La visita del criminal de guerra y ministro de Defensa israelí Yoav Gallant a Washington demuestra nuevamente el apoyo del imperialismo estadounidense al genocidio israelí contra los palestinos en Gaza, como parte de una guerra regional contra Irán. Gallant, quien calificó famosamente a los palestinos como “animales humanos” cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) comenzaron su ofensiva genocida en Gaza, sostuvo discusiones para garantizar el envío de más armas estadounidenses y expandir la guerra para enfrentar a Hezbolá en Líbano.
Gallant llegó a Washington casi exactamente un mes después de que Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional, presentara órdenes de arresto para él y el primer ministro Benjamín Netanyahu por cargos de crímenes de guerra. Ha supervisado el bloqueo inhumano de todas las necesidades básicas en la Franja de Gaza, lo que ha llevado a la propagación del hambre, enfermedades y miseria en una escala horrible. En el segundo día del ataque de Israel contra Gaza, declaró: “He ordenado un asedio completo de la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni comida, ni combustible, todo está cerrado”.
Un informe reciente de Naciones Unidas acusó al régimen israelí, del cual Gallant y Netanyahu son los principales representantes, de “exterminio”, “crímenes de guerra” y otros “crímenes contra la humanidad”. El Ministerio de Defensa de Gallant está a cargo de lo que el informe describió como “uno de los ejércitos más criminales del mundo”. Este ejército ha matado oficialmente a más de 37.000 palestinos en menos de nueve meses, la gran mayoría de ellos mujeres y niños.
Por derecho, Gallant y su séquito deberían haber sido arrestados inmediatamente después de salir de su avión y transferidos a la CPI para su enjuiciamiento. Pero el ministro de Defensa no tenía nada que temer durante su viaje a Washington. Lejos de ser responsabilizado por sus crímenes bárbaros, Gallant fue recibido en la cabina de mando del imperialismo mundial con los brazos abiertos por otros criminales de guerra empapados en la sangre de palestinos, iraquíes, afganos, ucranianos y rusos. Estos criminales de guerra nunca se cansan de invocar los preceptos del derecho internacional para denunciar a aquellos en la mira de las guerras de agresión del imperialismo estadounidense, pero se niegan a estar sujetos a tales restricciones mientras ellos y sus aliados persiguen la defensa del “orden internacional basado en reglas”.
Gallant se reunió con el secretario de Estado, Antony Blinken, el enviado especial de la Administración de Biden para Oriente Próximo, Amos Hochstein, y el senador republicano Lindsey Graham.
Graham comentó después de su discusión con Gallant que cualquier ataque de Hezbolá contra Israel que esquive el sistema antimisiles de la “Cúpula de Hierro” sería “considerado un ataque iraní contra Israel”. Añadió:
El mundo debe responsabilizar a Irán por las acciones de sus representantes, incluido Hezbolá, en este momento crucial en la vida del Estado de Israel.
Irán debe tener claro que, si intentan usar a Hezbolá para destruir a Israel, todos iremos contra el régimen iraní.
Las consultas de Gallant en Washington tienen el carácter de un consejo de guerra que traza precisamente la mejor manera de expandir la guerra en todo Oriente Próximo, una perspectiva que es vista por múltiples actores internacionales como inminente. Tras el anuncio de las FDI el martes pasado de que los planes operativos para una guerra en Líbano han sido “aprobados”, el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, declaró el lunes: “El riesgo de que esta guerra afecte al sur del Líbano y se extienda es cada día mayor. Estamos en vísperas de la expansión de la guerra”. Según el Canal 12 de Israel, el Gobierno canadiense ya envió personal militar a la región para comenzar a planificar la evacuación de 45.000 ciudadanos canadienses en el Líbano cuando estalle la guerra.
Esta realidad es objeto de un apagón oficial de los medios de comunicación, que lo encubren con las discusiones de la Administración de Biden para asegurar un “alto el fuego” en Gaza. Incluso las FDI han declarado que sus operaciones a gran escala en Rafah, donde más de un millón de personas se han visto obligadas a huir desde principios de mayo, están llegando a su fin.
