Fuente: https://contrainformacion.es/von-der-leyen-debe-dimitir/?utm_source=mailpoet&utm_medium=email&utm_campaign=boletin-contrainformacion_1 Redacción
Mientras el mundo observa con horror las consecuencias del conflicto, las y los líderes europeos se reúnen para discutir su respuesta. Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, no dudó en condenar el ataque, afirmando que un ataque a una infraestructura civil viola el Derecho Internacional. Sin embargo, Von der Leyen, en una maniobra evasiva, eludió dar una respuesta directa, alegando falta de información..
Después, Von der Leyen expresó su tristeza por el ataque al hospital Al-Ahli y la enorme cifra de muertos. Sin embargo, sus palabras parecen vacías cuando se contrastan con su historial de declaraciones y acciones.
Tuit de Ursula von der Leyen: «Me entristece el ataque contra el hospital Al-Ahli y la enorme cifra de muertos. No hay excusa para atacar un hospital lleno de personal médico y civiles. Todos los hechos deben ser establecidos y los responsables deben ser llevados ante la justicia.»
ADIÓS
La figura de Ursula von der Leyen ha sido, desde su ascenso a la presidencia de la Comisión Europea, objeto de escrutinio y análisis. Su liderazgo, marcado por decisiones y declaraciones que a menudo parecen contradictorias, ha generado dudas sobre su verdadero compromiso con los valores fundamentales de la Unión Europea, especialmente en lo que respecta a los derechos humanos.
La reciente tragedia en Gaza ha puesto de manifiesto esta ambigüedad. Mientras que en algunos momentos Von der Leyen ha mostrado su apoyo a Israel, en otros ha condenado sus acciones, generando confusión y desconfianza entre las y los ciudadanos europeos y la comunidad internacional. Esta falta de coherencia y firmeza en su postura no solo debilita la imagen de la Unión Europea, sino que también pone en tela de juicio su capacidad para liderar en momentos de crisis.
La ineludible necesidad de la dimisión se hace patente cuando se considera el papel crucial que desempeña la presidenta de la Comisión Europea. En un cargo de tal magnitud, no hay lugar para la ambigüedad o la indecisión. Las y los ciudadanos europeos merecen un liderazgo claro y decidido, que defienda sin titubeos los valores y principios de la Unión.