a la gente incluso cuando sus formas, plenamente justificadas por las circunstancias, no son similares a las que está acostumbrado con el conjunto de su servidumbre política. Hay que reconocer, aunque nos duela, que el propio Felipe de Borbón, personaje clave en el Régimen (y que lo será aún más a partir de ahora), aguantó el tirón con más dignidad que el Sr. Sánchez y el Presidente de la Generalitat Valenciana.
El editorial de “El País” se queja amargamente de las formas de los manifestantes en Paiporta (Valencia) y las achacan a infiltraciones de la extrema derecha entre los manifestantes, manipulación en estado puro. «El País» tendría que revisar a fondo su visión de la realidad social y política en el Estado español; y con El País, todo el conjunto de medios, pseudoperiodistas y pseudocomentaristas, que consideran que porque a ellos les va bien, la mayoría de la sociedad tiene que tener esa misma subjetividad. Es evidente que no es así y esto cada vez será más explícito.
Es una necesidad del movimiento auténticamente democrático desarrollar actividades con los afectados/as por la DANA y de rechazo a la gestión institucional. En nuestro último editorial alertábamos de lo que está pasando, y en este breve comunicado alertamos que después de la criminalización vendrá sin duda alguna el intento de aislamiento y simultáneamente la represión sobre la gente que participa en el movimiento de resistencia. Las ayudas materiales son muy importantes, pero la solidaridad en la calle es imprescindible.
Los medios y colectivos «progres», que no progresistas, pretenden deslegitimar precisamente las movilizaciones en las calles porque dicen que les hacen el caldo gordo a la extrema derecha. La forma más eficiente de hacer el caldo gordo a la extrema derecha es abstenerse de participar o impulsar movilizaciones. Abstenerse en unas elecciones, si no hay ninguna opción que se considere útil para las clases trabajadoras, es perfectamente legítimo. Abstenerse en las movilizaciones, aunque sea previsible que puedan asistir miembros de la extrema derecha, no lo es. Y lo más importante, es el único camino para frenar el ascenso de la influencia de la extrema derecha en los movimientos sociales. Esta sin duda ha sido, es y será nuestra posición.