Alumnos muestran una mariposa que fabricaron en el rincón Madu adu (ciencia o ‘Hagámoslo’). Créditos: Fotografías y collages del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Queridos amigos y amigas,
Saludos desde el Instituto Tricontinental de Investigación Social.
En 1945, las recién creadas Naciones Unidas celebraron una conferencia para fundar la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La principal preocupación de las y los delegados, sobre todo de quienes provenían del Tercer Mundo, era la alfabetización. Es necesaria una “cruzada mundial contra el analfabetismo”, dijo el Dr. Jaime Jaramillo Arango, rector de la Universidad Nacional de Colombia. Para él, y para muchas otras personas, el analfabetismo es “uno de los mayores ultrajes a la dignidad humana”. Abdelfattah Amr, embajador egipcio en el Reino Unido y campeón de squash, afirmó que el analfabetismo formaba parte del problema más amplio del subdesarrollo, como demuestran “la escasez de técnicos y la escasez de material educativo”. Estos líderes encontraron inspiración en la URSS, cuyo programa Likbez (‘liquidación del analfabetismo’) prácticamente erradicó el analfabetismo entre 1919 y 1937. Si la URSS podía hacerlo, también podían hacerlo otras sociedades mayoritariamente agrícolas.
En diciembre de 2023, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó un informe impactante que mostraba que, desde 2018, la alfabetización en lectura y matemáticas ha disminuido entre las y los estudiantes del mundo. Es importante señalar que esta situación “solo puede atribuirse parcialmente a la pandemia de COVID-19”: las puntuaciones tanto en lectura como en ciencias ya estaban en declive antes de que comenzara la pandemia, aunque no han hecho más que empeorar desde entonces. La razón, según indica la OCDE, es que también ha disminuido el tiempo y la energía que profesores y padres dedican a ayudar a sus alumnos e hijos. Lo que la OCDE no menciona es que esta disminución de la ayuda en los últimos 50 años es consecuencia de los regímenes de austeridad que se han impuesto en la mayoría de las sociedades del mundo. Los presupuestos de educación han sufrido recortes, lo que significa ante todo que las escuelas carecen de recursos y personal suficientes, por no hablar de los profesores que pueden prestar el apoyo adicional que necesitan estudiantes con dificultades. Como parte de los recortes del financiamiento escolar, los Estados han insistido en que los proveedores corporativos de educación generen libros de texto y módulos de aprendizaje (incluidos los sistemas en línea) que restan poder al profesorado y lo desmoralizan. Como los padres y madres trabajan en profesiones cada vez más uberizadas, sencillamente no tienen tiempo ni energía para complementar la educación de sus hijos e hijas.
Estudiantes de Siddapura y pueblos cercanos participan en una concentración para inaugurar el Festival de la Alegría de Aprender 2023.
¿Por qué los Estados de todo el mundo no están dispuestos a financiar adecuadamente la educación pública? En el Norte Global, donde existe una importante riqueza social, los dirigentes se muestran reticentes a gravar con impuestos a las rentas más altas y a los grandes patrimonios, y tienden a utilizar los valiosos recursos restantes para financiar el estamento militar en lugar de servicios sociales como la educación, la salud y los cuidados a la tercera edad. Los países del Norte Global que forman parte del sistema de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) gastan billones de dólares en armamento (tres cuartas partes del total del gasto militar mundial), pero cantidades minúsculas en educación y salud. Así lo pone de manifiesto el informe de la OCDE, que constata un descenso vertiginoso de los conocimientos matemáticos en países como Bélgica, Canadá e Islandia, sin ser ninguno de ellos países pobres. El informe de la OCDE sugiere que esto no se debe únicamente a los niveles de financiación, sino también a “la calidad de la enseñanza”. Sin embargo, el informe no señala que la “calidad” es el resultado de políticas de austeridad que roban a las y los profesores el tiempo necesario para enseñar y apoyar al alumnado, para opinar sobre los materiales del plan de estudios, así como los recursos necesarios para la formación adicional (incluidos los años sabáticos).
En el Sur Global, los descensos se atribuyen más directamente al colapso del financiamiento. Los estudios de los últimos años, y nuestro propio análisis de evaluaciones realizadas por el personal del Fondo Monetario Internacional (FMI), muestran que la organización ha presionado a las naciones más pobres para que recorten el financiamiento del sector público. Dado que los salarios de la mayoría de las y los profesores forman parte de la masa salarial del sector público, cualquier recorte de este tipo se traduce en una reducción de los salarios docentes y un aumento de la proporción de estudiantes por profesor. Un estudio de ActionAid sobre quince países, desde Ghana hasta Vietnam, demostró que el FMI obligó a estos Estados a recortar sus cuentas salariales del sector público durante varios ciclos presupuestarios (hasta seis años) por valor de 10.000 millones de dólares, lo que equivale al costo de emplear a tres millones de maestros de primaria. Otro estudio, elaborado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, muestra que el FMI ha impuesto recortes presupuestarios en 189 países que se mantendrán hasta 2025, fecha para la cual se prevé que tres cuartas partes del mundo sigan bajo condiciones de austeridad. Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo señalaba que veinticinco países pobres destinaron el 20% de sus ingresos en 2022 al servicio de la deuda externa, más del doble de lo que gastaron en programas sociales de todo tipo (incluida la educación). Parece que es más importante satisfacer a los ricos tenedores de bonos que a las y los niños que necesitan a sus profesores.
