El sistema bipolar de la guerra fría, que culminó con la desintegración soviética, fue sustituido por una realidad geopolítica completamente nueva, marcada por la hegemonía de EEUU y el ataque al Estado ruso. Durante los últimos años, Moscú reafirmó sus ambiciones de superpotencia, generando múltiples tensiones en un mundo que vive hondas transformaciones. Como consecuencia del trauma de la desmembración y de los conflictos territoriales, en Rusia nacieron nuevas corrientes de pensamiento geopolítico. La geopolítica de Europa Occidental no carece de esos recursos para la explicación de todo tipo de rivalidades” entre países y bloques de ellos.
Así tenemos en la parte euroasiática del mundo a analistas estratégicos como Alexandre Dugin, Sergei Blaziev, Diego Fusaro, Leonid Savin. y al lado de ellos a Enrique Refoyo y quienes hacen el Centro francés de Investigaciones sobre inteligencia (Cf2R) y al italiano Giuseppe Gagliano, director de Noticias Geopolíticas y especialista en inteligencia, terrorismo y guerra económica. Gastón Pardo
Por Giuseppe Gagliano
La inteligencia económica constituye un instrumento indispensable para salvaguardar la soberanía económica de un país y por tanto su independencia. La inteligencia económica puede ser eficazmente desarrollada sólo después de la plena comprensión de la guerra económica y de diferentes formas de beligerancia que pasan de la información, los datos y el conocimiento. No considero estas relaciones es un error metodológico grave. Así como lo es pensar en poder ser un dispositivo eficaz de inteligencia sin haber conseguido primero una adecuada soberanía económica y militar en el escenario multipolar.
Nuestro objetivo, que se funda en contribuciones de analistas y estudiosos de estos fenómenos, es propio el de hacer el punto sobre el estado del arte de estas nuevas formas de beligerancia. No emerge la centralidad de la inteligencia económica como instrumento defensivo y a la vez ofensivo tendente a consolidar, o a conseguir la soberanía económica sin la cual la libertad no es más que una ilusión.
Los sucesos recientes en Venezuela han levantado preocupaciones significativas sobre la estabilidad política del país y la creciente amenaza de ataques cibernéticos como instrumento de desestabilización política. El presidente Nicolás Maduro y las autoridades venezolanas han denunciado una andanada de ataques informáticos durante las elecciones, considerados parte de una tentativa del golpe orquestado por fuerzas externas. Examinemos la situación actual, el contexto geopolítico y las implicaciones futuras de estos hechos.
Marco de los ataques cibernéticos
El 28 y el 29 de julio de 2024, Venezuela ha sufrido un número sin precedente de ataques informáticos, colocándose entre los países más lapidado a nivel global según varias fuentes, entre las cuales la mappa de la sociedad HTTPCS de Ziwit y la Cybermap de Kaspersky. Estos ataques han puesto en la mira sobre todo al Consejo Nacional Electoral (CNE) y las principales empresas de telecomunicaciones estatales, retrasando la transmisión de los resultados electorales y causando daños significativos a la infraestructura electoral.
Dinámicas de la guerra híbrida
Los ataques informáticos estuvieron acompañados por incendios dolosos a las sedes del CNE y los centros de transmisiones, sugiriendo una estrategia de guerra híbrida lista para desestabilizar al país en un momento crucial. El presidente del CNE, Elvis Amoroso, confirmó que tales ataques procedían de varias partes del mundo, con una concentración significativa como la de Macedonia del Norte, país miembro de la OTAN y candidato a la adhesión a la Unión Europea.
Implicaciones geopolíticas
La acusación de que los ataques cibernéticos estuvieron orquestados desde Macedonia del Norte contiene interrogaciones sobre las implicaciones geopolíticas más amplias. La estrecha colaboración entre Macedonia del Norte y Estados Unidos, en particular en el dominio cibernético, indica una posible complicidad en la desestabilización de Venezuela. Estados Unidos, a través del Cyber Command y la National Security Agency (ANS), han históricamente utilizado la guerra informática como instrumento de política exterior para influir en gobiernos hostiles.
Reacción del gobierno venezolano
En respuesta a los ataques, el gobierno venezolano ha interpuso medidas para reforzar la seguridad cibernética y ha efectuado investigaciones profundas para identificar a los responsables. Maduro ha presentado un contencioso electoral a la suprema Corte del país, subrayando la necesidad de proteger la integridad del sistema electoral contra futuras interferencias.
Prospectiva futura
La situación en Venezuela evidencia la importancia crítica de la seguridad cibernética en las elecciones modernas. El país deberá adoptar tecnologías y protocolos avanzados para garantizar que los ataques cibernéticos no puedan comprometer el proceso democrático. Además, la comunidad internacional debe tomar en consideración las implicaciones de la guerra informática como instrumento de desestabilización política y adoptar medidas para prevenir tales interferencias.
Los acontecimientos recientes en Venezuela representan un caso emblemático de como la guerra cibernética puede ser utilizada para intentar desestabilizar a un gobierno. Las acusaciones contra Macedonia del Norte y la posible complicidad de Estados Unidos contienen cuestiones críticas sobre la soberanía nacional y la seguridad electoral. Venezuela deberá reforzar su propia infraestructura cibernética buscando apoyo internacional para proteger al propio sistema democrático. La comunidad internacional, por cuenta suya, debe reconocer la creciente amenaza de guerra cibernética y trabajar juntos para desarrollar estrategias eficaces de defensa.
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