UPAL. “50 años después de la Resolución 3379: la verdad que el poder no pudo borrar”

Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL

Hace cincuenta años, el 10 de noviembre de 1975, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 3379, una declaración histórica que afirmaba con claridad y valentía:El sionismo es una forma de racismo y discriminación racial.”
Aquel día, la conciencia moral del mundo habló con fuerza. Los pueblos oprimidos, las naciones no alineadas, los movimientos anticoloniales y los que aún creían en la dignidad humana vieron reflejada una verdad que el sufrimiento palestino ya había mostrado al mundo: el sionismo no era una ideología de liberación, sino un proyecto de exclusión, ocupación y apartheid.

Pero la historia también registra la otra cara de esa verdad. En 1991, bajo la presión directa de Estados Unidos y del poder político y económico del lobby sionista, la misma ONU que había tenido el coraje de nombrar el racismo, revocó la resolución 3379. No por convicción ni por justicia, sino por sometimiento. La votación de la derogación fue una muestra de cómo el poder global impone el silencio sobre la verdad cuando sus intereses están en juego.

Aquella revocación no cambió la realidad, solo intentó borrar las palabras que la describían. Pero el pueblo palestino sigue siendo testigo de ese racismo institucionalizado: en las leyes israelíes que privilegian a los judíos sobre los árabes; en los muros que separan familias; en los checkpoints que humillan; en la limpieza étnica y en la ocupación que nunca cesa. Todo eso no son “interpretaciones políticas”, sino pruebas vivas de un sistema de apartheid que persiste.

Hoy, medio siglo después, los hechos han reivindicado la verdad de 1975.
El sionismo se muestra ante el mundo no como una ideología de refugio, sino como una ideología de dominación.
Y la ONU, que en otro tiempo se atrevió a llamar las cosas por su nombre, debe recuperar su dignidad y su independencia del chantaje político.

Porque las resoluciones pueden derogarse, pero la verdad no se revoca.

Y la verdad es esta: Palestina sigue viva, y el sionismo sigue siendo racismo.

Unión Palestina de América Latina – UPAL
11 de noviembre de 2025

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