El Ministerio de Defensa de Gallant habló en una declaración reciente de la “fase tres” en el conflicto de Gaza, caracterizada por ataques de “baja intensidad” para eliminar lo que queda de la infraestructura de los palestinos después de casi nueve meses de bombardeos continuos. Pero esto solo significaría que la guerra israelí posiblemente cambie su foco de Gaza a lo que Gallant y el exmiembro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, se refieren regularmente como el “frente norte”, es decir, Hezbolá y Líbano.
La principal fuerza que está intensificando la guerra en toda la región es el imperialismo estadounidense. Como ha explicado el World Socialist Web Site, Washington respaldó plenamente la “solución final” genocida de Israel a la cuestión palestina en Gaza como parte de sus preparativos para una guerra que consolide la hegemonía imperialista estadounidense en todo Oriente Próximo, una región rica en recursos energéticos. En una declaración del 9 de octubre denunciando el inicio del ataque del régimen sionista en respuesta a los acontecimientos del 7 de octubre, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional advirtió proféticamente:
Los líderes imperialistas y su cámara de eco en los medios de comunicación no se oponen al “terrorismo” sino a la oposición masiva a la ocupación y al terrorismo infligidos diariamente por Israel. Y esto incluirá el apoyo al genocidio contra los palestinos y su extensión a una guerra regional contra Irán, Siria y Líbano.
El imperialismo estadounidense está impulsando una guerra regional contra Irán, como el frente de Oriente Próximo de una tercera guerra mundial que se desarrolla rápidamente. Las grandes potencias están sumidas en un despiadado reparto del mundo cuyo objetivo es garantizar su acceso a las materias primas, los mercados y la influencia geoestratégica, superando y, en última instancia, subyugando a sus competidores.
Para el imperialismo estadounidense, que ha librado más de tres décadas de guerras ininterrumpidas en Oriente Próximo, Asia central y África del norte para compensar desesperadamente su declive económico mediante el uso de su abrumadora fuerza militar, está en juego su dominio global. Con este fin, está decidido a infligir una devastadora derrota estratégica a Rusia en Ucrania y en toda Europa del este como un trampolín para aplastar a su principal rival económico, China.
En estos conflictos, los imperialistas norteamericanos y europeos están dispuestos a cometer cualquier crimen y arriesgarlo todo, incluso el estallido de una conflagración nuclear que apeligraría la supervivencia misma de la humanidad. Esta es la razón por la que los Gobiernos de los Estados Unidos, Alemania y los otros centros imperialistas han respaldado el genocidio de Israel a capa y espada y han empleado una brutal represión estatal contra toda oposición al exterminio de los palestinos. Tienen la intención de librar su guerra mundial en todos los frentes no menos despiadadamente y con tan poco respeto por las vidas de sus víctimas como el régimen sionista ha demostrado por las de los civiles palestinos.
El hecho de que ambos partidos de la élite estadounidense apoyen al criminal de guerra Gallant subraya las bases sobre las cuales el World Socialist Web Site ha convocado una manifestación el 24 de julio en Washington D.C. para coincidir con el discurso planeado de Netanyahu ante el Congreso. En la declaración llamando a la manifestación, el Consejo Editorial Internacional del WSWS escribió:
El objetivo de esta concentración, sin embargo, no es simplemente protestar contra Netanyahu, sino contra el papel del imperialismo estadounidense y de toda la élite política en la dirección, financiación, armamento y justificación política del genocidio….
En defensa de sus intereses y del sistema de lucro capitalista, la oligarquía empresarial y financiera está conduciendo a la humanidad hacia el abismo. A la guerra permanente de la clase dominante hay que responder con la perspectiva de la revolución permanente de la clase obrera, cuyo objetivo estratégico es la abolición del sistema de Estados nación y la creación de una federación socialista mundial.
https://www.wsws.org/es/articles/2024/06/26/yzoh-j26.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws