UPAL. Hermetismo total: el silencio cómplice ante el genocidio en Palestina

Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL 

El planeta observa con horror cómo Gaza se hunde en la oscuridad, mientras los misiles israelíes reducen a polvo hospitales, escuelas y hogares. Pero lo más escalofriante no es solo la magnitud del crimen, sino el silencio sepulcral que lo rodea. Un hermetismo total cubre a los gobiernos, organismos internacionales y grandes medios de comunicación, incapaces —o reacios— a pronunciar una sola palabra de condena contra el Estado genocida de Israel.

¿Por qué ese silencio? Porque el poder sionista ha extendido sus tentáculos sobre las estructuras políticas, financieras y mediáticas del mundo. Gobiernos que presumen de democráticos actúan con sumisión ante quienes controlan la narrativa global. Se ha impuesto una regla tácita: quien defienda a Palestina será perseguido, censurado o destruido públicamente.
Esa es la misma maquinaria que hoy intenta desprestigiar al presidente Gustavo Petro, el único jefe de Estado en América Latina que ha tenido el valor de llamar genocidio al genocidio y de exigir sanciones contra Israel. Su voz, clara y moralmente firme, ha roto el pacto de silencio que domina en Occidente. Por eso la respuesta ha sido inmediata: campañas de difamación, presiones diplomáticas, ataques mediáticos coordinados y amenazas veladas de aislamiento político.
El mensaje es claro: quien se atreva a desafiar al poder sionista, pagará las consecuencias. Así opera el sistema que protege la impunidad de Israel. Lo vimos antes con líderes árabes, africanos y asiáticos que fueron demonizados por denunciar la colonización de Palestina; ahora lo vemos en América Latina, donde la independencia de pensamiento vuelve a ser un pecado imperdonable.
El caso de Petro demuestra que el sionismo no tolera voces libres. No puede aceptar que desde el sur del mundo, desde una Colombia solidaria y soberana, se alce un discurso que denuncia lo que otros callan. Por eso buscan silenciarlo: porque su postura resuena en los pueblos, porque desenmascara la hipocresía de los poderosos, y porque representa la dignidad de un continente que no se rinde ante la mentira imperial.
Europa, mientras tanto, sigue paralizada por su culpa histórica y su dependencia política. Sus gobiernos, temerosos de ser señalados de “antisemitas”, callan frente al exterminio de un pueblo entero. Estados Unidos, en cambio, no guarda silencio: financia, arma y justifica el genocidio. Cada bomba lanzada sobre Gaza lleva su firma y su consentimiento.
En medio de esa complicidad global, solo los pueblos libres —los que no están sometidos al chantaje mediático ni financiero— mantienen viva la voz de Palestina. Desde América Latina, África y Asia surgen gritos de justicia que cruzan los muros del silencio: ¡Palestina vive, Palestina resiste!
Desde la Unión Palestina de América Latina (UPAL) reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo palestino y nuestro respaldo absoluto al presidente Gustavo Petro. Su postura digna frente al genocidio israelí honra la tradición latinoamericana de independencia y justicia social. Hoy más que nunca, su voz representa la conciencia de los pueblos del sur.
El silencio de los poderosos no podrá sepultar la verdad. Porque la verdad, como el pueblo palestino, resiste entre las ruinas, florece entre los escombros y grita desde las calles del mundo: no al genocidio, no a la ocupación, no al silencio.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
Voz de dignidad, justicia y memoria.
Con Palestina y con todos los que no se arrodillan ante el poder.
30 de octubre de 2025

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