Vaya por delante que el golpe proporcionado por el IV Reich sionista, antes conocido como Israel, a Hizbulá es importante. Pero solo importante. El asesinato de Nasrala es importante, pero Nasrala era solo un hombre.
Es cierto que Hizbulá está ahora en una encrucijada, o responde o se enfrenta a la derrota no tanto militar como política. Hizbulá es una fuerza terrestre y sigo pensando que el IV Reich sionista tiene una capacidad limitada para ir más allá de las fronteras. No es descartable que reciba una paliza. El IVRS lo sabe. Tiene superioridad aérea, hace gala de una impresionante infiltración en las altas estructuras de Hizbulá, pero otra cosa es el combate terrestre. Lejos de haber desmoralizado a los militantes les ha proporcionado una mayor motivación. Tal vez quieran probarlo.
Es ahora a Hizbulá a quien le corresponde moverse porque está bajo una enorme presión. Un movimiento que había derrotado dos veces al IVRS se enfrenta ahora a un panorama diferente porque el discurso que se está trasladando en los países árabes (que, recuerdo, son sunníes, es decir, enemigos religiosos de los shiíes, a quienes consideran «rafaditas», es decir, herejes) es que «Hizbulá es una fuerza agotada». Para nada.
Hizbulá tiene una estructura de mando duplicada y si bien la figura de Nasrala era significativa, tiene ya designado un sucesor. Como cualquier otro comandante. Para quienes solo tienen como referencia el estercolero, además de sus prejuicios, tendré que decir que la estructura de Hizbulá va mucho más allá de un hombre.
Esto es Hizbulá, un movimiento político-militar con una presencia significativa en Líbano.
- El secretario general, hasta ahora Nasrala, supervisa el Consejo de la Shura, que está compuesto por siete personas, y que es la autoridad que toma las decisiones del movimiento. Es una dirección colectiva, no personal.
- Luego están el Consejo Judicial, el Político, el Ejecutivo (que se encarga de las comunicaciones, la educación, la salud, la economía y los sindicatos), el Parlamentario y la Jihad.
- Es este, el Consejo de la Jihad, quien coordina las actividades militares, en las que se encuadran la Fuerza Radwan (operaciones especiales), la Unidad 910 (seguridad externa, es decir, inteligencia).
- Además está el Fondo de los Mártires, que brinda apoyo a las familias de los militantes muertos, el Centro de Defensa Civil, que atiende las emergencias y que tiene dos subdivisiones, una dedicada a la restauración de viviendas e infraestructuras destruidas, así como la construcción de viviendas sociales, y una organización benéfica de servicios sociales.
Matar a Nasrala es importante, pero no destroza a Hizbulá. Lo debilita, sí, pero ni mucho menos termina con la organización. Aunque es evidente que se espera algo más que una respuesta simbólica si quiere mantener su prestigio. Y aquí entra el dilema: evitar un mayor destrozo aéreo, dada la superioridad del IVRS en el aire, o ir a por todas. Ya me aventuro a decir qué pasará: Hizbulá, como organización libanesa, tiene que demostrar ante todo que es capaz de proteger a su propio pueblo porque, no hay que olvidarlo, la división sectaria del país, producto del colonialismo francés, hace que sea prioritario para Hizbulá mantener la paz entre las diversas comunidades religiosas. Unas comunidades religiosas que, como es sobre todo el caso de los cristianos, están dando cobijo y acogiendo a las decenas de miles de desplazados del sur y del Dahiye que son shíies. Tal vez por esto, el IVRS ha atacado un edificio residencial en el barrio cristiano de Cola, en Beirut, donde reside uno de los principales dirigentes cristianos, Najah Wakim, que siempre se ha mostrado solidario y partidario de la colaboración con Hizbulá.
No tener esto en cuenta es no solo una muestra absoluta de desconocimiento de un país y de una situación, sino de un mal análisis. Lo repito: el golpe es importante, pero eso no va a paralizar a la organización porque está más que preparada para absorber impactos como este.
Cuando en 2008 el IVRS mató a Imad Mughniye en Damasco se dijo que las capacidades militares de Hizbulá estaban acabadas. Se equivocaron de medio a medio. Lo mismo va a pasar ahora. Nasrala no era una figura mitológica, era solo un hombre y queda mucho aún por ver.
