Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/11/20/a304-n20.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws                         Kevin Reed                                                                                       20.11.23

Informes periodísticos recientes han revelado detalles de los planes de Donald Trump para llevar a cabo ataques sin precedentes contra los derechos de los trabajadores inmigrantes y sus familias en caso de ser reelegido y regresar a la Casa Blanca en enero de 2025.

Un extenso informe publicado el 11 de noviembre por el New York Times, basado en parte en una entrevista con el exasesor fascista del presidente Stephen Miller, afirma que Trump reviviría las políticas antiinmigración que llevó a cabo en 2017-2020 y las ampliaría para incluir el acorralamiento de millones de trabajadores indocumentados, su reclusión en campos de detención y su deportación de Estados Unidos mediante procedimientos de expulsión acelerados.

Durante un mitin en Dubuque, Iowa, el 20 de septiembre, Trump dijo que ‘seguiría el modelo de Dwight D. Eisenhower’ y llevaría a cabo ‘la mayor operación de deportación interna de la historia de Estados Unidos.’ En otras palabras, Trump pretende superar la política de Eisenhower llamada ‘Operación Espalda Mojada’, que utilizó tácticas de estilo militar para acorralar y expulsar de Estados Unidos a más de un millón de inmigrantes mexicanos en 1954, algunos de los cuales eran ciudadanos estadounidenses.

Los planes para deportar a millones de personas cada año son coherentes con los desplantes xenófobos, racistas y de estilo hitleriano de Trump en sus discursos de campaña respecto a ‘criminales, gente de las cárceles, de instituciones mentales, terroristas’, que están ‘envenenando la sangre de nuestro país.’

Según el informe del Times, ‘la constelación de los planes del Sr. Trump para 2025 equivale a un asalto a la inmigración a una escala nunca vista en la historia moderna de Estados Unidos. A millones de inmigrantes indocumentados se les prohibiría la entrada en el país o se les desarraigaría de él años o incluso décadas después de establecerse aquí’.

Los planes supondrían una importante ampliación del aparato estatal utilizado para perseguir, detener y deportar a los inmigrantes. Además de ampliar la fuerza policial del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para llevar a cabo redadas, Trump planea ‘reasignar a otros agentes federales y suplantar a policías locales y soldados de la Guardia Nacional aportados voluntariamente por estados gobernados por republicanos’, según el Times .

Otras medidas que prepara la campaña de Trump para 2024 son:

• Cancelar los visados de estudiantes extranjeros que hayan participado en protestas propalestinas
• Ampliar el control ideológico de los solicitantes de visado para bloquear a quienes Trump y sus asesores consideren que tienen ‘actitudes indeseables’
• Eliminar a aquellos con ‘estatus de protección temporal’ que actualmente les permite vivir y trabajar en EEUU por proceder de países considerados inseguros
• Retirar a quienes se les ha permitido vivir temporalmente en EEUU por razones humanitarias.

Trump ha renovado su promesa de emitir una orden ejecutiva para poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento que garantiza la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de EEUU, aprobada en los años posteriores a la Guerra Civil estadounidense. Esta ley garantiza el derecho democrático fundamental de la ciudadanía a todo niño nacido en Estados Unidos, independientemente del estatus migratorio de sus padres.

En un discurso publicado en sus cuentas de las redes sociales el 30 de mayo, Trump afirmó: ‘Como parte de mi plan para asegurar la frontera, el primer día de mi nuevo mandato firmaré una orden ejecutiva en la que dejaré claro a las agencias federales que, según la interpretación correcta de la ley, en adelante, los futuros hijos de extranjeros ilegales no recibirán la ciudadanía estadounidense’.

Entre las políticas a revivir de la primera administración Trump están prohibir la entrada a EEUU de personas procedentes de determinadas naciones de mayoría musulmana, reimponer la disposición de emergencia de salud pública del Título 42 COVID-19 para denegar solicitudes de asilo, con el pretexto de que los migrantes portan enfermedades infecciosas como la tuberculosis, y reanudar la construcción del muro fronterizo entre EEUU y México.

En su entrevista con el Times, Stephen Miller dijo que Trump buscaría implementar su agenda antiinmigrante basándose en estatutos existentes y sin buscar legislación del Congreso. Miller añadió que el equipo de Trump esperaba que las políticas fueran impugnadas en los tribunales, pero dijo que el plan incluiría tantas medidas diferentes, en forma de ‘bombardeo’, que los abogados defensores de los derechos de los inmigrantes se verían desbordados.

Miller subrayó: ‘Cualquier activista que dude lo más mínimo de la determinación del presidente Trump está cometiendo un drástico error: Trump desatará el vasto arsenal de poderes federales para implementar la más espectacular represión migratoria. Los activistas legales de la inmigración no sabrán lo que está pasando’.

Miller fue el arquitecto del programa antiinmigración en el primer mandato de Trump y ‘se espera que ocupe un alto cargo en una segunda administración’, según el Times .

Habiendo aprendido de los obstáculos legales que Trump encontró en 2017-20, Miller buscará en su nuevo plan explotar importantes cambios en el entorno legal y político que facilitan un asalto generalizado a los derechos de los trabajadores inmigrantes. Estos incluyen el hecho de que, durante sus cuatro años en la Casa Blanca, Trump nombró a jueces derechistas de tribunales federales de apelación y jueces de la Corte Suprema cuyas opiniones están generalmente alineadas con la transformación fascista del Partido Republicano.

Por ejemplo, en su anterior intento de acabar con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que protege de la deportación y concede permisos de trabajo a personas que llegaron a EEUU de niños sin documentación, Trump fue bloqueado por una mayoría de 5-4 en la Corte Suprema. Pero como señala el Times, ‘unos meses después del fallo sobre DACA, la jueza Ruth Bader Ginsburg murió y el señor Trump la reemplazó con una sexta conservadora, la jueza Amy Coney Barrett’.

Mientras tanto, como se demostró en el intento de golpe de Estado del 6 de enero de 2021 orquestado por Trump desde la Casa Blanca, la mayoría de los republicanos en el Congreso apoyan la agenda del expresidente fascista, y siguen afirmando que las elecciones de 2020 fueron robadas por los demócratas y que Biden no fue elegido legítimamente.

Lo más importante, sin embargo, es el hecho de que los demócratas y el presidente Biden, en particular, han adoptado partes significativas de la agenda antiinmigrante de Trump. Esto incluye la ampliación del muro fronterizo con México y la ofensiva del Departamento de Seguridad Nacional contra los solicitantes de asilo tras el levantamiento de la emergencia del Título 42 el pasado mes de mayo.

Con el apoyo de los medios de comunicación corporativos, el gobierno de Biden ha adoptado plenamente el mantra republicano de una ‘crisis en la frontera sur’ y ha trabajado para aplicar un ataque bipartidista contra los derechos de los trabajadores inmigrantes y sus familias.

Facilitando la afirmación de que el levantamiento de las restricciones del Título 42 provocaría una ‘avalancha de inmigrantes ilegales en Estados Unidos’, Biden movilizó 1.500 soldados a la frontera y amenazó a los trabajadores, la mayoría de los cuales huían de países de América Latina donde las condiciones creadas por el imperialismo estadounidense hacían la vida insoportable, con una expulsión acelerada.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 17 de noviembre de 2023)