
15/12/25

El diario españolEl Mundo, en su edición del 1 de diciembre de 2025, lanzaba un nuevo artefacto de guerra mediática contra Cuba, con un reportaje firmado por Angélica Reinosa, reportera venezolana alineada con la ultraderecha antichavista “maricorinista”. Uno de los ejercicios de intoxicación propagandística del peor nivel en los últimos tiempos.
Bajo el sensacionalista titular «Cuba, santuario criminal: La isla tiene las puertas abiertas a delincuentes de la extrema izquierda», el texto urde una narrativa falaz que recicla viejos estereotipos anticomunistas y los amalgama con un caso judicial reciente, todo ello servido con fuentes ligadas, de manera orgánica, con el Departamento de Estado de EEUU.
Este reportaje es un nuevo acto de terrorismo mediático premeditado, diseñado para envenenar la opinión pública y atacar tanto al Gobierno cubano, como al Movimiento de Solidaridad con Cuba a nivel internacional, integrado, hoy, por más de 1.600 asociaciones de amistad y cooperación.
A continuación, desmontamos pieza por pieza esta construcción malintencionada.
1. Fabricando un «santuario»: La mezcla infame como estrategia
El primer y más grave mecanismo del artículo es la fusión deliberada y envenenada de dos realidades inconexas, buscando crear una asociación mental tóxica e inverosímil y presentando de manera explícita a Cuba (así reza en el propio título) como un “santuario criminal”:
- La presencia histórica de algunos miembros de la organización vasca ETA en Cuba, resultado de acuerdos de Estado entre los gobiernos de España y Cuba en los años 80.
- El caso reciente de Martiño Ramos Soto, individuo acusado de violación y otros cargos por la justicia española, quien residía Cuba y que, hace unas semanas, fue detenido, en respuesta a la demanda española, por las autoridades cubanas.
2. El caso Martiño: ¿Culpable por asociación ideológica?
El artículo dedica una importante porción de su veneno a intentar manchar a Cuba por la presencia en su territorio de Martiño Ramos Soto. La lógica perversa es la siguiente: dado que el acusado militó en una formación de la izquierda gallega, y Cuba es un país gobernado por la izquierda, la conclusión es que su presencia en la isla ha debido tener un respaldo institucional. Es un salto lógico sin base alguna. De hecho, Ramos podría haber residido en cualquier otro país del mundo, sin que la maquinaria desinformativa de El Mundo dedicara a su ubicación geográfica, entonces, ni cuatro letras.
El texto minimiza, convenientemente, un hecho fundamental: Ramos Soto está actualmente en una cárcel cubana. Ni Cuba amparó, ni protegió, ni asiló a esta persona. Residía, como otras personas extranjeras, realizando una actividad profesional (fotografía de actos culturales). Pretender responsabilizar a Cuba de sus presuntos delitos es, como mínimo, un argumento deshonesto y una prueba de que la redactora no es una periodista, sino una mera propagandista.
3. Criminalizando la solidaridad: La piedra lanzada y la mano escondida
El texto también intenta criminalizar el Movimiento de Solidaridad con Cuba. Recoge la acusación, sin prueba de ningún tipo, de una “anticastrista” llamada Salomé García Bacallao (otra pseudoperiodista, en este caso del medio anticubano Yucabyte), que “supone” (es el verbo que emplea) que “la llegada de Martiño a Cuba se pudo haber gestionado” por vías de las “organizaciones de `solidaridad´ que muchas veces tienen que ver con redes de espionaje y propaganda del régimen cubano en el exterior”.
Vean en qué se basa su “sospecha”: “debido a que estas organizaciones muchas veces crean eventos políticos tras fachadas culturales, sospecho que esa fue la vía a través de la cual organizaron la llegada de Martiño Ramos Soto a Cuba. Sobre todo, si se introdujo fácilmente como fotógrafo a su llegada».
Es la técnica de «lanzar la piedra y esconder la mano»: se introduce una acusación grave («redes de espionaje y propaganda») bajo el paraguas de la «sospecha» y la «suposición», evitando así la obligación de presentar evidencias. El propósito es claro: envenenar el pozo de las organizaciones legítimas de amistad y cooperación con Cuba, presentándolas como tapaderas de actividades ilícitas. Es una estrategia típica de la guerra política de baja intensidad: deslegitimar y sembrar desconfianza sobre los puentes de hermandad internacional con la isla.
4. Reescritura de la historia: personas «deportadas» que El Mundo llama «huidas»
El artículo demuestra una manipulación histórica flagrante al presentar la llegada de miembros de ETA a Cuba como una «huida» para «evadir la justicia». Convierte así a la isla en un “santuario de etarras que cometieron graves delitos», en “el escondite perfecto para evasores de la justicia bajo el paraguas de la revolución” o en “un buen destino para evitar la cárcel” (todas las frases son textuales).
