En la ONU el voto de los países no es libre, sobre todo el de los africanos. No se puede votar lo que uno quiera, sino lo que le dicten. Suecia ha tomado represalias contra Mali por no votar en la ONU a favor de la retirada de las tropas rusas de Ucrania.

El gobierno sueco recortará su ayuda al desarrollo para el país africano, explicó Johan Forssell, el ministro sueco de Cooperación Internacional.

“Cuando cooperamos con otros países, queremos que esos países también quieran cooperar con Suecia, pero la junta militar de Mali mira más hacia Rusia”, dijo. Los países africanos no deberían mirar hacia Rusia si no quieren ser sancionados, igual que Rusia.

Las represalias forman parte de una estrategia de presión. O nosotros, o Rusia. Las buenas relaciones diplomáticas con Rusia se deben pagar caras.

Suecia ha asignado unos 352 millones de dólares para el desarrollo de Mali en los últimos diez años.

Desde el inicio de la guerra, a los países imperialistas no les han gustado las votaciones de los países africanos en la ONU porque afean su noción de “comunidad internacional” y, por lo tanto, de su hegemonía. Todos los países del mundo deberían votar lo mismo que Estados Unidos. Por eso se llaman “naciones unidas”.

En febrero del año pasado, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución exigiendo que Rusia retirara inmediatamente sus tropas de Ucrania. 141 países votaron a favor, 7 votaron en contra y 32 se abstuvieron.

Lo mismo ha ocurrido con la votación sobre las reparaciones económicas que los imperialistas quieren hacer pagar a Rusia, que no es otra cosa que la legalización de la confiscación de los haberes rusos, o sea, un atraco de grandes proporciones.

En Rusia se ha puesto de moda el acrónimo KVN para referirse al Club de los Felices y Contentos. Mientras a Kiev van las grandes potencias del mundo y los financieros más importantes, Moscú se rodea de los menesterosos y los humillados.

Suecia pertenece al grupo KVN, ese club selecto de países que se gusta a sí mismo y extiende la mano generosa para dar de comer y lavar su sucia conciencia con el pobre mendigo maliense que da lástima.