En medio de una creciente polarización en Estados Unidos (EE.UU), varios legisladores demócratas presentaron este viernes denuncias policiales contra el presidente estadounidense Donald Trump por publicaciones en su red social Truth Social en las que instaba a arrestar y juzgar a seis congresistas demócratas, acusándolos de sedición.

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De manera simultánea, figuras republicanas de peso y aliados tradicionales como Marjorie Taylor Greene y Elise Stefanik mostraron distanciamientos públicos con el mandatario, evidenciando divisiones internas dentro del Partido Republicano.

Los congresistas demócratas Jason Crow, de Colorado, y Chrissy Houlahan y Chris Deluzio, de Pensilvania denunciaron que recientes mensajes de Donald Trump, en los que incluso mencionó la pena de muerte, constituyen una amenaza directa contra ellos.

 

Según informó Político, los legisladores consideran que tales publicaciones envían un “mensaje peligroso” en un contexto ya marcado por la tensión entre el Congreso y la Casa Blanca. Aunque es poco probable que estas denuncias deriven en acciones legales formales, sí representan una nueva escalada en la confrontación política entre ambos partidos.

El origen de la controversia se vincula a un video grabado frente al Capitolio por seis congresistas demócratas, donde se subrayaba que los miembros de las fuerzas armadas deben “defender la Constitución” y “desobedecer órdenes ilegales”.

Sin embargo, no se especificó a qué órdenes se hacía referencia. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reaccionó de inmediato, condenando el mensaje y advirtiendo que “sugerir desobediencia puede ser punible por la ley”. Además, defendió la legalidad de todas las órdenes emitidas por el presidente y recalcó que la integridad del ejército depende de preservar la cadena de mando para evitar caos o incidentes graves.

Ante este escenario, los demócratas han expresado preocupación por su seguridad, interpretando las palabras de Trump como una amenaza inaceptable. El episodio refleja la intensidad de la polarización política en Estados Unidos, donde el lenguaje confrontativo se ha convertido en una constante del debate público.

Junto a esta situación,  la congresista republicana Taylor Greene, figura destacada del ala Make America Great Again (MAGA), anunció que dejará su escaño en la Cámara de Representantes el 5 de enero de 2026.

 

 

En un video difundido en redes sociales, explicó que nunca logró adaptarse a Washington y que fue rechazada por la élite política. Su salida se produce tras meses de tensiones con el presidente Donald Trump, a quien criticó por el manejo de documentos vinculados a Jeffrey Epstein y por sus posturas en política exterior y sanitaria. 

La respuesta de Trump fue contundente: calificó a Greene de “traidora” y “excéntrica”, advirtiendo que apoyaría a un rival interno si ella intentara la reelección. Este quiebre refleja la presión que enfrentan los republicanos que se apartan de la línea marcada por el mandatario y evidencia la fractura dentro del movimiento MAGA.

En paralelo, la congresista Elise Stefanik, aspirante a gobernadora de Nueva York, también mostró distancia al declarar que “tendremos que estar en desacuerdo con el presidente Donald Trump”, tras la visita del alcalde electo Zohran Mamdani a la Casa Blanca. Stefanik cuestionó la negativa de Trump a respaldar su caracterización de Mamdani como “yihadista”. 

Aunque en el pasado Trump había atacado a Mamdani llamándolo “comunista”, durante la reunión en el Despacho Oval adoptó un tono conciliador, deseándole éxito y coincidiendo en la necesidad de abordar temas como vivienda y asequibilidad. Analistas interpretan este gesto como un intento de proyectar estabilidad en medio de la caída en la aprobación presidencial y las crecientes polémicas que rodean su gestión.