Triunfo pírricio del «Nuevo Frente Popular» en Francia

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Pese al frenazo a la extrema derecha Francia se enfrenta a un oscuro panorama

Las elecciones legislativas de Francia de este domingo  dejaron en primer lugar al Nuevo Frente Popular (NFP), seguido del ultraliberal Ensemble de Macron , mientras que Reagrupación Nacional, el partido de ultraderecha liderado por Jordan Bardella y Marine Le Pen, quedó en tercer lugar, con 143 escaños. Sin embargo, aunque la coalición del NFP y su coyuntural acuerdo con el Partido de Macron han logrado impedir una mayoría de la extrema derecha, un análisis apenas algo menos superficial evidencia que esta solo puede considerarse como una victoria pírrica (…).

Por ARTURO INGLOTT PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

Las elecciones legislativas de Francia de este domingo  dejaron en primer lugar al Nuevo Frente Popular (NFP) con 182 escaños, seguido del ultraliberal Ensemble de Macron con 168 escaños, mientras que Reagrupación Nacional, el partido de ultraderecha liderado por Jordan Bardella y Marine Le Pen, quedó en tercer lugar, con 143 escaños. Los también derechistas de Les Républicains y Droite, obtuvieron  46  y 14 escaños, respectivamente.

Sin embargo, aunque la coalición del NFP y su coyuntural acuerdo con el Partido de Macron han logrado impedir una mayoría de la extrema derecha, un análisis apenas algo menos superficial evidencia que ésta solo puede considerarse como una victoria pírrica.

El Nuevo Frente Popular (NFP), compuesto por La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista (PS)Los Ecologistas (EELV) y el Partido Comunista Francés (PCF), ha sido presentado como un frente unido contra la extrema derecha.

Lo cierto es, no obstante, que el Frente Popular (NFP) se configuró como un acuerdo de colaboración con la burguesía francesa que subordinó los intereses de la clase obrera a la unidad contra la Reagrupación Nacional,  presentando  a Macron como un mal menor y “aliado” frente a la extrema derecha.

Por otro parte, la Reagrupación Nacional, lejos de estar en declive, ha incrementado significativamente su representación, pasando de 89 escaños en 2022 a 142 en las actuales elecciones.  Ello indica que la extrema derecha continúa ganando terreno, beneficiándose del descontento popular con las políticas neoliberales de Macron y la ausencia de una oposición de izquierda con una programa auténticamente anticapitalista.  

 

 

El Nuevo Frente Popular (NFP) apoya la implicación de Francia en la guerra de Ucrania

Un aspecto del programa del Nuevo Frente Popular absolutamente opacado por los medios “progresistas” es su apoyo a la implicación de Francia en la guerra de Ucrania.

La coalición respalda continuar proporcionando ayuda militar a Ucrania y sosteniendo las sanciones contra Rusia que han perjudicado, fundamentalmente, a los países de la  Unión Europea, incluída la propia Francia.  

Esta implicación bélica en la guerra por poderes de la OTAN contra Rusia ha contribuido de forma significativa a agravar la crisis económica y social que afecta  a Francia y ha sido caldo de cultivo para el crecimiento de la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen.

«El País» y Pedro Sánchez se congratulan por la victoria de la “izquierda” francesa

La verdadera orientación política del Nuevo Frente Popular permite entender el alborozo con el que los resultados del pasado domingo han sido magnificados en España por medios como el diario «El País», así como las manifestaciones efectuadas por el presidente Pedro Sánchez, identificándose plenamente con el  triunfo de esta “izquierda”

El presidente español felicitó al NFP, afirmando que «con la ultraderecha ni se pacta ni se gobierna». Y comparando la situación francesa con la de España y Reino Unido, “donde partidos de izquierda –dijo- también han obtenido victorias recientes”.

¿Una «izquierda» que dependerá de los seguidores de Macron?

Con los resultados obtenidos este domingo,  el NFP necesitará aliarse, de alguna forma, con los seguidores de Macron para formar un nuevo ejecutivo.

Pero una alianza entre la izquierda institucional francesa y los macronistas  solo se podría concretar en una mayor derechización de la precaria alianza resultante.

Esta perspectiva implicaría que las políticas que han contribuido a multiplicar el descontento popular y al ascenso de la extrema derecha seguirían vigentes.

Y es que, aunque la victoria del NFP puede parecer un triunfo sobre esa derecha, no resuelve las causas profundas de la crisis del capitalismo que  están alimentando  dicho descontento y el desapego de una buena parte de la población francesa hacia los partidos políticos institucionales.

Esto deja a la Reagrupación Nacional como el único referente del rechazo popular a las políticas de Macron y la Unión Europea.

Si la izquierda institucional no puede ofrecer una solución real  y convincente a los problemas económicos y sociales de Francia – y existen múltiples y poderosas  razones para temerse esa posibilidad, es más que probable que Le Pen y su partido sigan ganando apoyo en las próximas elecciones presidenciales.

Continúa estando pendiente, pues, la construcción de una alternativa de izquierda que cierre el paso a la extrema derecha y ofrezca respuestas a las necesidades obreras y populares.

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