Un análisis critico sobre los efectos del desbordado turismo de masas
El archipiélago canario ha alcanzado cifras récord en afluencia turística. Sin embargo, este fenómeno conlleva consecuencias que afectan la vida cotidiana, el medioambiente y el futuro económico de las islas. Este análisis explora los riesgos del turismo masivo y cómo otros archipiélagos han intentado mitigar sus efectos.
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El número de turistas en las Islas Canarias ha alcanzado niveles históricos en 2024 con una afluencia reflejada en el volumen de pasajeros que pasa por sus aeropuertos. Solo en octubre, las islas registraron la llegada de 4,5 millones de pasajeros, lo que representa un aumento del 6,6% en comparación con el mismo mes del año anterior, y dobla la población total del archipiélago, que ascendía a 2.202.048 habitantes en el año 2023.
Este gigantesco crecimiento posiciona a Canarias como un referente en turismo, pero también trae consigo consecuencias adversas para la población, la economía y la sociedad del archipiélago. En este artículo, analizaremos estos efectos negativos y los contrastaremos con las experiencias de otros archipiélagos que han tenido que enfrentar problemáticas similares.
IMPACTO SOBRE LA POBLACIÓN LOCAL: SATURACIÓN DE INFRAESTRUCTURAS Y DESPLAZAMIENTO
El turismo masivo en Canarias provoca una presión significativa sobre las infraestructuras y los servicios públicos, afectando directamente la calidad de vida de los residentes. La alta demanda de transporte público, el consumo de agua y la gestión de residuos son algunos de los servicios que enfrentan una sobrecarga continua debido al turismo, y esto se traduce en colapsos en el tráfico, problemas en la gestión de residuos y una reducción en la disponibilidad de recursos básicos para la población local.
Toni Ferrera, un reportero del digital «Canarias Ahora», indica que aunque el turismo crea muchos puestos de trabajo:
“hay que preguntarse qué tipo de empleos son si el sueldo no alcanza ni para pagar un piso”.
Este comentario refleja las limitaciones de un modelo turístico que, aunque fomenta el empleo, también incrementa el costo de vida, dificultando el acceso a la vivienda para los residentes locales. La subida en los precios de la vivienda se relaciona también con la proliferación de los alquileres vacacionales, un fenómeno que en Canarias está desplazando a los habitantes a zonas más alejadas y afecta a los sectores más vulnerables de la población.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS: DEPENDENCIA Y PRECARIZACIÓN LABORAL
Desde una perspectiva económica, el turismo constituye un pilar esencial en Canarias, aportando alrededor del 35% del Producto Interior Bruto (PIB) del archipiélago y generando miles de empleos. Sin embargo, esta dependencia expone a la economía a riesgos gravisimos en tiempos de crisis, como sucedió durante la pandemia de COVID-19, cuando la caída del turismo golpeó de manera brutal a la economía canaria.
La elevada demanda de empleos en el sector turístico ha derivado también en la precarización laboral. Aunque la industria del turismo genera oportunidades laborales, una buena parte de estos trabajos son temporales, de baja remuneración y sin las condiciones laborales adecuadas, especialmente en áreas como la hostelería.
Según Iván Cerdeña Molina, organizador de protestas contra el turismo excesivo,“Airbnb y Booking.com son como un cáncer que está consumiendo la isla poco a poco”, refiriéndose a cómo la proliferación de estas plataformas y la alta demanda turística agravan las dificultades para la población, fomentando un modelo económico frágil y dependiente.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS: DEPENDENCIA Y PRECARIZACIÓN LABORAL
El turismo masivo está afectando gravemente desde hace años al medioambiente de las Islas. La explotación intensiva de recursos naturales genera un desgaste en los ecosistemas, especialmente en áreas protegidas que forman parte de la oferta turística. La presencia de visitantes en parques nacionales como el Teide o Timanfaya conlleva la erosión de suelos, la contaminación de aguas y la alteración de la biodiversidad local. En 2016, las visitas al Teide alcanzaron un récord histórico con 4.079.823 visitantes. Solo la pandemia de COVID-19, logró reducir el número de visitantes a 3.096.147 en 2021.
Además, el consumo de agua y energía aumenta desproporcinadamente durante las temporadas turísticas, poniendo en riesgo el equilibrio ambiental. En este sentido, el informe deEcologistas en Acciónadvierte que casi el 34% de la población local, cerca de 800.000 personas, está en riesgo de pobreza o exclusión social debido al modelo turístico actual, una cifra alarmante que destaca los efectos del modelo turístico en la sostenibilidad y en la calidad de vida de los residentes. Este impacto ambiental es un claro reflejo de la vulnerabilidad del archipiélago ante los efectos de un turismo no regulado y cada vez más intensivo.
Pérdida de identidad cultural y despersonalización del entorno
Pero no solo son los efectos reseñados los que impactan duramente a la vida del Archipiélago. Otro de los impactos negativos del turismo masivo en Canarias es la progresiva despersonalización de los espacios y la pérdida de identidad cultural.
La adaptación de las infraestructuras y los servicios para satisfacer las necesidades de los turistas convierte los entornos tradicionales en zonas turísticas, relegando al pequeño comercio local y afectando la vida cotidiana de los residentes. Esta situación puede conllevar una pérdida de espacios tradicionales y de las formas de vida locales, que quedan diluidas por la presión del turismo.
En abril de 2024, miles de ciudadanos canarios se manifestaron en las calles en contra del modelo de turismo de masas. Esta movilización masiva muestra el hartazgo de la población con un modelo que sobreexplota los recursos y desplaza a la población local. La protesta, respaldada por asociaciones vecinales y grupos ambientalistas, evidencia la falta de beneficios a largo plazo de un turismo intensivo que afecta a la identidad cultural y al tejido social.
Comparativa con otros territorios insulares: Medidas y soluciones
Otros destinos insulares, como las Islas Baleares y Malta, también han enfrentado los efectos negativos del turismo masivo y han implementado medidas para mitigar sus efectos. En las Islas Baleares, la introducción de una ecotasa turística ha permitido obtener fondos adicionales para proyectos de preservación ambiental y mejoras en infraestructura. Aunque esta medida ha sido polémica, ha contribuido a reducir el impacto del turismo masivo y a canalizar ingresos hacia la sostenibilidad.
Malta, por otro lado, ha promovido la diversificación de su economía para reducir la dependencia del turismo, impulsando sectores como la tecnología y los servicios financieros. Además, el gobierno maltés ha establecido límites de desarrollo en áreas vulnerables para proteger el medio ambiente y evitar la saturación de recursos. Estos ejemplos reflejan que existen alternativas viables para gestionar el turismo de manera sostenible y priorizar el bienestar de la población local y la preservación ambiental.
El crecimiento continuo del turismo en Canarias, reflejado en el volumen de pasajeros que atraviesan sus aeropuertos, representa tanto una oportunidad como un desafío para la región. Si bien el turismo es un motor económico fundamental, su expansión sin control puede comprometer el bienestar de la población local y la sostenibilidad del entorno natural. Los testimonios de los propios residentes y activistas subrayan la necesidad urgente de buscar alternativas para un turismo más responsable, que permita preservar los recursos naturales, la identidad cultural y la calidad de vida de la población canaria. La experiencia de otros archipiélagos muestra que es posible establecer políticas de regulación que equilibren los beneficios económicos con la preservación de los recursos, y Canarias podría beneficiarse de estas lecciones para construir un futuro más sostenible.