Un amigo senegalés próximo a la familia cuenta que era carpintero metálico y tenía mucho oficio, buscaba trabajar y vivir. Era una persona muy querida y se montó en el cayuco después de varios intentos y dejar paso a personas con más necesidad.

Pape se fue de forma repentina, tenía una infección en la pierna que, asociada a otras patologías, avanzó de forma rápida. Pudo hacer una videollamada con un familiar desde el hospital de Valverde (El Hierro) antes de marcharse.

Las flores son de los vecinos de la localidad. Decidieron ponerle “flores frescas”, aunque saben que no es lo habitual, pero “aquí es lo referente”, y qué menos que poner flores a quien no tienen quién se las ponga. Y una vela.

Pape Moussa tiene su lápida en El Monacal. J15 ya tiene nombre. Siempre lo tuvo.

Descanse en paz