Fuente: http://loquesomos.org/tocado/ Javier Sáenz Munilla
El Emérito, como comisionista, habría cometido un delito doble de prevaricación y estafa. Pero, la Constitución dice que es irresponsable. No puede ser juzgado…
Éramos pocos y parió la abuela. Además del coronavirus, el Corinnavirus o Virus Emeritus o Virus Borbonicus o Monarcovirus, quizá.
Teníamos que buscar la información, como en los tiempos de Franco, en la prensa extranjera y en las “redes sociales”. Hasta que un día cantó.
El Rey cantó sottovoce pero dejó la melodía a medias, cuando el escándalo estaba ya en los grandes medios extranjeros, que aseguraban que lo de los 100 millones era la punta del iceberg.
Esos medios tan chismosos publicaban también que de cada barril de petróleo saudí que compra España, el Emérito se llevaría como dólar y medio. Y eso desde los tiempos de don Manuel de Prado y Colón de Carvajal. O las supuestas comisiones por las ventas de grandes empresas y bancos españoles, como la del Zaragozano al Barclays, destapado también, por cierto, por el diario The Telegraph, con sede en Londres, como Corinna Larsen, quizá la fuente principal de la información. Si Corinna recibió 65 millones del Emérito ¿es que quiere aún más?
Corinna podría seguir cantando. Según Forbes, el Emérito posee un patrimonio de unos 2.000 millones y la sospecha es que una buena parte de esa fortuna tiene un origen obscuro. Surge, pues, la duda tras el comunicado de Zarzuela: ¿Renunciaría el Monarca a toda la herencia?
Menos mal que el Rey cantó. Porque era ya un escándalo en la prensa internacional. Y aquí, nuestra prensa cortesana, calladita, haciendo el ridi.
Una reflexión al respecto: “Los directivos de los grandes medios de comunicación abrazan la censura en torno a los asuntos de la monarquía con la misma naturalidad con la que se toman el café de las once”. (¿Qué es corrupción para ti? Gerardo Tecé. Revista CTXT) Y en el mismo artículo: “La Casa Real anunciaba que el Rey Felipe sería socio de honor de una ONG patrocinada por Foster Swiss, consultora especializada en sociedades offshore” (O sea, paraísos fiscales).
También el Parlamento, que no hace ni un mes se negó a abrir una comisión de investigación, gracias a los votos de Psoe, PP y Vox, por la patria, seguro, ha quedado en evidencia. Y aunque la Justicia es igual para todos, que dijo el Emérito, parecería que la española es un poco caprichosa.
El Emérito, altísimo funcionario, hasta que el Rey le retiró la asignación, como comisionista, habría cometido un delito doble de prevaricación y estafa. Pero, la Constitución dice que es irresponsable. No puede ser juzgado. Quizá la Constitución debe revisarse. Y quizá también, el Soberano, en este caso el pueblo, deba pronunciarse sobre si Monarquía o República. No sólo pueden cantar los reyes.
Este virus de corrupción, presunto, sí parece tan adosado en nuestro organismo constitucional, que sin duda merecerá una profunda reflexión al respecto. Cuando pase lo del coronavirus, sí. Y que pase cuanto antes. Pero, como en lo demás, las cosas no van a poder ser igual que antes. Las infecciones, tan largas y graves, dejan secuelas graves. Enfermedad, dolor, angustia, muerte.
Javier Sáenz Munilla, periodista y analista internacional @pepitorias
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