Sacar la ONU de Estados Unidos y eliminar el derecho al veto

UPAL                                                                                                                                      29/09/25

Editorial de la Unión Palestina de América Latina

La Organización de las Naciones Unidas, concebida como espacio de encuentro y justicia entre los pueblos, hoy se encuentra secuestrada por los intereses de las potencias. Su sede en Nueva York y la existencia del derecho al veto en el Consejo de Seguridad son dos cadenas que la atan a la sumisión y a la irrelevancia.
Estados Unidos, país anfitrión, ha manipulado y condicionado a la ONU durante décadas: concede o niega visas a delegados según su conveniencia, presiona con aportes financieros, y bloquea toda decisión que afecte a su socio estratégico, Israel, aunque se trate de crímenes evidentes contra la humanidad. ¿Cómo puede la ONU reclamar neutralidad si permanece bajo la sombra de la superpotencia que más guerras ha iniciado en el último siglo?


Pero el problema no es solo geográfico. El derecho al veto es el mecanismo más antidemocrático de la estructura internacional contemporánea. Un solo país —ya sea Estados Unidos, Rusia, China, Francia o Reino Unido— puede anular la voluntad de más de 190 naciones. Este privilegio colonial convierte al Consejo de Seguridad en un teatro de poder, no en un espacio de justicia. Es precisamente este veto el que ha impedido durante décadas detener el genocidio contra el pueblo palestino, frenar invasiones ilegales y sancionar violaciones flagrantes al derecho internacional.
La humanidad exige cambios estructurales:
Trasladar la sede de la ONU a un territorio neutral, fuera de la influencia política y militar de cualquier potencia.
Eliminar el derecho al veto, sustituyéndolo por mecanismos de votación democrática que respeten la igualdad soberana de los Estados miembros.

La ONU debe renacer o perecer. Si continúa bajo el control de un puñado de países poderosos, seguirá siendo cómplice del sufrimiento de los pueblos. Pero si rompe con estas cadenas, podrá recuperar su misión original: ser un espacio para la paz, la justicia y la dignidad de la humanidad.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
29 de septiembre de 2025

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