Fuente: https://www.jornada.com.mx/2024/04/21/opinion/016a1pol Antonio Gershenson 21/04/24
Recientemente, el gigante asiático, como le nombran, ha sido desplazado por México como primer socio comercial de Estados Unidos.
Sin embargo, las relaciones comerciales entre el presente gobierno de la 4T y el del socialismo al estilo chino se fortalecen gracias a la relación diplomática de respeto y solidaridad. El intercambio mercantil entre China y los gobiernos mexicanos a partir de Luis Echeverría dio inicio el 14 de febrero de 1972. Se podría decir que todos los presidentes mexicanos mantuvieron la relación diplomática, a través de las visitas oficiales a ese país.
Por supuesto, la relación cultural y política ha estado presente desde el siglo XIX. La presencia de las diversas culturas chinas ha sido constante desde la llegada de los primeros comerciantes que arribaron en las famosas naos chinas a puertos mexicanos del Pacífico.
Recordemos que en 2003 se estableció, entre ambos países, la Asociación Estratégica como mecanismo organizativo para gestionar, un año más tarde, la Comisión Binacional Permanente (CBP). Este organismo realiza, hasta la fecha, las gestiones de los compromisos, acuerdos y programas comerciales que han surgido de iniciativas bilaterales.
El acercamiento entre ambas naciones se fortaleció a lo largo de las únicas seis reuniones que ha realizado la CBP, y cabe mencionar que las gestiones han sido bilaterales y en buenos términos. Hacemos hincapié en que no todas las empresas chinas están directamente relacionadas con el gobierno del presidente Xi Jinping.
La comunicación y el intercambio comercial entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el de Xi, han mantenido el espíritu original de cordialidad, cooperación y solidaridad, condición que se requiere para la fluidez en el intercambio comercial.
Hasta el momento, podríamos calificar de excelentes las relaciones políticas, culturales y comerciales entre ambos países.
Las complicaciones y desacuerdos que han surgido en algunas ocasiones, como es el caso de la empresa privada china Ganfeng-Lithium, ubicada en la ciudad de Londres, se están resolviendo bajo la ley y sin conflictos que afecten la relación comercial chino-mexicana.
Recordemos que Ganfeng-Lithium es una empresa china independiente del gobierno del presidente Xi. La impugnación a la revocación de nueve concesiones para explorar y extraer litio en Sonora se enfrentó, políticamente hablando, a la nacionalización del litio, por ser considerado un mineral estratégico para nuestra soberanía energética.
En abril de 2022, el presidente López Obrador reformó la Ley Minera. Declaró al litio como mineral de utilidad pública cuya explotación será facultad exclusiva del Estado mediante una nueva empresa pública: Litio para México (LitioMX), que dependerá de la Secretaría de Energía.
Daniel González Delgadillo, compañero de La Jornada, en su artículo del 20 de marzo, informó que Qiu Xiaoqi, representante especial del gobierno de China para asuntos latinoamericanos, comunica al gobierno del presidente AMLO acerca de la propuesta de su país para invertir en la región.
Podemos traducir lo anterior como una apertura, aun mayor, del gobierno chino hacia América Latina y, especialmente, para nuestro país. Los dos principales socios comerciales de Estados Unidos se unen ahora para generar mayores ganancias a través de las divisas y del incremento de los acuerdos mercantiles entre China y México.
Por lo pronto, el balance comercial neto entre ambos gobiernos ha sido de 104 mil 132 millones de dólares. Una de las industrias beneficiadas será la de autos eléctricos. Pero también invertirán en la producción de tecnologías diversas.
Pese a los infundios eternos, en todos los ámbitos, por parte de sus enemigos de clase y de discordia, la sociedad china se ha abierto paso, relativamente, en pocos años. Ya sea en la cultura de la salud, en la industria espacial, en la tecnología de avanzada, en el deporte, la literatura, la música, con uno de sus mejores representantes como lo es el extraordinario pianista Lang Lang, el país de Mao Zedong avanza, prácticamente, en todas las áreas.
Y mientras otros gobiernos cuyos líderes han perdido la razón, como el ministro genocida de Israel, o el de Ucrania, Chad, Ecuador, El Salvador y muchos más, quienes se denigran ante sus pueblos, otros se abocan a consolidar el Estado de derecho con un sistema económico sano.
China y México buscan soluciones para mejorar la calidad de vida de su población, a través del socialismo al estilo chino y del humanismo mexicano.