Fuente: https://frenteantiimperialista.org/una-tormenta-con-historia-sara-rosenberg/ Sara Rosenberg 13 agosto 2023
Como una intensa tormenta de arena roja, el África golpea las costas del mundo entero. El aire caliente y los vientos que empujan desde el este despejan el horizonte, pero corrientes más subterráneas y sin embargo constantes nos llegan desde la Cuba internacionalista.
Conocemos el saqueo y el padecimiento de los pueblos africanos esclavizados, colonizados y explotados por el colonialismo y el imperialismo europeo y norteamericano. Y hoy los jóvenes lideres africanos, como Traore, vuelven a nombrar y señalar las causas y causantes y lo hacen con un proyecto de rebeldía y transformación.
Al escuchar su discurso, tan claro y sencillo como la verdad misma, me alegré doblemente cuando al final él dice ¡Patria o muerte!, una consigna tan querida y tan cargada de Revolución cubana.
Y justamente coincidió mi lectura del discurso de Traoré, con la mañana en la que visitaba el Centro Fidel Castro.
Recorrimos las salas y escuché las palabras del excelente historiador que nos explicó cada detalle de la historia del Comandante y de la Revolución.
Es importante señalar que no se llama museo sino Centro porque se construyó con otro concepto, como historia viva, un lugar de actividades y conocimiento, con biblioteca, centro de documentación y muchas salas que se actualizan y se activan permanentemente. Tan es así y a modo de anécdota, cuando llegamos a la sala donde está una pequeña reproducción del Granma sobre una vitrina con el fusil y su pistola histórica, me apoyé sin querer para leer lo que decía y la vitrina se movió. Me asusté pensando que había estropeado algo y el historiador sonriendo me dijo no te preocupes, el Granma se mueve. Sigue moviéndose, sin duda.
Yo iba sola, había bastante gente que se dividió en grupos y tuve la suerte de entrar con un grupo de visitantes cubanos. Los grupos son de no más de veinticinco personas y cuando llegamos a la sala de la historia de la guerra de Angola y de la relación de Cuba con África, me di cuenta de que casi todos eran veteranos de esa guerra con sus familiares, sus hijos o sus nietos.
Después de ver un video sobre una de las batallas más duras, la de Cuito Canevale, el historiador se dirigió a una mujer sentada a mi lado y le dijo si quería agregar algo más y contar lo que sabía y lo que había vivido. Ella, con esa humildad y esa dignidad tan cubanas nos contó que fue allí como parte del contingente de combatientes cubanos y que estaba encargada de la logística y del avituallamiento y que había sido una batalla durísima, pero vencieron1.
2.
Y es importante ahora, cuando África vuelve a levantarse, no olvidar la raíz y la siembra profunda del internacionalismo cubano en ese inmenso continente.
Decía Fidel –recordemos que el 13 de agosto es su cumpleaños- :
“(…) Ya en 1961 -no habían transcurrido dos años desde nuestra victoria, cuando el pueblo de Argelia libraba aún una asombrosa lucha por su independencia-, un barco cubano llevó armas a los patriotas argelinos. Y a su regreso trajo un centenar de niños huérfanos y heridos de guerra(…). Esta historia se repetiría muchos años más tarde, en 1978, cuando llegaron los supervivientes de la matanza de Cassinga, en su inmensa mayoría niños (…). Aquello sucedió en el Sur de Angola. Habría que recordar el intenso y sangriento combate que libró una unidad cubana de las que defendían la larga línea del Sur de Angola, en un punto no lejano a Cassinga, centro de refugiados namibios, avanzando resueltamente hacia ese lugar para combatir a los paracaidistas surafricanos que estaban llevando a cabo la matanza, con apoyo incesante de aviones modernos de combate. Y nuestra fuerza marchó prácticamente a pecho descubierto, bajo ataque aéreo enemigo, hasta llegar al lugar donde estaban masacrando a niños, mujeres y ancianos. Fue una de las acciones de aquella guerra en que tuvimos más bajas por el numero de heridos y muertos. Pero se paró la masacre y cientos de niños sobrevivientes o heridos fueron trasladados a Cuba para su recuperación y posterior ingreso en escuelas donde recibieron educación primaria y media. Algunos se graduaron después en las universidades cubanas …”
Estos fragmentos son del libro “100 horas con Fidel”, conversaciones con Ignacio Ramonet (Oficina de Publicaciones del Concejo de Estado, 2006) . Citaría muchas más cosas, pero es un libro que hay que leer completo; hoy es esencial conocer la relación de Cuba con África y es necesario entender que la historia de los pueblos y sus luchas no se interrumpen, son fuerzas sociales que parecen dormidas durante años y despiertan como esa tormenta roja alimentada por la fuerza de la historia y lo hacen con toda la experiencia acumulada.