Lo más sangrante de todo es que la FINUL, las supuestas fuerzas de paz de la ONU, no han movido un dedo para evitar no solo los ataques, sino los vuelos amenazadores de los aviones sionistas. Y ahora se vuelve a plantear una «redefinición» de la frontera, más allá de lo que se conoce como Línea Azul, que incluya la destrucción de las capacidades militares de Hizbulá. Eso implica un «amplio despliegue» del ejército libanés «en coordinación efectiva con la FINUL», es decir, que es la FINUL quien mandará y no Líbano. Lo que se conoce es que Hizbulá debe retirar sus fuerzas en un plazo de tres días y diez días después comenzarían las negociaciones de redefinición de fronteras. Esto acompañado de «grandes incentivos económicos a Líbano».
O sea, que no lo que se puede hacer en el país 404, antes conocido como Ucrania, ni en otras partes sí se puede hacer aquí a mayor beneficio del IVRS. Esto es otra muestra más de la putrefacción occidental, de sus «valores» y de su «orden internacional basado en reglas». Su orden y sus reglas. No en vano el IVRS mantiene la invasión y ocupación militar de los Altos del Golán (Siria) desde 1967 y de las Granjas de la Shebaa (Líbano) desde 1981. ¿Alguna protesta del muy «democrático» Occidente por ello? ¿Y eso de oponerse a la violación de la soberanía y la seguridad del país 404, pero no de Líbano?
Es una jugada a dos bandas, la barbarie sionista acompañada por la «diplomacia» occidental. Lo que no se logró en la década de 1980-2000 y en el 2006 se pretende lograr ahora, la retirada de Hizbulá de todo el sur del país. Y como entonces, será baldío el intento. Y una cosa que debe quedar clara como el agua: el IVRS hace lo que hace porque cuenta con el apoyo incondicional de Occidente, del muy «democrático» Occidente. Así de simple.
Por cierto, para los angustiados de siempre: este mes de octubre se celebrará la crucial reunión de los BRICS. Haya o no nuevas incorporaciones, ninguno de sus miembros, y en especial Irán, va a hacer nada para enturbiar esa cumbre.
Además, ¿sabéis que Google maps falló unos minutos antes de que el IVRS lanzase el ataque contra Hizbulá que mató a Nasrala? Los chinos lo han denunciado. Textual: «nuestros compatriotas en el Líbano encontraron errores de navegación y posicionamiento, que pueden haber sido causados por interferencia del GPS. La interferencia de GPS es un método de guerra electrónica que utiliza varios métodos de interferencia para interferir o destruir las señales de GPS, lo que hace que el equipo de GPS no funcione correctamente o que disminuya la precisión del posicionamiento. Generalmente, la interferencia del GPS se divide en «interferencia engañosa» o «interferencia de bloqueo». Teniendo en cuenta el problema generalizado de las malas señales en el Líbano, esto significa que los aviones de guerra electrónica israelíes pueden utilizar sus instrumentos de guerra electrónica de alta potencia para interferir con las señales del GPS en un lugar. Se realizó en una amplia zona del Líbano. Muchos chinos informaron que sus teléfonos móviles tenían problemas al utilizar Google Maps y que su ubicación se mostraba incorrectamente en Jordania. El servicio de navegación se interrumpió tan repentinamente que algunos chinos que viajaban lejos se perdieron en el camino de regreso, pero finalmente fueron devueltos a sus hogares por gente local de buen corazón». Otra colaboración más de los asesinos tecnológicos (Google, Facebook, Meta, etc) con los asesinos materiales, no solo del IVRS.
Ya en 2016 el IVRS recibió al pope de Google con esto
porque la visita de este tipo supuso que Google dio 18 millones de dólares para una iniciativa de ciberseguridad desarrollada por el exjefe de la Unidad 8200, una unidad de inteligencia israelí. Fue el anticipo de un acuerdo de mucho mayor calado, por valor de 1.200 millones de dólares, firmado en 2021 sobre «tecnología de vigilancia digital». Si tengo tiempo os lo ampliaré.
El problema de los palestinos son los propios palestinos, los colaboracionistas. Un año después del genocidio, un año después de la matanza en Gaza, tres meses después de la ampliación a gran escala de ambas cosas a Cisjordania, la mal llamada Autoridad Palestina ha firmado un acuerdo de seguridad con el IVRS para «pacificar» Cisjordania. Esto se conoció el viernes 27. Cuando van cerca de 11.000 detenidos en Cisjordania por hacer frente a la ocupación, a los colaboracionistas hay que darles el mérito de ser coherentes, y a los palestinos que no les derrocan, el de ser incoherentes. Según el acuerdo, 500 policías palestinos tendrán como prioridad desmantelar los dispositivos explosivos preparados por la resistencia para atacar a las fuerzas de ocupación durante las redadas.
