Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL
Donald Trump ha declarado recientemente que “la decisión de liberar a Marwan Barghouti está en sus manos” y que “los palestinos no tienen un líder claro en este momento”. Sus palabras, cargadas de arrogancia política, reflejan la persistente visión colonial de quienes creen poder decidir el destino de Palestina. Sin embargo, en medio de su tono prepotente, hay una verdad que incluso él no puede ocultar: la centralidad de Marwan Barghouti como líder indiscutible del pueblo palestino.
Que un expresidente estadounidense —aliado histórico del sionismo— mencione el nombre de Barghouti y hable de su posible liberación, confirma que el encarcelado líder palestino trasciende las cárceles del ocupante y se proyecta como símbolo de unidad, dignidad y resistencia.
Trump, tal vez sin pretenderlo, ha reconocido la fuerza moral y política de un hombre amado por su pueblo y respetado por el mundo entero. Porque hablar de Barghouti es hablar del derecho de los pueblos a liberarse de la opresión.
UPAL reconoce que, aunque las palabras de Trump provienen de la soberbia de quien se cree árbitro del destino ajeno, también revelan un hecho inevitable: la libertad de Palestina está encarnada en los rostros de sus prisioneros, y en ellos se refleja el futuro de toda una nación.
Marwan Barghouti no necesita que Trump decida por él; su liderazgo nace de la tierra ocupada, del sufrimiento y la esperanza de millones. Pero si este gesto sirve para recordarle al mundo su existencia y su ejemplo, entonces incluso las palabras del poderoso sirven —sin querer— a la causa de los oprimidos.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
23 de octubre de 2025
23 de octubre de 2025