Redacción Africanews Yasmina El-Abassy
Mientras el presidente Kaïs Saïed inicia su segundo mandato, la economía tunecina sigue enfrentándose a grandes desafíos.
La inflación, la depreciación del dinar y la carga de la deuda son elementos que inciden negativamente en la situación económica del país.
La tasa de crecimiento del PIB alcanzó solo el 1% en el segundo trimestre de 2024, mientras que el desempleo se sitúa en torno al 16%.
A pesar de algunos signos de mejora, como la caída de la tasa de inflación al 6,7%, la mayoría de los tunecinos todavía sienten los efectos de una economía lenta.
El país enfrenta profundos problemas estructurales. La deuda pública se ha disparado hasta alcanzar el 71% del PIB, debido principalmente a un modelo de desarrollo centrado en las inversiones públicas.
Los servicios básicos como el agua y la electricidad suelen ser inadecuados y la escasez de alimentos es común.
La crisis económica tiene un impacto directo en la vida cotidiana de los tunecinos. Los estantes de los supermercados suelen estar vacíos y los cortes de electricidad son una realidad diaria.
La dependencia de la ayuda extranjera y de los ingresos del turismo también ha limitado la capacidad del país para recuperarse de forma independiente.
Fomentar el ahorro interno y apoyar el espíritu emprendedor serán pasos esenciales para construir un futuro económico sostenible.