Esta horrenda situación condena al fracaso el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 4: acabar con el analfabetismo. Para cumplir este objetivo, el mundo necesitaría contratar a 69 millones de profesores más de aquí a 2030. Eso no está en la agenda de la mayoría de los países.
Un grupo de estudiantes presenta el mapa que elaboró tras recorrer el pueblo como parte de la actividad del rincón Uru tiliyona (‘Vamos a conocer el pueblo’).
En 1946, la ministra de Educación del Reino Unido, Ellen Wilkinson, presidió la primera conferencia de la UNESCO. Wilkinson, que era conocida como “Ellen la roja” (y fue una de las fundadoras del Partido Comunista de Gran Bretaña en 1920), lideró la lucha por los desempleados en la década de 1930 y fue una defensora de la República Española. Durante la Segunda Guerra Mundial, dijo que fuimos testigos de “la gran lucha librada contra esta monstruosa maldad [del “nacionalismo más estrecho” y la “sumisión a la máquina de guerra”] por el trabajador intelectual, por hombres y mujeres de mente íntegra”. Ellen la roja explicó que los fascistas sabían que la razón y la alfabetización eran sus enemigos: “En todos los países dominados por regímenes totalitarios, los primeros en ser fusilados fueron los intelectuales: maestros, sacerdotes, profesores. Los hombres que pretendían dominar el mundo sabían que primero debían matar a quienes intentaban mantener el pensamiento libre”. Ahora, a estos profesores y profesoras no se les pone ante el pelotón de fusilamiento; simplemente se les despide.
Pero estos trabajadores intelectuales no se rindieron entonces, ni se rinden ahora. Nuestro último dossier, Cómo el Movimiento Ciencia para los Pueblos está aportando alegría e igualdad a la educación en Karnataka, India, habla sobre las y los trabajadores intelectuales que están encontrando formas innovadoras de acercar el pensamiento científico y racional a las niñeces de Karnataka, por ejemplo a través de los festivales Alegría de Aprender, las escuelas de barrio y el método del “huésped-anfitrión”. Esto ocurre en un contexto en el que el gobierno de la India ha decidido suprimir del plan de estudios y de los manuales escolares la evolución, la tabla periódica y las fuentes de energía, a pesar de la alarma suscitada por casi 5.000 científicos y profesores que firmaron una petición redactada por la Breakthrough Science Society en la que se pedía al gobierno que revocara su decisión.
Tanto la petición como los festivales Alegría de Aprender forman parte de un movimiento más amplio para democratizar el conocimiento y desmantelar las miserables jerarquías sociales. La Bharat Gyan Vigyan Samiti (Asociación India para el Conocimiento Científico o BGVS) celebra los festivales Alegría de Aprender para promover el aprendizaje científico y el pensamiento racional en todo el estado indio de Karnataka, que tiene una población de 65 millones de habitantes, aproximadamente la misma que Francia. Nuestro dossier muestra cómo la BGVS ha llevado la alegría a la educación científica de millones de niñas y niños pequeños en la India.
Las y los alumnos participan en actividades del rincón Kagadha kattari (manualidades o ‘papel y tijeras’).
Imagina que eres un niño pequeño que nunca ha estado expuesto a las leyes de la ciencia. Te encuentras en un festival de BGVS en una zona rural de Karnataka, donde hay un puesto con una bicicleta desmontada. El profesor del puesto dice que si puedes armar la bicicleta, te la quedas. Pasas los dedos por la cadena, los engranajes y el cuadro. Imaginas cómo es una bicicleta completamente montada e intentas encajar las piezas, al mismo tiempo que vas comprendiendo cómo se genera la energía al pisar el pedal, que, a través de los engranajes, amplifica el movimiento de las ruedas. Empiezas a conocer las leyes del movimiento y del torque. Aprendes sobre la simplicidad de las máquinas y su inmensa utilidad. Y te ríes con tus amistades mientras se pelean con el rompecabezas de todas las piezas de la bicicleta.
Una actividad así no solo alegra la vida de un millón de niños y niñas de Karnataka, sino que aumenta su curiosidad y desafía su inteligencia. Este es el núcleo de la labor del BGVS y sus festivales Alegría de Aprender, dirigidos por profesores de escuelas públicas contratados y formados por el movimiento científico. Este tipo de festivales rescatan la vida colectiva y además son un mecanismo para revalorizar el trabajo y liderazgo de las y los profesores locales y afirmar la importancia del pensamiento científico.
Mujeres cubanas celebran en la marcha de cierre de la campaña de alfabetización en la Plaza de la Revolución de La Habana, diciembre de 1961. Fotografía de Liborio Noval.
En 1961, el cantante cubano Eduardo Saborit escribió la hermosa canción “Despertar” como homenaje a la campaña cubana de alfabetización. “Cuántas cosas ya puedo decirte porque al fin he aprendido a escribir. Ahora puedo decir que te quiero”, canta. Ahora puedo entender el mundo. Ahora ya no me siento insignificante. Ahora puedo poner un pie delante del otro con confianza y marchar para cambiar el mundo.
Cordialmente,
Vijay |