Salvo Hizbulá y Ansarolá, además de la resistencia palestina, hay muchos árabes que sueñan con arrojar al mar a toda la resistencia. Incluidos muchos palestinos. Esta gente, los colaboracionistas, son peores que los sionistas. Firmar acuerdos con éstos, cuando las fuerzas de ocupación (como dice la Corte Internacional de Justicia) están intensificando sus crímenes y campañas de arrestos en Cisjordania no tiene nombre. Esto deberían tenerlo en cuenta todos esos payasos «progres» que todavía hablan de dos estados.
Mientras tanto, y aunque el IVRS ataca zonas de Ansarolá, esta organización sigue demostrando con hechos que continúa su solidaridad (internacionalismo, desde luego) con los palestinos y los libaneses y acaba de responder a esos ataques derribando otro avión de reconocimiento estadounidense MQ-9 ‘Reaper’ . Y van 11 desde que hace un año comenzó el genocidio en Gaza, que continúa ahora con la matanza en Líbano.
Dicho esto, hay que hablar de la otra cosa importante, cuando no determinante: la creación del «Grupo de Amigos de la Paz sobre la crisis en Ucrania», que asumen el plan de China y Brasil para intermediar en el conflicto del país 404, antes conocido como Ucrania. Ya os dije que aprovechando la Asamblea General de la ONU se iba a presentar dicha iniciativa de la mano de Brasil. Fue este país el promotor de la iniciativa y por lo que he visto no fue abierta a todo el mundo, sino solo a unos cuantos países del Sur Global.
La iniciativa no es cerrada, sino una plataforma abierta con la finalidad de «mantener un diálogo inclusivo» sobre el tema y «desempeñar un papel constructivo en la solución política de la cuestión ucraniana». Es claramente la alternativa, ya formal, a la pantomima organizada por Suiza este verano y que no fue nada más que una pasarela para los neonazis y sus apoyos. Y, si cuaja, será una iniciativa que vaya más allá del país 404 y se enfoque en Oriente Próximo.
Acudieron 23 países a la reunión convocada por Brasil, y de ellos 13 integran el grupo. Los otros 10 países dijeron que no tenían facultades para firmar o rechazar la iniciativa, que la habían escuchado y que la trasladarían a sus respectivos gobiernos.
Así que el grupo de «Amigos de la Paz» está compuesto por Argelia, Bolivia, Brasil, China, Colombia, Egipto, Indonesia, Kazajstán, Kenia, México, Sudáfrica, Turquía y Zambia.
Lo curioso del caso es que Suiza ha dicho que se quiere integrar en el mismo. Quien fue el patrocinador del bluf del verano, fracasado e infructuoso, ahora da un giro total.
El bufón Zelenski habló solo ante un tercio de los componentes de la ONU (es decir, no llegaron a 70 los países que lo oyeron) y se dedicó a criticar no solo a Rusia sino a este plan chino-brasileño. Se olía la tostada. Que se haya creado en la propia ONU es ya un buen indicativo de cómo están las cosas. Porque no sé si notáis que están países de África, Asia y América Latina. No fueron invitados los países occidentales. De hecho, en la fracasada cumbre de Suiza apenas hubo presencia de los países del Sur Global.
Lo interesante es que los «Amigos de la Paz» expresan su preocupación por el riesgo de una mayor escalada bélica, y lo hacen cuando Occidente apuesta por permitir ataques de largo alcance contra Rusia y la respuesta de este país rebajando el nivel de uso nuclear.
Y también es interesante la referencia a los Principios de Bandung, rememorando la creación del Movimiento de Países No Alineados de 1955 y que tenían como subtítulo «Crisis de los imperios coloniales y emergencia del tercer mundo». Retomar eso en estos momentos dice mucho de cómo ve el Sur Global a Occidente: vuelve el gen neocolonial (que nunca se fue) en plena crisis de su hegemonía.
Pero, para mí, lo relevante es que hay una mención a que los integrantes del grupo «Amigos de la Paz» estarán atentos a «todos los conflictos» que hay en el mundo. Sin mencionarlos, ahí están Gaza y Líbano, principalmente.
(Publicado en el blog del autor, el 30 de septiembre de 2024)