
¡Convocamos a acciones durante la Semana de Solidaridad con les Preses Anarquistas del 23 al 30 de agosto de 2025!

Contra la Sociedad Carcelaria, Hacia la Conexión
Desde el exterior de la prisión, nos encontramos con la cruda realidad de la alienación y la separación. Un muro, una valla, torres de vigilancia, cámaras de vigilancia, cajas de hormigón y jaulas de acero destinadas a mantener a les acusades y «culpables» separades del resto de la sociedad; conceptos de rehabilitación y arrepentimiento construidos a partir de ideologías estatales para aferrarse y asegurar su poder, para congelar territorios con identidades nacionales inamovibles y para castigar todo aquello que se salga de sus nociones de legalidad, progreso, moralidad y valores capitalistas.
La cuestión es que, una vez que nos encontramos fuera de los muros de la prisión, nos damos cuenta de que es una construcción palpable. Es un muro, es hormigón, es material. Quienes la mantienen en funcionamiento son seres vivos… Sí, las cárceles nos aíslan, pero nos aíslan tanto como se lo permitimos, tan pronto como las aceptamos. Los muros se vuelven inamovibles e inamovibles para quienes estamos fuera en cuanto olvidamos y aceptamos la separación que imponen. Quienes están dentro de las cajas no pueden olvidar, pues a diario se enfrentan a la dura realidad de la vida en ellas. Mientras existan los estados, habrá prisiones, y nos encontraremos entre sus muros.
Es al transmitir la memoria que continuamos la lucha y la vida de les compañeres que murieron antes que nosotres; llevamos las ideas y acciones de quienes están separades por jaulas y hormigón, creando continuidad y conexión en los interminables actos de resistencia que conforman una vida en busca de la libertad. Las prisiones y las luchas que se desarrollan entre sus muros son una contribución constante a esta memoria colectiva de resistencia. Ya sea en las entrañas de las dictaduras totalitarias o en el corazón de la «socialdemocracia», donde la violencia de Estado adquiere un cariz diferente, los Estados no se detienen a intentar apagar el fuego de la subordinación y la resistencia, donde incluso tener ideas que traspasen sus estructuras puede ponerte en su punto de mira, bajo su mirada, a veces aparentemente omnipresente.
Reconocemos la solidaridad en sus múltiples formas: desde conexiones y amistades hasta intercambios de ideas y diálogo, pasando por momentos compartidos de ataque, nuestros compañeres no permanecen aislades, sino que son parte integral de nuestras luchas. En solidaridad con quienes se escabullen tras los muros fronterizos, con quienes huyen, con quienes están en el exilio, con quienes se encuentran en las más profundas cámaras de aislamiento, con quienes murieron en combate, con quienes fueron criminalizades. Contra todas las cárceles.
Elegimos una vida de tensión e insubordinación en busca de conexión.
¡No se puede enterrar la fuerza de la vida!
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