Cito otra vez a Fidel, porque en tiempos de una información tan veloz, es bueno meter los pies en la arena caliente, recordar y aprender:
“(… en el otoño de 1963, ocurre una situación inesperada y no imaginada. Argelia, ya independiente después de la heroica y desigual lucha, se vio amenazada en la región de Tinduf, cerca del desierto del Sahara, por una agresión de Marruecos, cuyas fuerzas armadas, con el apoyo logístico de Estados Unidos, trataron de despojar de importantes recursos naturales al desangrado país argelino. Por primera vez, en esta ocasión, tropas cubanas –un batallón de tanques equipados con dispositivos de visión nocturna recibidos de la URSS para nuestra propia defensa, piezas de artillería y varios cientos de combatientes- cruzaron el océano y sin pedirle permiso a nadie, ni siquiera a los suministradores de esos equipos, acudieron al llamado del pueblo hermano de Argelia (…).
(…)A partir de 1965 comenzó también nuestra colaboración con la lucha por la independencia de Angola y Guinea Bissau, que consistió esencialmente en la preparación de cuadros, envío de instructores y ayuda material. Guinea Bissau era una colonia portuguesa. Estaba teniendo lugar allí una fuerte lucha por la independencia desde 1956, dirigida por el Partido Africano por la independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC), bajo la dirección del valeroso y heroico Amílcar Cabral. Guinea Bissau logró la independencia en septiembre de 1974. Allí, alrededor de 600 internacionalistas cubanos, entre ellos unos 700 médicos, permanecieron junto a las guerrillas diez años, desde 1966, acompañándolas en la lucha por la independencia. En julio de 1975, las islas de Cabo verde y el archipiélago de Sao Tomé y Príncipe lograron también la independencia definitiva de Portugal.
E igualmente a mediados de ese mismo año, Mozambique alcanzó su definitiva independencia tras dura lucha bajo la dirección del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) y de su líder, el inolvidable hermano y compañero Samora Machel (…)
Sólo recordar que el Che viaja en 1964 a nueve países del África y se entrevista con los dirigentes patriotas de los movimientos de liberación. Regresa a Cuba y en 1965 vuelve con un grupo numeroso de combatientes cubanos al Congo. Cito otra vez a Fidel: “(…) De este modo, a partir de 1965, se hizo efectiva nuestra colaboración con la lucha independentista del Congo, así como en Angola y en Cabinda, que era territorio angolano. En todos los casos, nuestra colaboración consistió esencialmente en la preparación de cuadros, envío de instructores y ayuda material. (…) Mientras Cuba estaba en Angola y ese país era invadido por los sudafricanos, Estados Unidos se las arregló para traspasarle a Suráfrica –a la Suráfrica fascista y racista- varias bombas nucleares, similares a las que hizo estallar en Hiroshima y Nagasaki, por lo cual aquella guerra de Angola –esto es algo que a veces se olvida- fue librada por los combatientes cubanos y angolanos contra un ejército y un régimen que disponía de ocho armas nucleares suministradas por Estados Unidos a través de ese sempiterno votante a favor del bloqueo que es Israel . Y no eran pocas sus esperanzas de que las descargaran sobre nosotros…“
Hablaba antes del tejido minucioso de nuestra historia y justamente hace unos días, el 9 de agosto, fue el “Día mundial de los crímenes estadounidenses contra la humanidad”, en memoria y condena al terrorismo de Estados Unidos en Hiroshima y Nagasaki.
Como más o menos dice el poema “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es andar haciendo camino, al andar…” y en este caso, no sobre el mar sino sobre la irremediable conciencia y memoria del crimen histórico y constante que significan el colonialismo y el imperialismo.
En este tejido intricado de la historia, los causantes, los criminales siguen activos y decididos a acabar con nuestra especie, por eso mantengamos la memoria alerta y la acción decidida contra ellos, en cada lugar donde estén, en cada momento, en cada situación, sin confundirnos jamás sobre quienes son y como actúan, cuántos disfraces usan para desarmar ideológicamente y confundir a los pueblos, cuánto terror y crimen han sembrado y siguen sembrando con el único fin de apropiarse de nuestro absoluto e irrenunciable derecho a una vida Humana plena para todos.
Muchas veces hemos dicho Cuba es Humanidad. Nuestra Cuba internacionalista nos ha enseñado que la lucha por la Humanidad es una sola lucha, y que a pesar de las dificultades por las que atraviesa a causa del bloqueo -(otro crimen de lesa humanidad que algún día juzgaremos y por el que serán condenados al infierno eterno de los crueles, diría el Dante)- resiste y necesita nuestro internacionalismo activo, nuestro máximo esfuerzo en la larga lucha contra un imperio en absoluta pero no fatal decadencia. Depende de nosotros, de los seres humanos con conciencia y decisión de lucha, que este maldito tiempo de la hegemonía del imperio del crimen se acabe.
Celebremos el 97 cumpleaños de Fidel, redoblando los esfuerzos y conscientes de que sólo podremos vivir en paz y como verdadera Humanidad cuando el monstruo esté absolutamente derrotado. Ese es el camino y la tormenta roja que viene desde el África con la carga del internacionalismo cubano como brújula, lo confirma una vez más.
¡Patria o Muerte!
Venceremos!
(Publicado en Portal ALBA el 12 de agosto de 2023)
- En Angola cumplieron misión internacionalista 427.000 cubanos entre 1975 y 1991, 377.000 como combatientes y 50.000 como colaboradores en salud, educación, construcción, administración y otras esferas. Cayeron 2.077 combatientes cubanos en la misión internacionalista contra los agresores racistas de África del Sur y los agentes del imperialismo ↩