La verdad documentada es muy diferente:
- En los primeros años de la década de los 80 del pasado siglo, el gobierno de España, presidido por Felipe González, llegó a un acuerdo con Cuba para la salida de estas personas.
- En esos años, curiosamente, muchas más fueron deportadas a Venezuela, por ejemplo, en los gobiernos previos al chavismo. Pero este dato es silenciado conscientemente por la autora (venezolana antichavista), porque contradice de arriba abajo la narrativa de Cuba como “santuario”.
- Fue una deportación acordada a un tercer país, una práctica diplomática. No fue una “fuga”.
El Mundo convierte un acuerdo de Estado entre dos gobiernos en una narrativa de “complicidad criminal”.
Además, el texto es profundamente anacrónico: de las nueve personas que menciona por su nombre, solo dos continúan residiendo hoy en Cuba, por voluntad propia y motivos familiares. El resto vive desde hace años en el País Vasco y otros lugares de Europa, sin cargos ni persecución alguna por la Justicia española. Aun así, el diario los sigue denominando “evasores de la justicia” en un “escondite”, revelando que su interés no es informar, sino mantener viva una calumnia útil.
5. El desprecio por los hechos: Errores, anacronismos y ceguera voluntaria
La baja calidad «periodística» del texto se revela en sus múltiples fallos factuales. Dos apuntes:
- Error burdo: Afirma que el entonces militante de ETA Joseba Sarrionandia se fugó de la cárcel de Martutene en 1985 “en un contenedor de libros”, cuando fue en uno de los altavoces del cantante Imanol, tras un concierto en dicha prisión. Imaginamos que la alusión a los “libros” procede de la empanada mental de la redactora con el hecho de que Sarrionaindia es, hoy, posiblemente, el más prestigioso escritor en euskara (idioma vasco), fue Premio Euskadi de Literatura en 2011 y es miembro de Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca.
- Anacronismo absoluto: el texto sostiene que «la posibilidad de que un cubano se preste para montar una empresa es prácticamente nula», algo que contrasta con que “algunos antiguos miembros de ETA” impulsaron en la isla la creación de “la empresa Grupo Ugao S.L.”. Parece que la reportera venezolana no está muy actualizada sobre las cerca de 11.000 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) privadas registradas y en funcionamiento, un sector en pleno desarrollo en Cuba.
6. La trinchera del dinero: Las fuentes pagadas por Washington
La razón última de la miopía y la venenosidad del artículo está en sus fuentes. Un repaso a los «especialistas» y organizaciones citadas es un recorrido por la nómina del «anticastrismo», ligado directamente a la política de guerra económica y política contra Cuba que lleva a cabo el Gobierno de EEUU.
Todas las entidades fuente están financiadas, de manera directa o indirecta, por las agencias de EEUU (NED, USAID, Departamento de Estado, embajadas y otras) y/o por gobiernos aliados a Washington (como el de la República Checa) en esquemas de programas de “cambio de régimen” en Cuba.
Las fuentes que cita son: las organizaciones plataforma Justicia 11J, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, la Asociación Española Cuba en Transición, el Centro por una Cuba Libre y Prisoners Defenders; el medio Yucabyte; e individuos como Rosa María Payá y Javier Larrondo.
Todo el argumentario del reportaje se sustenta en voces pagadas por los arquitectos del bloqueo económico y la guerra híbrida contra Cuba. No es un análisis; es la transcripción acrítica de la propaganda de Washington y sus aliados.
Conclusión: Un manual de intoxicación al servicio del imperio
El artículo de El Mundo no es periodismo. Es un artefacto de guerra política que pretende cumplir varios objetivos:
- Reactivar viejos estigmas de la Guerra Fría en un contexto nuevo.
- Aislar a Cuba manchando su imagen internacional.
- Criminalizar y dividir a los movimientos de solidaridad en Europa.
- Servir de amplificador a la narrativa de los grupos anticubanos financiados por Estados Unidos.
Cuba, lejos de ser un “santuario criminal”, es una nación soberana, sometida a una guerra multifactorial (económica y comercial, diplomática y comunicacional), que ha llegado a acuerdos políticos y de cooperación judicial con España en el pasado y que, una vez más, actúa con seriedad ante un caso como el antes citado.
Los verdaderos santuarios son las redacciones de medios como El Mundo, donde encuentran refugio la mentira, la manipulación y el odio político disfrazado de “periodismo”.