Primero porqué es la primera vez en 150 años que se le consulta al pueblo sobre el diferendo territorial con la República Cooperativa de Guyana por la Guayana Esequiba. Por ello, bajo el paraguas de un organizado y experimentado sistema electoral, a las 6 de la mañana abrieron los centros electorales y así permanecerán por doce horas, incluso más de ser necesario, para atender un padrón de casi 21 millones de personas. El poder soberano, el poder popular que en Venezuela es real, no mera retórica, decide.

Segundo, porque desde el momento en que el Presidente Nicolás Maduro anunció la realización del referendo, se sumaron y acompañaron fuerzas políticas adversarias que en otros momentos electorales han sido hostiles, algunas en extremo. Pero lo expresaron días atrás y lo repiten este domingo desde su centro de votación.

Uno de ellos, Antonio Ecarri, presidente de Alianza del Lapiz ante los medios  de comunicación dijo “hoy es un día para reafirmar el proyecto nacional sin distingo de color político” y agregó “hoy juega la Vinotinto -en alusión al color que distingue a la selección nacional de futbol- hoy juega Venezuela”. Se trata entonces de un consenso nacional, sin color partidista. En la madrugada y después de contar por sus redes sociales que tras su primer cafecito del día se iba a votar, el Presidente Maduro lo recordó “No es tiempo de debilidades, de mezquindades, es tiempo de unión nacional, de grandes consensos”.

Tercero, porque la lucha histórica en la defensa de un territorio que le pertenece a Venezuela coincide con otro momento histórico y oscuro para nuestra región. Nos referimos a los doscientos años de la Doctrina Monroe, con aquella nefasta frase “América para los americanos”, que el 2 de diciembre de 1823 proclamó el Presidente de Estados Unidos, James Monroe.

Una frase que resumen una las políticas exteriores más antiguas de ese país, que entre sus líneas y con el peso de los hechos demostró que no es América para Norteamérica, es América para Sur y Centroamérica, tal vez por ello con los años les fue más directo señalar que América Latina es su patio trasero. Es a través de esta doctrina que Washington se ha amparado para realizar numerosas intervenciones militares, económicas y políticas con diversas estrategias y laboratorios, para someter a gobiernos y sus pueblos cuando deciden cortar sus cadenas con el imperio.

La defensa por la Guayana Esequiba es una expresión de lucha contra esa nefasta política exterior de Estados Unidos, ahora con el nombre de la transnacional Exxon Mobil, sus millones de dólares invertidos en los campos petroleros en la zona en reclamación y su ejército de abogados que, en denuncias del gobierno del Venezuela, mueve los hilos de la política exterior de la República de Guyana ante esta disputa.

Esta historia que reclama lo propio, está contenida magistralmente en las cinco preguntas que tienen entre sus manos los y las venezolanas que este domingo se dan cita en las urnas, en un ejercicio de determinación y dignidad nacional.