Fuente: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/virus-cerdos-humanos-nuestra-adiccion-comer-animales-consecuencias
Virus, cerdos y humanos: nuestra adicción a comer animales y sus consecuencias
Entre el 60% y el 75% de todas las enfermedades infecciosas que padecemos los humanos son de origen zoonótico. La comunidad científica alerta de que las epidemias de origen animal, en un 90% de casos relacionadas con nuestros hábitos alimenticios, serán cada vez más comunes.
Un equipo de investigadores chinos publicaba recientemente un artículo en la revista de laAcademia de lasCiencias estadounidenses (PNAS) que advertía de que la cepa C4 de la gripe porcina se ha contagiado a humanos y que tiene potencial de convertirse en un “virus pandémico”. El Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China destacaba más tarde que no se trata de una cepa nueva —ha sido común en cerdos desde 2016— y que “no infecta a otros animales o humanos fácilmente”. Sin embargo, Juan Jesús Gestal Otero, profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, señala que se trata de un estudio “muy interesante de vigilancia de las cepas de virus gripales que están circulando en el ganado porcino en China desde 2011 a 2018, que ha puesto de manifiesto la circulación cada vez mayor, a partir de 2016, del genotipo 4 de una cepa recombinante del virus EA H1N1 con capacidad, por sus características, de transmitirse a humanos y convertirse en pandémica”.
Este potencial pandémico del que hablan los investigadores, explica el profesor, significa “que tiene características que pueden facilitar su transmisión entre humanos como su capacidad para unirse al receptor SA α2-6-Gal de las células humanas; de multiplicarse de modo eficiente en células del epitelio bronquial y alveolares humanas”. Además, al ser diferentes de las cepas vacunales, “las vacunas no protegerían frente a esta cepa G4 la inmunidad preexistente”, aclara.
Tal y como indica el estudio, y como detalla Gestal, el virus ya ha pasado de cerdos a humanos: “Ya se han descrito dos casos, pero el número real debe ser mayor, pues, como refieren en el estudio, se observaron anticuerpos en el 10% (35 de 338) de trabajadores de granjas de cerdos y en el 4% (10 de 230) personas de la población general”. En el mismo artículo también reflejan que ninguno de estos dos casos resultó en contagios a otros humanos. Pero Gestal también especifica que “de llegar esta cepa a producir una pandemia sería la primera vez que se detecta el virus responsable de una pandemia gripal antes de que esta se produzca, lo que permitiría estar preparados”.
Núria Almiron: “La globalización, el cambio climático, la pobreza, la sobrepoblación humana… Todo esto no hace más que empeorarlo, pero el origen principal es nuestra adicción a comer animales”
Para el profesor Gestal, esta noticia hay que tomarla como un hallazgo que debe ser seguido y vigilado. De hecho, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU ya están tomando medidas para controlar y prepararse frente esta amenaza emergente para la salud pública. “Se están coordinando con los Centros de Salud Pública de China, valorando si el virus prototipo candidato para el desarrollo de una vacuna frente al virus de la gripe porcina EA H1N1 G5, estrechamente relacionado, protegería frente al G4 o si es necesario desarrollar otra cepa vacunal candidata específica para este genotipo, y también se está comprobando si los medicamentos antivirales contra la gripe existentes protegen frente este nuevo virus”, indica.
EL ORIGEN: NUESTRA ADICCIÓN A COMER ANIMALES
Juan Jesús Gestal recuerda que “en China existen ingentes cantidades de aves y la mitad del ganado porcino del planeta, principales reservorios y ‘laboratorios para la recombinación de los virus gripales’”. Para el experto, es importante que “allí se esté llevando a cabo una importante vigilancia epidemiológica de los virus gripales en las aves y en el ganado porcino, seleccionado posibles prototipos vacunales”, y concluye que “no puede bajarse la guardia y cuanto más esfuerzo se realice en esta vigilancia más protegidos y preparados estaremos para prevenir la aparición de la próxima pandemia gripal”.
Núria Almiron, codirectora del Centre for Animal Ethics y directora del Proyecto de Investigación THINKClima de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, enfatiza la importancia del origen de este tipo de virus: “Entre el 60% y el 75% de todas las enfermedades infecciosas que padecemos los humanos son de origen zoonótico”. Es decir, provienen de los animales. Tal como explica, “todas las gripes son de origen zoonótico, y la tuberculosis, y la salmonelosis, y el SIDA, y el dengue, el Zika… la lista es larguísima. Algunas zoonosis son nuevas, otras reemergen”.
“El salto de enfermedades en animales no humanos a humanos es una constante en la historia de la humanidad que no ha hecho más que aumentar con la industrialización. Los humanos somos animales, es normal que pueda suceder algo así”, continúa la profesora. Sin embargo, enfatiza que lo que no es normal es que suceda tan fácilmente y que se conviertan en epidemias o pandemias cada vez con mayor facilidad. «Y el origen siempre es el mismo”, añade.
“En China existen ingentes cantidades de aves y la mitad del ganado porcino del planeta, principales reservorios y ‘laboratorios para la recombinación de los virus gripales’”, señala Juan Jesús Gestal
Almiron afirma que “nos obsesionamos con los detalles epidemiológicos y nos olvidamos de las causas sociales y estructurales: el comportamiento de la especie humana, que parece interesarnos poco o nada”. Para la académica, “la literatura científica es muy clara y contundente al respecto del porqué se producen epidemias zoonóticas y por qué serán cada vez más comunes. Las causas que siempre se mencionan están en un 90% relacionadas con nuestros hábitos dietéticos: con comer animales. La globalización, el cambio climático, la pobreza, la sobrepoblación humana… Todo esto no hace más que empeorarlo, pero el origen principal es nuestra adicción a comer animales”.
Sobre la relación entre comer animales y estas enfermedades, Almirón explica que si dejáramos de comer animales la enfermedades zoonóticas no desaparecerían, pero se reduciría drásticamente la posibilidad de creación de nuevos patógenos y de su dispersión masiva. “Por un lado, el cambio climático antropogénico y el confinamiento han creado una comunidad gigante de animales inmunodeprimidos en la naturaleza y en las granjas, generando así el caldo de cultivo perfecto para la creación de nuevos patógenos y su dispersión masiva. Por otro, la población humana, con núcleos urbanos densamente poblados, con elevada demanda de productos de origen animal, constituye un tejido ideal para la difusión de virus. Pasar a una dieta basada en plantas no eliminaría el problema pero reduciría los riesgos radicalmente”, señala.
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