UPAL 07/10/25
Editorial de la Unión Palestina de América Latina
Han pasado dos años desde aquel amanecer del 7 de octubre en que el pueblo palestino, cansado de 77 años de ocupación, bloqueo y humillación, decidió abrir una nueva página de su historia. El Tufán Al-Aqsa no fue un episodio aislado ni un hecho repentino: fue la erupción natural de un pueblo al que le han negado sistemáticamente la libertad, al que le han usurpado la tierra y al que le han impuesto muros, colonias, prisiones y bombardeos inhumanos.
Hoy, al cumplirse dos años, recordamos que ese día Palestina habló con voz propia. No fue Hamás, ni una facción, ni un partido el que gritó: fue la herida abierta de millones de palestinos dentro y fuera de la patria. Fue el eco de los refugiados que aún esperan regresar a Haifa, Jaffa, Lydd, Beit Jala y Jerusalén. Fue el rugido de Gaza, asfixiada durante más de 15 años de bloqueo criminal. Fue la dignidad de un pueblo entero levantándose contra la injusticia.
El precio que el enemigo ha hecho pagar desde entonces es enorme: decenas de miles de mártires, barrios enteros arrasados, familias aniquiladas, niños bajo los escombros, ciudades reducidas a cenizas. Pero esa masacre, en lugar de quebrar la voluntad palestina, ha desenmascarado ante el mundo entero la verdadera naturaleza del sionismo: un proyecto colonial basado en el genocidio.
Dos años después, el Tufán Al-Aqsa sigue siendo un símbolo. Un símbolo de que Palestina no se rinde, de que mientras exista ocupación existirá resistencia. El enemigo podrá matar, podrá destruir, podrá mentir en los foros internacionales, pero no podrá borrar la memoria ni apagar la convicción de que la tierra pertenece a su pueblo legítimo.
Hoy conmemoramos a nuestros mártires, honramos a nuestros prisioneros y abrazamos a nuestros huérfanos. Le decimos al mundo que la resistencia no es terrorismo: el terrorismo es la ocupación. Les recordamos a los gobiernos cómplices que la historia los juzgará por su silencio. Y afirmamos que, como hace dos años, Palestina seguirá en pie, resistiendo, luchando y avanzando hacia la libertad.
El Tufán Al-Aqsa no fue el final: fue el principio de una nueva etapa en la que la causa palestina recuperó el centro del escenario internacional. La sangre derramada no será en vano: de ella brota la semilla de la liberación.
Gloria eterna a los mártires, libertad para los prisioneros, retorno para los refugiados y victoria para Palestina.
UPAL – Unión Palestina de América Latina
7 de octubre de 2025