Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL
En un momento en el que el pueblo palestino enfrenta uno de los capítulos más difíciles de su historia, la Autoridad Nacional Palestina sorprende anunciando la intención de realizar elecciones para el Consejo Nacional Palestino. Una medida que, en apariencia, suena a “reforma”, pero que en la práctica abre serias interrogantes que no pueden pasarse por alto.
¿Qué condiciones se imponen para participar?
La ANP pretende fijar requisitos políticos previos para que las organizaciones y candidatos puedan participar, como si la pertenencia al movimiento nacional palestino estuviera condicionada a la obediencia a la dirigencia de Ramala.
¿Exigen adhesión total a los Acuerdos de Oslo?
¿O la aceptación del esquema de “coordinación de seguridad” que ha demostrado servir más al ocupante que al pueblo palestino?
¿Es obligatorio seguir los lineamientos de la ANP?
Da la impresión de que, para la ANP, quien no se somete a su línea política queda automáticamente excluido.
¿Es esto un proceso democrático?
¿O es un intento de convertir una de las instituciones más representativas de la OLP en un departamento subordinado a la presidencia?
¿Serán elecciones verdaderamente democráticas?
¿Cómo hablar de democracia en un contexto donde no existe transparencia, donde la oposición es perseguida o silenciada, donde activistas son detenidos y donde la vida política ha sido reducida a una estructura que solo beneficia a un pequeño círculo de poder?
El Consejo Nacional Palestino debe ser la voz de todos los palestinos, dentro y fuera de la patria, y no la extensión administrativa de un liderazgo que ha perdido legitimidad ante su propio pueblo.
¿Está Abbas abonándole el terreno a Mahmoud al-Sheikh?
La pregunta surge con fuerza entre los palestinos:
¿Busca Mahmoud Abbas utilizar este proceso electoral para pavimentar la transición hacia su colaborador más cercano, Mahmoud al-Sheikh?
Todo parece indicar que se intenta diseñar un escenario político que permita una transferencia de poder “controlada”, hecha a la medida de los intereses personales del entorno presidencial, y completamente alejada de la voluntad y las aspiraciones del pueblo palestino.
Conclusión
UPAL reafirma que cualquier elección palestina—sea del Consejo Nacional o de cualquier órgano representativo—solo tendrá verdadera legitimidad si es inclusiva, transparente, libre, sin condiciones impuestas y abierta a todo el pueblo palestino, dentro y fuera del territorio.
La OLP no pertenece a Abbas, ni a un grupo reducido; pertenece a la nación palestina en su conjunto.
Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL
5 de diciembre de 2025