Sobre el cielo y el infierno: tengo amigos en ambas partes. El lince

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No es una sorpresa que aquí hablo mucho de Alemania: tengo buenos amigos y amigas allá. Todos fueron en su momento militantes de Die Linke (La Izquierda) y hoy la mayoría lo son de la Alianza Sahra Wagenknecht. Por lo tanto, tengo amigos tanto el el infierno (DL) como en el cielo (ASW). Así que algo sé de lo que hablo, y no como lo que está haciendo todo el estercolero mediático y buena parte de los mal llamados «alternativos», que solo reproducen lo que les dicen los del estercolero que deben reproducir. Por cierto, un poco de cultura porque esta frase no es mía, sino de Mark Twain:«No me gusta hacer promesas sobre el cielo y el infierno; verás, tengo amigos en ambos lugares».

Todos están repitiendo como loros lo del «triunfo del fascismo» porque ya sabéis los resultados de las elecciones en Turingia y Sajonia. ¿Hasta qué punto es fascista Alianza por Alemania? ¿Cómo se ha llegado hasta aquí cuando el sentimiento antifascista siempre ha sido muy fuerte en Alemania del Este (antigua República Democrática)? ¿Por qué la AxA) apoya a Rusia?

Algunas de estas preguntas se pueden responder, sobre todo las dos últimas: según todas las encuestas hechas en estas elecciones, el 70% de la población de la Alemania Oriental se opone a la postura del gobierno federal sobre el país 404, antes conocido como Ucrania. Eso se traduce en que han votado, unos por decisión y otros por cabreo, a quienes no quieren que el dinero vaya para las armas de los neonazis del país 404 y se invierta en el país. Aunque se haya dado la paradoja de que este voto de cabreo haya ido en una proporción notable a AxA. Pero AxA no es un pacifista. Para nada. Es partidario de la OTAN, quiere un mejor sistema de reclutamiento y habla de «restaurar la fuerza militar alemana del siglo XX». ¿Suena a reivindicación del nazismo? Suena. Pero con estos porcentajes de rechazo a la postura del gobierno federal no es extraño que hayan apostado por el pragmatismo y por eso en su campaña (convenientemente ocultado aquí) ha estado hablando de «impulsar las conversaciones de paz en Ucrania». Y ha hecho algo más: ha pedido públicamente que se repare y abra el gasoducto Corriente del Norte 2, volado por EEUU y sin que el gobierno federal haya movido un dedo por criticar al patrón de la mafia, a EEUU.

A esto hay que añadir los agravios que los alemanes orientales vienen sufriendo desde hace 30 años, con la «reunificación». Se privatizó todo, por lo que miles de puestos de trabajo se perdieron. La administración, la educación, la sanidad, la investigación… todo fue aprovechado por los alemanes occidentales y gestionado por ellos.

No solo fue el fin de la propiedad pública, sino el abandono de todo concepto de lo público. Las fábricas, las escuelas, los hospitales, todo se privatizó. Lo que sobrevivió al despojo quedó como una simple subsidiaria de los monopolios occidentales. Los salarios siempre se han mantenido más bajos que en el Oeste, la pobreza ha sido mucho mayor que en Occidente.

Se destruyó uno de los logros de la RDA: el cooperativismo. Hace 30 años, cuando existía la RDA, el número de cooerativistas superaba el millón. Hoy no llega a los 100.000, y bajando. Las granjas cooperativas eran la vida social de los pueblos, con guarderías, bibliotecas, bandas de música… Apenas queda nada de todo eso y los pueblos y las ciudades se han despoblado. La emigración hacia el Oeste ha sido imparable, al igual que hacia Austria o Suiza.

La Oficina Federal de Estadísticas dice que alrededor de un tercio de la población de Alemania del Este apenas llega a fin de mes. ¿A quién le extraña la frustración? ¿Dónde ha estado la «izquierda» en todos estos años? ¿Dónde está ahora?

