
En una ciudad tan vibrante y plural como Barcelona, donde los festivales se suceden a lo largo del año y la oferta cultural parece inagotable, WALAY ocupa un lugar singular. Este festival es una propuesta con identidad propia, con una mirada política clara y un compromiso firme con las narrativas africanas y afrodescendientes. En su edición de 2025, WALAY reafirma esa vocación: ser un espacio necesario. Un punto de encuentro entre continentes, entre memorias compartidas y realidades en movimiento.
WALAY significa «No te olvides de mí» en wólof. Y ese gesto —casi susurrado, pero muy potente— atraviesa todo el espíritu del festival. Aquí, las historias africanas no son un decorado, ni una excusa para una programación exótica. Son el corazón, la raíz, la razón de ser. Lo que WALAY pone en el centro no pensamiento, creación y comunidad.
Desde su nacimiento en Barcelona, WALAY ha trabajado para acercar el cine africano contemporáneo al público local, pero también para incomodar los estereotipos que aún pesan sobre las representaciones del continente. Frente a la mirada externa —a menudo paternalista o simplificadora—, el festival apuesta por obras creadas desde dentro, por cineastas que narran sus propias realidades sin pedir permiso ni traducirse.
El crecimiento del festival ha sido constante, tanto en reconocimiento como en profundidad. Pero su esencia no ha cambiado. Rescatar las voces silenciadas por la historia y afirmar su presencia en el presente es, en sí mismo, un acto político.
Una geografía emocional y política
En esta nueva edición, el cine sigue siendo el núcleo del festival. La programación 2025 presenta una selección de películas que recorre distintas regiones del continente africano, pero también producciones afrodescendientes de América Latina y Europa. La diversidad estética, política y lingüística es uno de los sellos de esta selección que reafirma la obviedad de que no hay una sola África.

Entre los títulos seleccionados se abordan temas como la memoria histórica, las migraciones, la vida cotidiana en las grandes ciudades africanas, los vínculos intergeneracionales, el racismo estructural o las formas actuales de resistencia cultural. Un dato nada menor: muchas de las películas han sido dirigidas por mujeres africanas, lo que abre nuevos debates sobre las miradas negras y femeninas en el cine contemporáneo.
Después de las proyecciones, cada pase va acompañado de un espacio de diálogo con integrantes de los equipos creativos, críticas de cine o activistas afrodescendientes. Porque el cine, aquí, también es excusa para pensar juntos.
Más allá de la pantalla, WALAY 2025 abre espacio al pensamiento. A través de charlas, mesas redondas y encuentros, se exploran temas urgentes que atraviesan tanto al continente africano como a las comunidades afrodescendientes en Europa. Este año, los focos estarán puestos en la representación mediática de África, el papel de las mujeres negras en las industrias culturales, la circulación del cine africano y la preservación de lenguas y saberes tradicionales.

Las voces invitadas —pensadoras, periodistas, programadoras, activistas— hablan desde la experiencia, desde el territorio, desde la complejidad. No vienen a explicar África a Europa, vienen a conversar en igualdad, a desmontar categorías impuestas y a abrir nuevas preguntas. En un mundo acostumbrado a simplificar lo africano, estos espacios permiten la contradicción, el matiz, la incomodidad fértil.
El tercer eje del festival apuesta por la creación como forma de afirmación. Talleres de cine, laboratorios de escritura, masterclass y encuentros entre artistas configuran un programa que además de exponer, impulsa.
Especial atención reciben los talleres dirigidos a jóvenes afrodescendientes interesados en el audiovisual, que muchas veces no encuentran espacios de formación adecuados en los circuitos institucionales. También se organizan sesiones de networking con profesionales del mundo cultural, fomentando vínculos reales entre creadoras africanas y afrodescendientes y el ecosistema europeo.
Uno de los mayores valores de WALAY es su conexión profunda con el tejido social de Barcelona. No es un festival pensado para el turista cultural ni un escaparate de diversidad simbólica. Nace de un trabajo colectivo, desde una sensibilidad política clara, con un compromiso real frente a las desigualdades, el racismo estructural y la falta de representación en los espacios culturales.
Muchas de sus actividades están diseñadas para personas que se reconocen en las historias que se proyectan. Familias afrodescendientes, estudiantes africanos, artistas racializados… encuentran aquí un espacio que les habla directamente, donde no tienen que traducirse ni justificarse. En un entorno donde el canon cultural aún sigue siendo blanco y europeo, WALAY ofrece un refugio, una afirmación y una trinchera amorosa.
Además, las alianzas con colectivos locales —feministas negras, asociaciones de personas migrantes, espacios comunitarios— permiten que el festival trascienda su calendario y construya vínculos duraderos.

Djibril Diop Mambety
WALAY 2025 ess una propuesta curatorial concreta y comprometida que pone en el centro las voces africanas y afrodescendientes, alejándose de las representaciones simplificadas o exóticas que aún persisten. A través del cine, la palabra y la creación, el festival articula una programación diversa que apuesta por el pensamiento crítico y el intercambio real.
Las actividades se desarrollan en espacios accesibles y significativos de la ciudad, como la Filmoteca de Catalunya, CaixaForum, Français, Facultat de Ciències de la Comunicació Blanquerna y Teatro Juan del Enzina.
Para quienes buscan un acercamiento directo, plural y sin filtros a las realidades africanas contemporáneas, WALAY ofrece una programación que va más allá del evento. No promete respuestas fáciles, pero sí es una te da la posibilidad a mirar con atención, escuchar con respeto y pensar desde lo común.
PROGRAMACIÓN AQUÍ:
Redacción Afroféminas
