Venezuela en la disputa geopolítica ante un nuevo orden mundial

John Freddy Gómez*

Venezuela representa la bisagra histórica que permitió revivir y erigir el concepto y utopía por un sistema socioeconómico diferente al sistema capitalista. Foto: EFE

La Revolución Bolivariana ha sobrevivido a los ciclos o al movimiento pendular entre regímenes progresistas y conservadores en los últimos 25 años.

En la República Bolivariana de Venezuela el pasado 28 de julio se llevaron a cabo las elecciones presidenciales para el periodo 2025-2031 que dio como ganador al actual presidente Nicolas Maduro Moros con una distancia de aproximadamente 8,8% de los votos, sobre su contendor Edmundo Gonzales. Esta victoria que, aunque mucho menos holgada que en el pasado, evidencia la lealtad de la sociedad venezolana al proyecto político bolivariano y expresa de una manera irrefutable la derrota de las presiones y violencias externas e internas a una sociedad que ha levantado su voz por la construcción de un horizonte diferente de las dinámicas neoliberales.

Aunque las elecciones se celebraron sin ningún inconveniente relevante, los grandes medios de comunicación a nivel regional y mundial han construido un relato sobre la ilegalidad del escrutinio generado por el Consejo Nacional Electoral, órgano rector del poder electoral venezolano, el no reconocimiento e ilegitimidad de Nicolas Maduro como presidente, y la posibilidad de una intervención armada bajo la remembranza del destino manifiesto y la Doctrina Monroe estadounidense. Sin embargo, las preguntas que sobresalen en el escenario a nivel regional y mundial, sobre el actual proceso venezolano y la intervención de Estados Unidos y sus aliados, entre otras son: ¿El porqué de la relevancia de Venezuela?, ¿Cuál es el interés por la intervención a toda costa de este país latinoamericano? y ¿Cuál es su papel en el contexto actual?

Estas preguntas se deben responder de una manera rigurosa, lo cual implica analizar a Venezuela tanto en el contexto nacional, regional y mundial como también en las múltiples formas disruptivas que implica el Régimen Bolivariano que se opone a un estatus quo en el continente y que ha sobrevivido a los ciclos o al movimiento pendular entre regímenes progresistas y conservadores en los últimos 25 años. Es necesario evidenciar que en el contexto actual se constata una fractura y posible derrumbe del Orden Mundial existente cristalizado en los Acuerdos de Bretton Woods en 1944 que materializaron la hegemonía de Estados Unidos como eje organizador del sistema socioeconómico capitalista.

La erosión de la relevancia económica de Estados Unidos con relación a China, Rusia e India, y en general la deriva del G7 con relación a los BRICS, manifiesta la fractura hegemónica del imperialismo estadounidense y su orden mundial gestado a partir del Dólar, moneda que ostenta el señoreaje monetario a nivel internacional. Así mismo, esta erosión hegemónica no solo se expresa en su deterioro económico, sino que también se atestigua en la perdida de centralidad en el orden político, de horizonte social y de construcción simbólica.

Esta fractura de la hegemonía estadounidense se presenta como resultado de su accionar político y por ende del declive civilizatorio enmarcado en su población. En este contexto de crisis del hegemón a nivel mundial, del declive del orden mundial establecido y de disputa con actores cada vez más relevantes en el marco internacional; es que se presenta la disputa por subordinar a la República Bolivariana de Venezuela por todo lo que representa.

Venezuela representa la bisagra histórica que permitió revivir y erigir el concepto y utopía por un sistema socioeconómico diferente al sistema capitalista, que permitió vislumbrar procesos de integración solidarios, que mantiene su decidida intensión por la paz mundial y los acuerdos a nivel mundial entre actores beligerantes, y que persiste en su interés en una sociedad con justicia social aunque Estados Unidos y el G7 apliquen una guerra hibrida con desastrosas consecuencias para Venezuela: todo esto y más conlleva a que el proceso bolivariano represente una esperanza para pensar un mundo diferente.

Sin embargo, no solo representa una experiencia, esperanza y alternativa al sistema realmente existente; sino que, en el contexto actual Venezuela se presenta como un Estado con vastos recursos energéticos que deben ser subordinados por el bloque del G7; y, particularmente por Estados Unidos para poder preservarse como hegemón. El Orden Mundial se encuentra en cuidados intensivos y ya se evidencia en el campo internacional una emergencia de sectores que disputan la hegemonía de Estados Unidos y que lo contrapone ante sus propios dogmas.

La disputa de EEUU con Rusia y particularmente con China, que se manifiesta de una manera más general con la disputa entre los BRICS y el G7, enmarca la disputa por el viejo Orden Mundial que no termina de derrumbarse y el Nuevo Orden que no se decide a nacer. Ante este contexto de incertidumbres, disputas bélicas, crisis económicas recurrentes y desenfreno sociopolítico en el bloque hegemónico, EEUU levanta múltiples voces por subordinar a Venezuela y colocar al servicio del imperialismo sus recursos como forma de contención de las otredades en el campo internacional.

No solo es Venezuela como proceso revolucionario, no solo son sus recursos naturales que saciarían la sed de acumulación de algunas clases dominantes, no solo es la revancha de las clases que se han visto desplazadas de su poder de expoliar la vida de las personas; sino que a partir del contexto mundial y la disputa hegemónica la República Bolivariana de Venezuela se presenta como una necesidad imperante para mantener la disputa en el orden internacional por parte de EEUU y dotar a sus aliados de petróleo con una tasa de ganancia que sacie las necesidades de todas las partes.

Para finalizar es pertinente evidenciar que la propaganda y el relato construido por los grandes medios de comunicación, por varios regímenes pretendidamente disruptivos y del propio establecimiento de los Estados Unidos será una espada de doble filo ante sus débiles hegemonías electorales, lo cual puede generar una reacción no solo sobre el pueblo venezolana sino en su mismo espacio de disputa, lo cual parece que ya se ha evidenciado y por ende la dinámica de recular sus primeros discursos.

* Docente e investigador de la Universidad Nacional de Colombia.

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