Pareció que DL era la formación ideal. Desde la primera gran crisis capitalista de 2008, comenzó a subir como la espuma en el Este, llegando en sitios hasta el 33% de los votos. Ha gobernado Turingia, por ejemplo, durante 10 años. A nivel federal llegó a tener 76 escaños. Y pasó lo de siempre: los sillones. Y se acabó la «izquierda». Lo poco que queda de DL se contenta con avances menores (no hace falta mirarnos en el espejo de aquí para verlo) y cada vez más son parte fundamental del «establecimiento», del régimen burgués.

El vacío era grande. Y lo aprovecharon las fascistas. La pretendida «izquierda» se centró en debates discursivos y abandonó la calle. Y la ocuparon los fascistas. Y en esos debates discursivos, lo secundario pasó a ser lo principal (la sexualidad, por ejemplo). Y lo principal (los salarios bajos, la pobreza) desapareció del discurso. Y lo aprovecharon los fascistas.

Solo ahora, cuando ya todo está perdido, DL ha recuperado su discurso contra el aumento del alquiler, el derecho a una vivienda asequible, la falta de guarderías… Eso ha supuesto que el descalabro en Turingia, por ejemplo, haya sido solo de una pérdida de más de la mitad de sus apoyos (se ha quedado en el 12% cuando tenía el 29%). Sobre la inmigración habló mucho (su especialidad), pero hizo poco en cuestiones como empleo, salarios, educación, vivienda, integración… El resultado, a posteriori: se estima que el 34% de los votantes de lo que llamaríamos «clase trabajadora» ha optado por AxA.

Como no soy alemán, a mí lo que más me importa es la guerra y la paz. Mientras socialdemócratas y verdes, en el gobierno federal, hablan y recortan en los presupuestos en cuestiones sociales, se aprueban millones para el apoyo militar al país 404. Desde el golpe nazi del Maidán en 2014, Alemania ha sido el país europeo que más dinero ha mandado al país 404. Eso por no hablar del apoyo al genocidio en Gaza. Por lo tanto, me alegro del descalabro de toda esta peña, especialmente de los fanáticos Verdes.

AxA critica lo primero, el apoyo al país 404; aprueba lo segundo, el genocidio en Gaza. DL apoya lo primero y critica con la boca pequeña lo segundo.

Y entonces aparece imparable la ASW. A principios de 2023, dentro de DL se comenzó a criticar a la dirección por ignorar el papel de la OTAN en el país 404 e iniciaron el movimiento que después terminaría en la separación y formación de la ASW: elaboraron una declaración de paz que fue firmada por casi 800.000 personas, militantes, simpatizantes y votantes, y apoyándose en ella organizaron una manifestación en Berlín a la que asistieron 50.000 personas. Cuando la dirigencia de DL lo boicoteó mucha militancia se separó. Así nació la ASW.

Hoy la ASW ha barrido a DL en todas partes y es ya, quiérase o no, la izquierda alemana. Y estamos en una situación parecida a la de Francia: con la excusa de que la ASW es la «extrema izquierda», muchos cristianodemócratas han comenzado el coqueteo con la AxA. Y los socialdemócratas y los Verdes dicen que no quieren nada con la «extrema izquierda putinista».

Aparece entonces el estercolero, lanzando el rumor de una alianza o acuerdo entre la AxA y la ASW, basándose en que su discurso sobre la inmigración es muy parecido (lo que no es cierto) y en su crítica al envío de armas al país 404 (lo que sí es cierto). Aquí estamos ahora.

La ASW habla de «restablecer los derechos de la clase trabajadora», pero no hace mención al tipo de sistema que defiende. No menciona el socialismo, por ejemplo. El argumento es que aún no es un partido, sino una alianza, y que eso es una «clara limitación» para cuestiones de gran calado como esa. Porque no será hasta el año que viene, cuando se celebren las elecciones federales, cuando se dé ese paso.

Tiempo habrá para un análisis más amplio del todo y no de una parte, pero mis amigos del cielo y del infierno me han reclamado algo así. Y lo hago.

(Publicado en el blog del autor, el 2 de septiembre de 2024)

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