Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/05/15/peki-m15.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws Peter Symonds 16.05.23
Mientras China prosigue sus esfuerzos para iniciar negociaciones que pongan fin a la guerra de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania contra Rusia, Estados Unidos parece haber cambiado de táctica, pasando del rechazo rotundo al apoyo cauteloso y condicional. Aunque está decidido a perseguir sus objetivos bélicos de aplastar a Moscú, Washington está maniobrando para evitar que Pekín se aproveche de las grietas que aparecen en la alianza de la OTAN a medida que el conflicto se recrudece.
El gobierno chino anunció en febrero un plan de 12 puntos para facilitar las conversaciones ‘con el fin de desescalar gradualmente la situación y, en última instancia, alcanzar un alto el fuego general’. El Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, criticó duramente la propuesta, afirmando que cualquier llamamiento a un alto el fuego ‘que no incluya la retirada de las fuerzas rusas del territorio ucraniano’ supondría de hecho ‘la ratificación de la conquista rusa’.
No obstante, Pekín ha seguido defendiendo el plan. El presidente chino, Xi Jinping, habló con su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, el 26 de abril por primera vez desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. China ha insistido en que mantiene una posición neutral, negándose a condenar la intervención militar rusa pero, al mismo tiempo, no apoyando las anexiones rusas de territorio ucraniano.
Al tiempo que reiteraba que no podía haber paz a expensas de compromisos territoriales, Zelensky declaró que había sido ‘una larga y significativa llamada telefónica’ con el líder chino que había abarcado toda la gama de asuntos bilaterales. ‘Se prestó especial atención a las vías de posible cooperación para establecer una paz justa y sostenible para Ucrania’, declaró en un comunicado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino citó a Xi diciendo que ‘el respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial es la base política de las relaciones chino-ucranianas’. La falta de apoyo de Pekín a las anexiones rusas se debe a su temor a que Estados Unidos aproveche las tendencias separatistas dentro de China, especialmente en Taiwán, para socavar su integridad territorial.
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, se encuentra esta semana en Europa para mantener conversaciones con sus homólogos de Alemania, Francia y Noruega e impulsar, en particular, su plan de conversaciones para desescalar la guerra de Ucrania. La visita se produce tras las visitas de alto nivel del presidente francés, Emmanuel Macron, y la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, a Pekín el mes pasado.
Los comentarios de Macron en China pusieron de relieve las diferencias existentes en Europa y con Estados Unidos sobre cuestiones estratégicas, incluidas las relaciones con Pekín y la posible participación china en la búsqueda de una distensión de la guerra de Ucrania. Lejos de rechazar las propuestas de paz de China, al parecer pidió al presidente Xi que ‘devolviera a Rusia a una política razonable en Ucrania’, a lo que Xi respondió comprometiéndose a ‘trabajar con Francia’ para evitar un mayor deterioro de la crisis ucraniana.
Al mismo tiempo, Macron dejó claro que Francia y Europa no deberían seguir ciegamente a Estados Unidos en su aceleración de la guerra contra China. Europa, dijo, no debe dejarse arrastrar a crisis ‘que no son nuestras’. Si sólo es una ‘seguidora’ en el tema de Taiwán y ‘se adapta al ritmo estadounidense y a una reacción exagerada china’, Europa se convertiría en un ‘vasallo’.
Las declaraciones de Macron provocaron una dura reprimenda de la Unión Europea y de Alemania en particular. El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán declaró que, aunque se oponía a una competencia feroz con China, la creencia de que Europa podría mantenerse al margen en caso de un ataque chino a Taiwán era absurda. Durante su visita, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, restó importancia a las diferencias políticas con Francia.
Sin embargo, esas diferencias se pusieron de manifiesto esta semana cuando Baerbock discutió públicamente con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin, el martes en Berlín. Qin insistió en la neutralidad de Pekín en la guerra de Ucrania, declarando que ‘China ni mirará el fuego desde la otra orilla ni echará leña al fuego’. Baerbock, sin embargo, aunque afirmó que China podría desempeñar un papel importante en el fin de la guerra, rechazó su postura diplomática, afirmando que ‘neutralidad significa ponerse del lado del agresor’.
En medio de estos signos de tensión en el seno de la OTAN por la guerra de Ucrania, Estados Unidos ha suavizado su actitud ante la propuesta china de entablar negociaciones. En una entrevista con el columnista del Washington Post David Ignatius la semana pasada, el secretario de Estado Blinken declaró con cautela que ‘en principio, no hay nada malo en que ‘China u otros países que tengan una influencia significativa y que estén dispuestos a buscar una paz justa y duradera… es ciertamente posible que China tenga un papel que desempeñar en ese esfuerzo. Y eso podría ser muy beneficioso’.
Blinken continuó afirmando que había algunos puntos ‘positivos’ en el plan de paz de 12 puntos de China, entre ellos el respeto de ‘la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países’, lo que implica una retirada de las tropas rusas. También declaró que la llamada telefónica Xi-Zelensky había sido ‘algo positivo, porque es de vital importancia que China y otros países que han estado tratando de hacer avanzar la paz escuchen a la víctima, no sólo al agresor’.
El propósito de las interminables denuncias de agresión rusa por parte de Estados Unidos y sus aliados cercanos es ocultar el hecho de que la responsabilidad principal de la guerra recae en el imperialismo estadounidense que, al ampliar las fronteras de la OTAN para invadir Rusia, ha incitado deliberadamente a Moscú a lanzar una acción militar. Washington, que está presionando a Kiev para que lance una ofensiva de primavera, ha rechazado hasta la fecha cualquier conversación que no comience con la capitulación total de Moscú.
En su comentario, Ignatius señaló el motivo de la última respuesta de Washington a la propuesta de Pekín de entablar conversaciones de paz. Según afirmó, EE.UU. desestimó inicialmente el plan como parte de sus esfuerzos por bloquear un papel más amplio de China en Europa y ‘evitar que los aliados europeos hagan tratos de favor con Pekín’. Sin embargo, ‘cuando incluso Zelensky, que depende de la ayuda militar estadounidense para la supervivencia de su país, ve con buenos ojos el contacto con Xi, excluir a China podría ser poco realista’.
Un artículo del Wall Street Journal del pasado fin de semana señalaba: ‘El interés por las negociaciones acerca a Washington a algunos países europeos, deseosos de que el conflicto termine, o al menos modere su intensidad, y que han sido los más empeñados en discutir alguna resolución este año’.
Sin embargo, al mismo tiempo, el Journal señaló que el apoyo estadounidense a las negociaciones está vinculado a la ofensiva prevista en Ucrania. Citando a altos funcionarios franceses y alemanes no identificados, el artículo decía que la expectativa era que ‘el objetivo es que Ucrania recupere territorio importante en el sur, un desarrollo que podría interpretarse como un éxito incluso si Rusia retiene trozos de territorio que sus fuerzas han ocupado’.
Estos comentarios dejan claro que el giro estadounidense es puramente táctico. Aunque nominalmente permita a Pekín seguir adelante, Washington hará todo lo que esté en su mano para sabotear cualquier conversación de paz mientras sigue infligiendo derrotas militares a Rusia. Los objetivos estratégicos del imperialismo estadounidense al provocar la guerra en Ucrania siguen siendo los mismos: proseguir temerariamente la guerra para debilitar, desestabilizar y desintegrar a Rusia sin tener en cuenta las terribles consecuencias para los pueblos ucraniano y ruso y los peligros de sumir al mundo en un conflicto global en el que participen potencias con armas nucleares.
(Publicado originalmente en inglés el 11 de mayo 2023)